El artista plástico Alfredo Bauzá rompió su silencio ante la remoción de su obra alusiva a la tradición ponceña de los vejigantes, que estuvo instalada en el vestíbulo de la alcaldía desde la incumbencia del fenecido alcalde Rafael “Churumba” Cordero Santiago.

La pieza de arte fue sacada por la actual administración, presuntamente motivado por el fundamentalismo religioso que fomenta la primera dama Miyady Velázquez, quien tildó de diabólica la icónica figura del Carnaval de Ponce.

“Para mí, fue el día más triste de mi vida. Es como tú sembrar algo y que te lo corten”, confesó el autor de la obra ‘El alma de nuestros pueblos’.

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El artista ponceño, quien ostenta una respetada trayectoria de varias décadas, contó que, se enteró de la movida a través de varias llamadas y, que luego, corroboró al visitar la instalación. Pero vio que su obra no estaba en el lugar que se le designó.

“Me enteré de muchas maneras, me empezaron a llamar, un doctor desde Estados Unidos, dentista, fue el primero que me habló de la situación. Corroboré viniendo aquí y, abrí esas puertas. Ese vitral se diseñó como antesala al cuadro y, es bien triste escuchar las declaraciones de que no estaba más en la alcaldía”, lamentó al señalar el espacio que ocupaba su trabajo artístico.

“Yo era un joven cuando hice esa obra y, tuve el halago de un alcalde muy bueno en Ponce. No estoy en contra de nadie. Simplemente, soy un artista vivo y, entiendo que la historia del arte está llena de estas cosas y a veces suceden cuando el artista ha fallecido. Pero yo, como artista vivo, estoy aquí, ahora, tratando de vestir esa tristeza e infelicidad; defendiendo un patrimonio que nos pertenece a todos”, esbozó.

La pieza de arte fue sacada por la actual administración, presuntamente motivado por el fundamentalismo religioso que fomenta la primera dama.
La pieza de arte fue sacada por la actual administración, presuntamente motivado por el fundamentalismo religioso que fomenta la primera dama. (Jorge A Ramirez Portela)

Asimismo, relató que trató de comunicarse con el alcalde, Luis Manuel Irizarry Pabón, en un intento de sostener una reunión para saber las razones por las que se removió su trabajo artístico.

“Hace tiempo que traté de reunirme con él, pero caí en una depresión, en ese sentido, porque al ver que no tenía respuestas de nadie, me cayó tan fuerte que me fui para Jayuya. Me fui y estuve encerrado un tiempo, cerca de un año y medio, pintando, hasta que me volví a levantar”, reveló.

De otra parte, defendió la figura del vejigante como símbolo del folclor ponceño.

“¿Que la obra representaba el paganismo? Yo no estoy criticando a nadie. Entendemos que el vejigante proviene de festividades en combinación de otras culturas; es parte del folclor ponceño. Soy un artista de impresionismo abstracto, cristiano desde que tengo uso de razón. Fui primer artista residente nombrado por la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico”, expuso Bauzá, de 45 años.

“El arte no tiene una justificación porque entonces, tendríamos que cerrar las salas principales del mundo porque el arte proviene del Olimpo, de Grecia, de Roma. Soy un artista puertorriqueño, ponceño y cristiano. He trabajado con la comunidad como instrumento; 58 municipios con el Instituto de Cultura, ocupando esos sitiales”, agregó.

Aunque Bauzá aseguró no saber a dónde llevaron su obra, insistió en que debe protegerla.

“Entiendo que el arte, la cultura, es para compartir y, si yo tuve ese honor, no debo quitarlo, sino protegerla. Pero creo que ahora es que me doy cuenta el tiempo que yo me detuve por toda esta situación. Soy una figura pública en menor grado, soy artista plástico y soy historia viva”, destacó.

“Hace un mes atrás, se supo de que lo primero que eliminaron del currículo escolar, (el Departamento de Educación) fueron las artes. La sociedad dependería de que haya un buen arte, una buena cultura, deportes; eso es lo que va a reformar la sociedad. Si tú no haces eso, cuando llegan a la cárcel y allí les vas a dar arte, pero ya es tarde”, advirtió.

Al indagar sobre el paradero del cuadro, las autoridades municipales admitieron que se encontraba en la oficina de la vicealcaldesa, Marlese Sifre.