Como muchas otras personas que lanzan un pequeño negocio en Puerto Rico, hace algunos años Wilben Quiñones Rodríguez y su esposa Anabel Rodríguez Rivera abrieron un restaurante, un pequeño negocio familiar localizado en Yauco, de nombre D’leite. Y como les ocurre a muchos pequeños negocios, a pesar de que trabajaban muchas horas, día y noche, apenas lograban mantener el restaurante a flote, y constantemente estaba latente la posibilidad de que naufragara económicamente.

Sin embargo, ese sombrío panorama dio un giro radical luego que la pareja conectara con la organización sin fines de lucro PathStone y su programa The Enterprise Center, que ofrece capacitación y asistencia gratuita a pequeñas y medianas empresas para que puedan hacer negocios con el gobierno federal.

Relacionadas

Quiñones contó que “el negocio inició desde la casa”, y luego pudieron establecerlo en un local en un centro comercial del barrio Barinas, donde ha estado por ocho años, como restaurante y servicio de “catering”.

Pese a sus esfuerzos, por momentos llegaron a considerar cerrar, “porque no cuajaba”.

Fue entonces cuando supieron del programa de PathStone, y eventualmente establecieron ese contacto para poder vender sus servicios al gobierno federal.

“Antes de eso yo ni sabía que existía eso (ofrecer servicios al gobierno federal). Digo, yo sabía que sí, que recibían servicios, pero no cómo trabajaban y cómo funcionaban”, indicó, agregando que, como parte del programa, le ayudaron con toda la documentación necesaria y el proceso para que su compañía pudiera ofrecer sus servicios como contratista para el gobierno federal.

Wilben Quiñones aseguró que si no hubiera sido por la ayuda que recibió, sería "otro más de las encuestas que tenía que cerrar operaciones, tristemente".
Wilben Quiñones aseguró que si no hubiera sido por la ayuda que recibió, sería "otro más de las encuestas que tenía que cerrar operaciones, tristemente". (Suministrada)

“Y en cuestión de un mes, me llamaron, y me enviaron una propuesta. Y empezamos como al mes y medio”, agregó.

Desde el primer contrato, relató Quiñones, “les gustó el servicio y la comida, nos decían que habían recibido servicios de diferentes suplidores y en mucho tiempo no habían recibido un servicio de la calidad que nosotros le brindamos”.

No pasó mucho antes que la noticia se regara y aparecieran más pedidos, y los consiguientes contratos, “y por ahí siguió fluyendo la cosa, hasta que, pues, estamos muy activos con ellos dándoles servicios y eso. De ahí siguieron abriéndose puertas, gracias a Dios”.

Tan bien han marchado las cosas desde entonces que decidieron dejar de hacer el turno de la noche, y solo abren al público por el día, para almuerzos. Pero no ha sido solo el alivio en las horas laborales, pues también sus finanzas mejoraron al punto que pudieron saldar los préstamos que pidieron para impulsar el negocio, adquirir equipo más grande y eficiente, modernizar la cocina, adquirir dos guaguas comerciales para uso del negocio, y además proyectan expandir el restaurante con otro local más grande.

Y todavía más, también fue suficiente como para que la pareja de 39 y 37 años pudiera cumplir el sueño de “comprar nuestra primera casita”.

En otras palabras, pasaron de un negocio que luchaba por sobrevivir, a uno exitoso, en expansión, y con varios contratos activos.

“Todo se lo debo gracias a Dios, y gracias a PathStone. Si no hubiese sido otro más de las encuestas que tenía que cerrar operaciones, tristemente”, indicó. “Y las oportunidades de negocio dentro del gobierno federal son buenísimas, y pagan bien”.

Quiñones no vacila ni un segundo en recomendar el programa de PathStone, “a ojos cerrados, al cien por ciento”, a cualquier comerciante que busque superarse, pues asegura que hay un sinnúmero de oportunidades para trabajar con el gobierno federal, en distintas facetas, y esa asistencia puede ser la llave para acceder a ese progreso, como le ocurrió a su familia, que continúa su relación con el programa, “y anualmente ellos me ayudan a renovar lo del SAM (documentación para dar servicios al gobierno federal)”.

