Ataúdes para todos los colores y bolsillos
Aumentó la demanda tras el huracán María.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
PUBLICIDAD
Cidra. Son cajas de difuntos construidas en acero, algunas tienen box spring y matress y para complacer todos los gustos y exigencias, las hay azules, rojas y verdes.
También hay ataúdes para gorditos, flaquitos y con motivos religiosos.
El que nadie le ha encargado a Cidra Metallic Casket es un ataúd con la monoestrellada.
De la fábrica, en el barrio Certenejas, salen las únicas cajas de muerto que se preparan en Puerto Rico.
“Nosotros las hacemos rojas para populares, las hemos hecho en verde para independentistas y las tenemos azules para penepés. También las hemos hecho negras”, dijo Edwin Cotto Rodríguez, propietario de la fábrica.
Relacionadas
“Casi todo el mundo la pide por colores. Si es una dama, la quieren blanca y rosa, o en rosa y la quieren con un bordado de una flor o que diga ‘ madre’ si es la mamá, en la tela del interior”, detalló el comerciante, quien mostró a Primera Hora, en un recorrido por el taller, el proceso de manufactura y ensamblaje de las cajas.
“Aquí se trata de complacer el cliente a través de la funeraria, que es la que hace el contacto con nosotros”, indicó.
Explicó que los ataúdes que tienen box spring llevan por dentro un cuadro en metal sobre el cual se coloca un pedazo de foam para depositar el cadáver. Las cajas más económicas se rellenan con papel triturado. Todas llevan almohada y un acabado en telas, cuya calidad también varía.
Precisó que tienen más de 50 modelos y dijo que los ataúdes se fabrican en acero regular, en acero inoxidable, en bronce, sellados y no sellados.
También los hacían en caoba, pero hace varios años los dejaron de preparar porque no tienen mucha demanda y el costo de producción es alto.
“Le damos un tratamiento al metal para protegerlo del moho”, indicó.
Antes de pintar el féretro, le hacen un acabado en brillo para protegerlo de la corrosión.
Explicó que los manufacturan por pedido o para el almacén, y producen entre 30 a 40 diarios. El blanco, gris y cobre son los colores que más le piden; el de los pequeñines son blancos, “por la pureza”, con líneas doradas.
Relató que el féretro más trabajoso fue el del Gigante de Carolina. “Ese nos dio mucho trabajo. Tomó un mes y hubo que parar la producción para revisarlo. Cuando se hizo se guardó, porque el hombre se curó y después volvió a enfermar. Esa caja la regalamos”, sostuvo Cotto Rodríguez.

Narró que también hacen una caja oversize que mide 36 pulgadas de ancho para “casos de personas de 400 libras en adelante”, y las cajas de los más gorditos empiezan en 30 pulgadas de ancho.
“Esas son las más costosas”, dijo para agregar que en la tela interior, algunos clientes piden bordados con animales, motivos religiosos y otros detalles.
En materia de costos, indicó que el féretro más sencillo en acero regular comienza en unos $700 y los más caros, en bronce o stainless steel están “sobre los $4 mil”.
Los de mayor demanda son los más económicos, destacó.
Además de los féretros que se preparan en Cidra, dijo que las funerarias también utilizan ataúdes importados.
“Están trayendo muchas cajas de China y México, que son de inferior calidad. Hace varios años de eso”, aseguró.
“Las de México tienen el gage (espesor del metal) bien finito. Se han caído un montón cuando están en el proceso de enterramiento y los de China, la calidad tampoco es muy buena, pero los funerarios las compran porque es una caja más barata. El que no sabe cae”, indicó Cotto Rodríguez.
Estimó que alrededor de un 60% son importadas y las restantes son hechas aquí.
En términos de precios, los féretros nativos cuestan un 20% más, detalló al defender la calidad de su producto.