Guánica. Personal científico de varias agencias gubernamentales y académicas iniciarán estudios para validar la información recopilada por los satélites de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, en inglés), que determinaron cierto desprendimiento en el Cayo Aurora, mejor conocido como Isla de Guilligan.

Los expertos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA), y otros estudiosos de la Universidad de la Puerto Rico, buscan determinar cuáles fueron los factores que influyeron en el hundimiento. No descartan que entre ellos figuren los movimientos telúricos que ha experimentado la zona desde finales de diciembre.

El biólogo Miguel Canals, Christa Von Hillebrandt, gerente de Programa de Alerta de Tsunamis del NOAA y Julio Morell, Departamento de Ciencias Marinas del RUM, visitaron el cayo Aurora para su evaluación por el aparente hundimiento que refleja.
El biólogo Miguel Canals, Christa Von Hillebrandt, gerente de Programa de Alerta de Tsunamis del NOAA y Julio Morell, Departamento de Ciencias Marinas del RUM, visitaron el cayo Aurora para su evaluación por el aparente hundimiento que refleja. (Jorge A Ramirez Portela)

“Estamos evaluando el área… habíamos visto con alarma que el nivel del mar estuviera excediendo unas estructuras que anteriormente no estaban expuestas a inundaciones de manera permanente. Entonces, ya no es un episodio de una marejada o una acumulación de agua”, indicó Ernesto Díaz, director del programa de manejo de costas y cambio climático de DRNA, quien también preside el consejo de cambio climático de Puerto Rico.

Díaz indicó que al ser algo atípico en la zona y permanente, “es bien preocupante”.

Explicó que el episodio pudiera constituir, entonces, a que se vea más elevado el nivel relativo del mar “cuando en realidad es más bien que bajó el punto de referencia”, que en este caso pudiera ser el gazebo ubicado en Guilligan.

Reconoció que en algunos casos sí es real el hundimiento del cayo que trascendió en días recientes.

“Para algunos casos sí es real. Tanto la NASA como las evaluaciones del National Geodetic Survey (unidad de la NOAA), sí nos confirman que ha habido desplazamientos verticales de bloques de terreno, no sabemos exactamente cuál es su magnitud. En el caso de la NASA, plantea que es de 7.5 pulgadas, para otros son 19.05 centímetros. Nosotros con el grupo de agrimensura tenemos ya unos controles establecidos; vamos a estar realizando la validación del campo de esos datos que se tomaron a través de mediciones de satélite”, apuntó.

Ernesto Díaz, director del Programa de Manejo de Costas y Cambios Climáticos del DRNA, estableció que ahora la delegación de expertos iniciaría trabajo de campo para medir los cambios en el terreno.
Ernesto Díaz, director del Programa de Manejo de Costas y Cambios Climáticos del DRNA, estableció que ahora la delegación de expertos iniciaría trabajo de campo para medir los cambios en el terreno. (Jorge A Ramirez Portela)

Para reafirmar que, en efecto, se trata de un hundimiento del área, Díaz estableció que ahora la delegación de expertos iniciaría trabajo de campo para establecer instrumentos de agrimensura que medirán los cambios en el terreno.

“Esas observaciones en el campo se comparan con los (resultados de) satélites o algunos casos de aviones, que se puedan haber detectado”, dijo.

Estableció que aunque un desplazamiento por sismos no está relacionado con el cambio climático, podría ser considerado como un factor para el aumento en el nivel del mar.

“Es como varios milímetros que se van a añadiendo anualmente, es como una sábana que le vas colocando a alguien, a un paciente. El desplazamiento que ocurre es como si le hubiera colocado un edredón ahora, un comforter bien gordo”, comparó el experto.

El desplazamiento aceleró el alza del nivel del mar tierra adentro correspondiente a unos 50 a 75 años, “según las tendencias y proyecciones que manejamos”, manifestó.

Entre los factores que se estudian relacionados al hallazgo en Guilligan, Julio Morell, del Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, sostuvo que pudiera tratarse de un “apilamiento de agua”.

De igual manera indicó que otras posibilidades de los suscitado podrían ser, precisamente, el hundimiento o subducción.

“En realidad, no tenemos la manera de conectar una cosa con la otra simplemente mirando un dato”, manifestó.

Díaz indicó que se evalúan todos los factores, pero dependen de los datos ofrecidos por la NASA y los que pueda tener la Red Sísmica sobre el asunto geológico y los temblores.

“Ese es un set de datos que hay que evaluar. Tenemos el asunto meteorológico y entonces vamos a validarlo con agrimensura, más tenemos uno que es cierto, de ese tenemos datos de más de 50 años, que es el aumento progresivo del nivel del mar asociado a la expansión térmica de los océanos y deshielo de las capas polares a nivel global. Así que tenemos una realidad global de aumento, pero son milímetros al año… si vemos un desplazamiento de centímetros, eso es anómalo”, sostuvo.

