San Juan. El ocio, la ansiedad, el estrés y la preocupación debido al confinamiento para evitar la propagación del coronavirus son algunos de los factores que han contribuido a un aumento de la venta y consumo de bebidas alcohólicas en Puerto Rico en las últimas semanas, según detallan expertos a Efe.

"La gente ha utilizado el alcohol para manejar las emociones y ahí está el problema. Igual si tienes alegría. El alcohol se utiliza como placebo para manejar cualquier tipo de emoción", afirmó a Efe la psicóloga clínica Maricelli Díaz Aristud, con seis años de experiencia en la Unidad de Alcoholismo del Centro Médico de Río Piedras.

Díaz aseguró que el consumo de bebidas se disparará en la isla mientras se extienda el acuartelamiento porque el "alcohol trabaja con la dopamina", que es neurotransmisor que está presente en diversas áreas del cerebro "que induce al placer".

"La gente tienes estrés, bebe y se relaja. Y el problema es que nosotros consumimos sin control", indicó Díaz, quien relacionó el momento actual con otros eventos traumáticos que han vivido los puertorriqueños en los pasados casi tres años, como el paso del huracán María, las protestas del verano pasado y los terremotos de enero pasado.

"Algunas personas, en su proceso de evitar sentir dolor por traumas, utiliza el alcohol como estrategia, por lo que éste se convierte en el psicólogo o en el psiquiatra de la gente. Y hay gente que prefiere estar borracha, que prefiere no sentir dolor", aseguró Díaz.

El aumento es en todas partes

Además de Puerto Rico, el consumo de licor en este momento, también se ha reflejado en otros países, como en el resto de Estados Unidos y México.

De acuerdo con datos de la consultora Nielsen publicados en su web, las ventas de bebidas alcohólicas en el país norteamericano aumentaron en un 55 % en las últimas semanas.

Por categoría, registró un 66 % de alza en ventas de vino y un 42 % en las de cerveza.

Mientras, como una manera de prevención de acudir a los supermercados y contagiarse, varias compañías en Puerto Rico, entre ellas, la Bodega de Méndez, proveen servicio de entrega a domicilio.

Y, según aseguró a Efe el gerente de la Bodega de Méndez de Guaynabo, Juan Irizarry, la demanda durante la emergencia es comparable con la de la temporada de Navidad, época del año en la que se llevan a cabo la mayor cantidad de fiestas.

A tal efecto, Irizarry aseguró que las ventas en las pasadas semanas, específicamente en su establecimiento de Guaynabo, han aumentado un 90 %.

"No es que surgió una venta adicional por la pandemia, pero se transformó el estilo de consumo", indicó Irizarry, quien mencionó que el vino ha sido la bebida preferida de los clientes durante este tiempo.

"Antes, las órdenes se repartían a hoteles y restaurantes dentro de 24 o 48 horas. Pero al cambiar la estrategia a domicilio, se hacen el mismo día", aseguró.

RonPon, que se dedica a la entrega de bebidas alcohólicas a domicilio a través de su página web o aplicación móvil, pero solamente a residentes en San Juan y sus municipios aledaños de Guaynabo, Trujillo Alto y la zona turística de Isla Verde, tuvo que limitar a 150 las órdenes a diario por la alta demanda.

Por su parte, el psiquiatra Mario González mencionó a Efe que, en general, el consumo de bebidas alcohólicas en momentos como el actual, va incrementándose "en dosis bajas".

Primero sirve para "calmarse un poco, y quizás para dormir un poco mejor, hasta llegar a tener un efecto dominó, de salud mental y otras condiciones de salud".

"Si ahora trabajas desde la casa y no tienes el control, eso va a afectar tu desempeño. Y si estás con la familia o hijos, trae más consecuencias" como discusiones que culminan en violencia de género, agregó.

"Uno de los retos es cómo hacer el balance, de cómo trabajo, estudio con mis niños, le proveo todas las necesidades y así suman las consecuencias de uso de alcohol desmedido", dijo González.

Para este profesional, no obstante, este momento de acuartelamiento podría repercutir en la salud de las personas alcohólicas, pues si no logran consumir la cantidad de bebidas que normalmente consumen a diario, podrían sufrir de delirio, alucinación y se le alteran los niveles de azúcar.