Toa Baja. Ya los residentes se lo esperaban: la inundación de su comunidad por las lluvias que arrastró el ahora huracán Ernesto.

Y es que los toabajeños que viven en el barrio San José siempre están susceptibles a quedar varados y sus casas bajo agua con cada fenómeno atmosférico que atraviesa la Isla, pues son vulnerables a la elevación de los niveles del embalse La Plata.

“Esto no es vida”, lamentó a Primera Hora Carmen Santiago, mientras observaba las aguas turbias que cubrían la carretera.

Vivir así no es vida. Esto es un desastre. Se pierde la ropa, se pierde la comida, se pierde todo”, continuó.

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Aunque al momento unas 30 personas están directamente afectadas por la inundación, según contabilizó Santiago, el número posiblemente incrementará, dependiendo en cuánta más precipitación dejará el huracán, que podría dejar hasta 10 pulgadas de lluvia en zonas específicas de Puerto Rico.

Pese a que la carretera está bajo agua, permanece un hombre en el segundo nivel de una casa. Es la única persona en esa carretera que no ha acudido a un refugio.

“Ya mismito tendrán que sacarlo”, opinó Santiago.

La inundación de las calles en la comunidad es un incidente común con cada fenómeno.
La inundación de las calles en la comunidad es un incidente común con cada fenómeno. (Carlos Rivera Giusti)

Desde el fin de semana, las compuertas del río se han mantenido abiertas. Por su parte, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) también ha hecho descargas preventivas durante el fin de semana en las represas, debido a la cantidad de lluvia que se esperaba por el paso del fenómeno.

Empero, la escorrentía que arrastran las aguas es una amenaza no solo a San José, sino también a Toa Baja Pueblo, Villa Calma 1 y 2, Toa Ville, Monserrate, Ingenio y parte de Campanilla, lo que podría afectar a unas 3,000 personas residentes de estas áreas, de acuerdo al alcalde Bernardo “Betito” Márquez.

“Esto es todo el tiempo. Cada vez que llueve que abren represa, eso siempre va a ser lo mismo”, comentó Santiago, quien perdió todas sus pertenencias cuando embistió el huracán Fiona en el 2022.

Ventolera provocó daños en negocios, que cayeran árboles y bloquearan varias carreteras.

“Cada vez que llueve, viene el río de La Plata (y) se sale. El río hay que dragarlo. Si no lo dragan, no hacen nada. Siempre va a estar, todo el tiempo, constantemente así”, recomendó al admitir que teme el desarrollo del huracán.

Pese a la peligrosidad de las aguas, son varias las personas que abrazan sosiego, confiando en la preparación que hicieron en anticipación del huracán.

Este es el caso de Rafie Félix, quien se guarecía de la lluvia y observaba a aquellos que se montaban en una guagua escolar para movilizarse a los refugios.

“Yo (estoy) tranquilo. Dios tiene el control de todo, ¿verdad que sí?”, subrayó.

“Hasta el momento entendemos que todo va a estar bien. No va a pasar a mayores, confiamos en Dios”, concordó la líder comunitaria Teresa Viera, quien también es presidenta del grupo Residentes Unidos.