Christa Von Hillebrandt, gerente de Programa de Alertas de Tsunami de la NOAA, explicó que desde que comenzó la secuencia sísmica en la Isla, satélites de la NASA han sobrevolado la región suroeste y han hecho comparaciones del área.

Indicó que en “los análisis más recientes se confirma que en la costa sur de Puerto Rico, un área que se extiende desde Peñuelas y se desplaza hasta el oeste de Puerto Rico, ha habido un hundimiento del terreno, y esto se puede explicar porque el terremoto principal de 6.4 sabemos que ocurrió a lo largo de una falla normal”.

“En una falla normal, un bloque se mueve hacia abajo con relación a otro y este movimiento, aunque ocurrió costa afuera, el plano de la falla se extiende debajo de Puerto Rico y entonces va a ser reflejado en la superficie esa caída del bloque a lo largo de esa falla”, manifestó.

“La magnitud del desplazamiento vertical que se ha observado en el satélite, según la interpretación por NASA, casi llega a las ocho pulgadas de deformación vertical negativo. Eso es en Guayanilla. A mayor distancia, los cambios en el terreno han sido menor, pero todavía apreciables. Ahora lo que toca es confirmar lo que vio el satélite con lo que estamos viendo en el terreno y cuál es la aportación de este movimiento cosísmico que ocurrió como consecuencia directa del desplazamiento en la falla con otros procesos que pueden haber ocurrido durante el terremoto, como es licuación del terreno que puede desplazar verticalmente las arenas y también hay que compararlo con el nivel de las mareas durante este periodo”, dijo.

Entre los efectos, se ve un área de barbacoa que yace en la orilla.
Entre los efectos, se ve un área de barbacoa que yace en la orilla. (Jorge A Ramirez Portela)

La experta sostuvo que este desplazamiento que son cosísmicos son permanentes a diferencia de un cambio en el nivel del mar por las mareas, que va a variar con el tiempo y otras circunstancias. Dijo que como consecuencia, la infraestructura que estaba “localizada muy cerca a ese nivel cero, entonces puede haber comunidades y sectores que se pueden ver debajo de una condiciones de inundación”.

“También a veces no hay inundaciones en la superficie, pero sí puede haber una instrucción de la agua salina hacia la tierra, que eso también puede provocar consecuencias. Todo esto va a ser objeto de estudio que van a durar varios meses”, dijo.

Guilligan puede seguir siendo atractivo turístico

El biólogo Miguel Canals, quien fuera administrador del Bosque Seco de Guánica, reserva a la que pertenece la isla Guilligan desde el 1919, entiende que en el cayo no hubo mucho cambio. Aseguró que debe seguir siendo un centro turístico y lo que el DRNA debe controlar es el acceso de personas.

“Yo no veo mucho cambio en la Isla en el sentido de otras áreas hacia el oeste, sino más bien en el área de los canales donde, teóricamente, y según los expertos hubo un desplazamiento, un hundimiento. Si ese hundimiento es resultado de licuación de la arena, que esa arena se estableciera, o del sismo, eso es lo que hay que investigar. Para mí es resultado del sismo, porque para que haya esa licuación tiene que haber ocurrido un sismo”, dijo.

“No creo que el cambio sea tan significativo desde el punto vista de que no pueda ser utilizada la isla posteriormente después que se le dé un poco de cariño para ser el centro turístico que siempre fue”, añadió.

Dijo que el DRNA debe reevaluar la carga actual que tiene la Isla para aguantar el número de visitantes y que por los pasados tres años ha estado descontrolado.

“En un momento dado, cuando yo era oficial de manejo, la capacidad de carga de la isla eran 200 personas y 300 en el verano. Una vez el DRNA tiene el colapso administrativo con la Ley 7 y 70, en el cual el bosque pierde todos sus empleados, pues sucede que no hay control, no hay vigilantes y se estaban metiendo hasta 1,000 personas en un fin de semana de verano. Eso hay que reevaluarlo, tomar las medidas pertinentes”, puntualizó.

En tanto, Darien López, la actual oficial de manejo del Bosque Estatal de Guánica, sostuvo que se estarán haciendo las evaluaciones. .

“De acuerdo a lo que encontramos, sabemos que la isla no tiene la misma capacidad de recibimiento, por lo que vamos a estar haciendo esos análisis para entonces limitar lo que es la capacidad de carga y acarreo de la isla”, aseguró.

La capacidad actualmente permitida es de 200 personas visitantes, sumados a los acarreados por los concesionarios Copa Marina, San Jacinto, Mary Lee’s By The Sea y los dueños de botes.

“Tenemos unos proyectos que esperamos hacer lo antes posibles para redefinir la capacidad de acarreo y empezar un sistema que nos permita, como las pulseras de colores, tener una contabilidad exacta de los que están entrando a la isla”, dijo.