Frescas y exuberantes veredas, miradores con espectaculares vistas a la zona metropolitana de San Juan, fotos junto pájaros de espectaculares colores, una mirada al curioso proceso de metamorfosis de las mariposas, un viaje en las alturas a través de un teleférico, caritas pintadas que alegraban todavía más los ya felices rostros de niños y niñas, fueron tan solo parte de los atractivos que pudieron disfrutar este domingo las miles de familias que acudieron a la muy esperada reapertura del Parque Forestal La Marquesa, un oasis de verdor en las colinas al sur del municipio de Guaynabo.

Ni siquiera las largas filas, las esporádicas lluvias, o las caminatas quizás más extensas de lo esperado que tuvieron que hacer algunos pudieron empañar el buen rato de los visitantes que abarrotaron las atracciones del parque, como el mariposario y el aviario, donde primero mariposas revoloteaban alrededor, y luego guacamayos, loros, cotorras y cacatúas posaban amigablemente en las barandas del camino tablado.

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“Es la primera vez que vengo y ellas (sus tres hijas) lo están disfrutando mucho, porque a ellas le gustan los animales y la naturaleza también. Y, aparte, yo soy partícipe de la naturaleza y me lo estoy gozando también”, afirmó Wilson Salas Lisboa, un padre de familia de Hato Rey que iba acompañado de su madre, Nilda Lisboa, su esposa Yanira Solís, y las tres hijas de ambos, Amanda, Allyson y Aynara.

El parque forestal reabrió este domingo para el disfrute familiar. Mira parte del recorrido.

“Es una experiencia bien buena. Muchos pájaros que tú estás interactuando con ellos, no los puedes tocas, pero estás cerca, que no es bien común estar tan cerca de unos animales como ellos. Y se lo disfrutan completamente”, agregó.

Agradeció el hecho de que se abra un parque tan cerca de la ciudad, pues los otros que hay o había disponible, como el otrora zoológico en Mayagüez “eran sitios lejos, que el viaje, pues, obviamente es bien largo”.

“Pero tenerlo tan cerca, porque somos de aquí del área metropolitana, eso es un paso pa nosotros. Sería estupendo, porque así uno puede visitarlo más frecuentemente y traer más la familia, y obviamente regar la voz pa que la gente sepa que esto lo abrieron y explicarle lo que hay en el sistema”, afirmó el papá, añadiendo que el parque, en contraste con el “cemento y construcciones” que dominan el área metropolitana, “ayuda a tener espacios de la naturaleza, en vivo”.

“Y ayuda a que la gente también se motive a crear consciencia de que pueden tener mucha de la naturaleza en sus casas, sembrar y tener árboles, pa que puedan ver la diferencia entre lo que es estar envueltos en solamente cemento, casas, casas y casas a estar en sitios así”, insistió.

Amanda, Allyson y Aynara se hicieron eco de las palabras de su papá, afirmando que les había gustado la experiencia y la recomendaban a otras personas.

De manera similar se expresó Joshua Oliveras, también residente del área metropolitana, en Guaynabo, y quien de igual forma andaba paseando con su familia.

“Estábamos bien ansiosos de que este parque abriera, porque en realidad esto está… tras que está hermoso, bonito, une a la familia", expresó Joshua Oliveras.
“Estábamos bien ansiosos de que este parque abriera, porque en realidad esto está… tras que está hermoso, bonito, une a la familia", expresó Joshua Oliveras. (Wanda Liz Vega)

Estábamos bien ansiosos de que este parque abriera, porque en realidad esto está… tras que está hermoso, bonito, une a la familia. A las nenas mías les gusta mucho y de verdad estamos bien, bien, bien contentos con la apertura de este parque. Las cotorras, los guacamayos, las cacatúas… todo está hermoso”, comentó Oliveras, quien andaba junto a su esposa, sus dos hijas, su mamá, el primito de su esposa y su vecina.

“Las nenas están ansiosas, pero nerviosas, porque si se les pega la cotorra se ponen como que… ‘papi no, no, me da un poquito de miedo’. Pero están contentas, están felices. Se ve esa sonrisa”, expresó, agregando que en el mariposario “vimos todas las etapas de la mariposa, desde que salen en la oruga, la pupa, la mariposa como tal. Vimos todo y las nenas estaban bien alegres y contentas con ver cómo era el proceso. Les gustó mucho”.

