Ataca el cáncer a nuestros perros
El médico veterinario Carlos Ortiz, viendo la incidencia de este mal en Puerto Rico, hizo una especialidad en oncología y ahora ejerce en la Isla.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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La alta incidencia de cáncer en animales, especialmente en perros, además de la inexistencia de oncólogos veterinarios en Puerto Rico, motivó a que el doctor Carlos Ortiz Rosario se embarcara en una misión determinante que está pronto a culminar.
Y desde hace unos días, el médico veterinario de 28 años se convirtió en el primer especialista en oncología del país que, decide instalarse en su tierra natal para atender a cientos de pacientes que aguardan por un tratamiento especializado que les ayude a combatir la enfermedad.
El galeno -oriundo de Ponce y de padres juanadinos- se marchó de la Isla hace casi una década, en su interés de prepararse académicamente en un campo del que se enamoró a temprana edad.
“Siempre he tenido cierta pasión por los animales. Pero ese amor creció cuando adoptamos a una perrita que, lamentablemente, falleció en una operación. Luego, buscando una profesión para estudiar, fui al consultorio de un amigo veterinario y ahí supe que esto era lo que yo quería hacer por el resto de mi vida”, confesó a Primera Hora el hijo del ortodoncista Carlos A. Ortiz Mateo y Mayelin Rosario López.
De esa manera, se matriculó en la Pontificia Universidad Católica de donde obtuvo una beca por natación y luego se trasladó a Ross University, en Saint Kitts y a A&M College Station, en Texas, para completar un año clínico.
“Vine a Puerto Rico y estuve nueve meses. Es entonces que veo la falta de especialistas bien marcada, y cuando refería a mis pacientes para cirugía, oftalmología, etcétera, que son las especialidades que había en ese momento, la espera era de hasta seis meses”, confesó.
“Yo entendía que un paciente que necesitaba cirugía no podía esperar seis meses para una cirugía complicada. Ahí es que dije: ‘Aquí hacen falta más especialistas’ y busqué una especialidad en la cual la demanda en Puerto Rico fuera la mayor y que no hubiese (recurso) para poder aportar un grano a la sociedad”, relató.
El especialista destacó que en la Isla ejercen “entre 115 a 170 veterinarios; dos cirujanos, dos internistas y una oftalmóloga”.
Al investigar más a fondo, constató que cuatro de cada 10 perros mayores de 10 años, tienen cáncer, siendo los más comunes el linfoma de Hodgkin, osteosarcoma y tumores malignos.
“La palabra cáncer no significa muerte, pero tienen algún tipo anormalidad… Cuando veo estas estadísticas, que son a nivel mundial también, pensé que en Puerto Rico no hay oncólogos veterinarios. Nadie quiere venir a Puerto Rico a practicar esta profesión”, resaltó Ortiz Rosario que, además, hizo un internado en Tuskegee, Alabama, y una residencia de tres años en el estado de Iowa.
Igualmente, reveló que las razas con mayor prevalencia de cáncer son labrador y golden retriever.
“No tiene explicación, el cáncer en perros puede ser por genética o por factores como la comida, el ambiente, entre otros que, muchos de estos, no están determinados. El cáncer más común es el linfoma no Hodgkin; de 20 pacientes, 13 son linfoma”, manifestó.
Mientras que, en gatos, según el doctor Ortiz, “la incidencia (de cáncer) es menor. Hay una estadística que es de 2.2 de cada 10 casos mayores de 10 años. Los gatos tienden a padecer más de los riñones, hígado, entre otras condiciones”.
En cuanto a los síntomas a tener en consideración en una mascota, mencionó que “puede empezar desde no comer, no tomar agua, disminución en actividad física, se ve amotetado, dolor en los huesos, algún tipo de masa que sea visible, entre otros”.
“El animal no habla, pero nos deja saber porque hay muchas indicaciones, especialmente el apetito cuando no se sienten bien. Igual, los animales son nuestra rutina, especialmente cuando uno se levanta y ya nos esperan en la puerta, esperan a que le des comida. Esa rutina se interrumpe cuando hay algún tipo de anormalidad en el animal”, advirtió.
Igualmente, explicó que el diagnóstico se hace a base de pruebas de sangre, CT Scan y MRI, entre otros métodos.
“Ya existen pruebas para detectar el cáncer a temprana edad o para ver si el paciente es propenso a cáncer. En los humanos lo sabemos por su historial y ya en la veterinaria tenemos pruebas de sangre que nos da un indicativo de lo que puede ser (vulnerable) ese animal a ciertos tipos de cáncer”, acotó.
“Pero es importante que, cualquier masa, cualquier anormalidad que vean en sus animales, por favor, que los lleven al veterinario. Muchas veces, estos cánceres son bien silenciosos y ya cuando nos damos cuenta es bien tarde”, lamentó.
Ya en Puerto Rico
Ortiz Rosario se estableció en la Clínica Veterianria 24/7 en San Juan, aunque adelantó que está identificando localidades para expandir su práctica a la zona sur.
“Es un sentimiento bien grande. Yo no tengo palabras para describir que soy el primero en dar este servicio en Puerto Rico y de recibir ese cariño del público, de los puertorriqueños. Esto es un sueño hecho realidad”, concluyó.