La organización sin fines de lucro PathStone y su programa The Enterprise Center ofrece capacitación y asistencia gratuita a pequeñas y medianas empresas para que puedan hacer negocios con el gobierno federal.
La organización sin fines de lucro PathStone y su programa The Enterprise Center ofrece capacitación y asistencia gratuita a pequeñas y medianas empresas para que puedan hacer negocios con el gobierno federal. (Suministrada)

Sugiere, sin embargo, que en la medida posible, estén preparados con algo de capital para cuando aparezcan esos contratos, pues en su caso, luego de ese primer contrato, que les gustó, le enviaron dos más y “tuve que hacer préstamos a cooperativas, las tarjetas de crédito personales y del negocio treparlas al máximo, porque el banco no me prestaba capital porque el negocio era un riesgo”.

“Espero que mi experiencia pueda ser de ejemplo o de guía para el que diga que no se puede o que es imposible”, insistió Quiñones.

Por su parte, Rosa Uriarte, directora de The Enterprise Center at PathStone en Puerto Rico indicó que el programa gratuito para ayudar a pequeñas y medianas empresas a hacer contratación federal está disponible en estos momentos, y recordó que la mayoría de las empresas de la Isla, más del 95%, cualifican bajo los parámetros federales para poder participar de esta asistencia.

Explicó que esta es una segunda parte del programa, que opera con una subvención del gobierno federal, pues ya tuvieron una primera luego de la pandemia, en la que “impactamos con contratos federales a 36 pequeños negocios”, y a otros más de 300 empresarios “en términos de asistencia técnica y talleres”.

“Ahora volvemos a repetir, pero mejorando el proyecto. Y ahora vamos a impactar a pequeños y medianos empresarios que deseen tener contratación federal, pero esta vez, aparte de que los ayudamos a sacar los registros y todo lo que necesite, también los podemos a ayudar en asistencia técnica de como hace esa subasta, que es la parte que al empresario le da un poquito más de trabajo, que es cuando dicen, qué escribo, qué precio le pongo a mi producto o al servicio, cómo hago para someter la subasta”, explicó.

Además, “tenemos lo que llamamos un ‘business center’, o centro de negocios, que la primera parte son 12 talleres que son virtuales que los puedes coger en vivo, pero también se quedan grabados en una plataforma de SG University, que es un colaborador, y pueden verlos en cualquier momento, y lo único que necesitan es registrarse, entrar y buscar el taller que dice gratis, y esos talleres van desde temas de seguridad en los negocios, resiliencia, cómo ponerle precio a tus servicios, cómo buscar contratos federales”.

“Así que, aparte de asistencia técnica ‘one on one’, o individualizada, están esos talleres que están en una plataforma, que están disponibles en cualquier momento y para cualquier persona”, reiteró.

Explicó que, como parte de esa asistencia individualizada, además de guiar al empresario participante a través del registro y toda la documentación que conlleva, le ayudan a registrase debidamente a través de todos los pasos.

“Y eso lo complementamos con los talleres, los webinars y esta plataforma que mencioné en la que puede entrar, ver los talleres, hacer preguntas y eventualmente va a recibir respuestas. Es un complemento para que el empresario tenga las herramientas disponibles a la mano al momento que pueda dedicarle el tiempo”, agregó.

Detalló que, una vez un empresario les llama para recibir un servicio personalizado, se coordina la cita en las oficinas de PathStone, la visita a su negocio, o a través de alguna plataforma virtual. Y una vez entra en el proceso, “lo llevamos de la mano todo el proceso”.

De hecho, “vamos un poquito más allá”, e identifican en la página donde salen todas las subastas del gobierno federal aquellas que entienden que pueden beneficiar al empresario participante, y le avisan a través de un mensaje.

Subrayó que la gente debe saber que “el gobierno federal compra de todo, desde flores hasta armamento, y todo lo que pueda haber entremedio de eso”. Agregó entre los clientes que han asistido hay “de todo, sicólogos, oficinas de contabilidad, servicios de comida, servicios de mantenimiento de edificios”. Además, el gobierno federal tiene unas disposiciones que le requieren separar unos porcientos para ciertas categorías, como veteranos, y “nosotros aquí en Puerto Rico, tengo que decir, caemos por minorías muchas veces, personas desventajadas. Así que hay oportunidades que sí son reales y son una forma de buscar otros mercados y expandir el negocio”.

“Así que, yo siempre digo, explora, investiga, si te aplica, solicita. Está ahí, se puede usar”, exhortó.

Los empresarios interesados en participar del programa, que estará activo hasta septiembre de este año, se pueden comunicar con José Rivas, coordinador del proyecto, llamando al 787-658-1640, o a través del correo electrónico jrivasdiaz@pathstone.org.