“Me parece maravilloso. De verdad que sí. Nos hacía falta esto otra vez, tenerlo abierto, insistió. “Tú vienes aquí y ves toda esta área verde, y da placer y gusto verlo. Se ve todo como que natural, y gusta”.

Los visitantes no se limitaron a familias del área metro, pues también llegaron de muchos puntos de la Isla, como la tropa de Boys and Girls Scouts de la Unidad 791 de Humacao.

“He visto mariposas, guacamayos, unos pajaritos ahí que estaban durmiendo, no sé qué son. Pero es muy bueno, está cómodo, las filas se mueven rápido. No nos tardamos mucho. Está bien. Se disfruta”, comentó la estudiante adolescente Joandelys Parodi.

“Está ‘cool’. Yo vine cuando yo era chiquita, hace tiempo. Me gustó. Está divertido, cómodo. Se mueve todo bien rápido”, agregó la también estudiante Johnelys Ortiz. “Es algo diferente. Pero realmente es algo como que a la gente le gustaría, porque no es lo común que siempre hay”.

“Es algo que nos aporta, específicamente a nosotros, que tenemos que bregar mucho con ver animales, esto y lo otro, nos dieron un taller de coquíes y todo, y pues, verlos en persona es muy importante”, insistió Parodi.

Por su parte, Yamiria Pacheco, COR de la tropa, se unió a las palabras de elogio al parque, y afirmó que “traemos a nuestra tropa de la manada 791 de Humacao, a experimentar esto. Como un club escoutista, o un grupo escoutista, lo que buscamos estos espacios abiertos, estos espacios de naturaleza, de preservar lo que es la naturaleza, y enseñarle todas las diversidades que tiene”.

“Definitivamente, preservar un sitio así, ecológico dentro de lo que es la ciudad, es excelente, pues para el oxígeno, para mejorar el ambiente y definitivamente para que los jóvenes, niños y toda la familia pueda disfrutar en un ambiente de conocimiento. Que conozcan las mariposas, que conozcan las diferentes especies, el poderlas proteger. Eso es importante”, sostuvo Pacheco, agregando que, “decidimos venir a la reapertura porque queremos impulsar este tipo de lugares, que la gente venga, que la gente los proteja, entender el valor que tiene para ellos. Así que, definitivamente, es bien importante y quisimos traerlos para que ellos pudieran vivir la experiencia”.

“Yo lo que quiero es mantener un pulmón abierto”

El alcalde de Guaynabo, Edward O’Neill, por su parte, no podía estar más contento con la tremenda acogida que estaba viendo por parte del público durante la reapertura de La Marquesa, un proyecto que, según explicó, tomó mucho esfuerzo durante los pasados tres años, incluyendo trabajo fuera de horas laborales de empleados del municipio, “simplemente, para buscar la manera de reabrir el parque”.

El alcalde comentó que se trata de una inversión bastante grande, pero acotó que “no espero buscar dinero y ganar mucho dinero en el parque. Yo lo que quiero es mantener un pulmón abierto todo el tiempo en el área sur de Guaynabo”, en busca de “que la gente pueda participar, que la gente pueda interactuar en el bosque, con las aves, con todo, con el medioambiente, para poder hacer cosas buenas”.

Aseguró que, si la gente está feliz, “yo estoy más feliz todavía, mucho más feliz que todos ellos”, pues vio el parque desde sus inicios, cuando se empezó a construir, cuando abrió, y luego la devastación que sufrió con el huracán María (2017) que forzó su cierre por varios años.

“Yo soy de este barrio, básicamente, yo vivo en el sector El Laberinto, que es cerquita de aquí, a dos minutos. Cuando vengo de mi casa para acá, veo el estacionamiento lleno; llamo a parque Mamey 1, está lleno; parque Camarones, lleno; parque Barrio Arriba, lleno… todo lleno; y veo más de 30 vehículos del municipio trayendo gente al parque, sacando gente del parque… entiendo que ni la primera vez que se inauguró este parque ha venido tanta gente. O sea, la necesidad de un parque como este en Puerto Rico, hacía falta. Así que, estamos abiertos aquí a todo el mundo, de miércoles a domingo, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.”, afirmó el alcalde.

O’Neill agregó que, además de todo lo que tiene ya el parque, entiéndase las veredas, miradores, la cascada, el teleférico, el trencito, el aviario, el mariposario, restaurante, salón de actividades, áreas de juego para niños, entre otros atractivos, proyectan sumar otros para el futuro, como un orquideario, cabañas, áreas de acampar y más veredas.