Asalto al Capitolio federal: “Si hubieran sido negros o cualquier otra minoría étnica, no darían abasto las camillas para contar los muertos”
Expertos analizan el incidente de ayer protagonizado por seguidores de Donald Trump.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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El acto violento protagonizado ayer por seguidores del presidente Donald Trump, quienes entraron por la fuerza al Capitolio y lograron por unas horas paralizar la confirmación del presidente electo Joe Biden, podría repetirse de aquí al 20 de enero. Esto, a menos que el vicepresidente Michael Pence active la enmienda número 25 de la Constitución de los Estados Unidos para separar a Trump del poder, lo que sería un arma de doble filo pues encendería aún más la ira de sus simpatizantes, opinaron expertos.
A juicio de la profesora Melody Fonseca Santos, catedrática del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, este camino, aunque riesgoso, es una de las alternativas que se están discutiendo tras la “insurrección” de ayer, pues no hay tiempo suficiente para iniciar un proceso de residenciamiento como propone la representante demócrata Ilhan Omar.
“Todavía a esta hora no se ha concretizado el activar la enmienda número 25 de la Constitución de los Estados Unidos que implica que, si el presidente está inhabilitado para ejercer su cargo, este no es residenciado, pero se traspasa el poder de manera automática al vicepresidente. Esto solamente se ha utilizado en tiempo reciente para el gobierno de Ronald Reagan cuando este fue operado, y aunque hay un precedente no es un caso similar, habría que argumentar que las acciones de Donald Trump en el día de ayer demuestran que este está imposibilitado emocionalmente y mentalmente para poder continuar en la presidencia de aquí al 20 de enero”, explicó la catedrática de la UPR.
“Para que esto pueda ocurrir, tendría que ser una iniciativa del vicepresidente y el actual gabinete de Donald Trump, tendría que contar con la aprobación de dos terceras partes de cada una de las Cámaras, Trump podría resistirse, pero si tiene suficiente apoyo del vicepresidente, este podría hacerse cargo del País hasta el 20 de enero. Esa parte de activar la enmienda número 25 podría ser más viable porque una vez se activa, aunque haya un proceso de refutación por parte de Trump, eso tardaría más del 20 de enero… es decir que de manera automática Mike Pence asumiría el poder y al 20 de enero seguiría asumiéndolo, aunque no se hubiese resuelto la situación”, argumentó.
Sin embargo, sostuvo que este debe ser el cuestionamiento de los republicanos ya que, en efecto, podría ocasionar “una reacción aún más violenta porque van a asumir o van a decir que se le hizo un Golpe de Estado a Donald Trump”.
De otra parte, Fonseca Santos confesó que la revuelta de ayer no le tomó por sorpresa.
“Esto es algo que desde hace algunos meses se veía venir, sino desde la misma campaña de Trump en 2016 y es que la actitud de Trump y la manera en que él organiza su discurso político es uno de desafiar las instituciones mismas del gobierno estadounidense, de desafiar los procesos políticos que tienen sus deficiencias por supuesto, pero que son los procesos que han estado vigentes por más de dos siglos”, señaló.
“Si bien fue bastante gente, no me parece que fuera una masa completamente determinante, aunque pudieron incluso dominar a la policía del Capitolio que esto reflejó la poca preparación que tenían las fuerzas de seguridad para proteger el hemiciclo y por otra parte, la diferencia de cómo se protegen estos edificios, estas instituciones, cuando hay manifestaciones de otros grupos”, agregó.
Esto en referencia a la respuesta del aparato policial ante las manifestaciones del “Black Life Matter” en el 2020.
“Es importante señalar que, si antes de la entrada de estos grupos que podrían ser denominados como terroristas domésticos, antes de que entraran al Congreso, si es cierto que ya había oposición de ciertos representantes y de senadores; ambas Cámaras estaban reunidas en el mismo momento para certificar a Biden, sobre todo, con disputas en la relación a la elección en el estado de Arizona”, dijo.
“El resultado de esto es que el haber dado voz y haber propiciado estas teorías de la conspiración y esta idea de que hubo fraude en las elecciones, aunque finalmente fueran a certificar a Biden, pero el incendiar ese discurso que es lo que ha estado haciendo Trump y que también senadores y representantes republicanos han apoyado pues llevó a esto”, añadió.
Para el catedrático de Ciencias Sociales del Recinto de Río Piedras de la UPR, Miguel Rivera Quiñones, la situación violenta del domingo fue producto de un “autogolpe”, que es cuando el poder ejecutivo moviliza a los sectores que lo apoyan para tratar de invalidar el poder legítimo de la Legislatura y así, perpetuar su presencia en el Gobierno o en el Ejecutivo.
“Es interesante, porque al final cuentas lo que intentaba hacer Donald Trump ayer fue tratar de utilizar las fuerzas sociales que él ha acumulado en esta parte de la población estadounidense para poner presión sobre los legisladores republicanos, especialmente el vicepresidente Mike Pence, para que desconocieran el resultado de la elección y que esa forma él continuara siendo el presidente de los Estados Unidos”, expuso.
“Es importante también señalar que, en gran parte, el llamado al autogolpe de por sí venía debilitado por el hecho de que ninguna facción de los militares estadounidenses apoyaban a Donald Trump. Usualmente estas movilizaciones, para ser exitosas, tienen que tener el apoyo de cierta facción de las fuerzas armadas o las fuerzas policiales y eso no fue lo que se reflejó en el día de ayer”, afirmó.
Coincidió en la contradicción de la respuesta policiaca entre la manifestación de ayer y otras que por décadas han surgido en las inmediaciones del Capitolio estadounidense.
“Posiblemente este es el caso más ilustrativo de que Estados Unidos es básicamente un estado que es estructuralmente racista, porque si estas personas que hubieran estado protestando ayer hubieran sido negros o cualquier otra minoría étnica en los Estados Unidos, no darían abasto las camillas para contar los muertos. Este mismo año vimos cómo las protestas de BLM, la respuesta del estado en muchos lugares fue inclusive secuestros ilegales, golpizas a los manifestantes y represión brutal en contra de la comunidad negra”, subrayó.
“Mientras tanto vimos ayer que estas personas atentan directamente contra las estructuras de poder estadounidense y, sin embargo, muy poco sucedió para el intento de agresión en contra de las instituciones estadounidenses. Me parece que esta es la ilustración más vulgar de ese desgraciado racismo institucional que todavía permea o está muy incrustado en la estructura estatal estadounidense y especialmente el privilegio blanco que a mucha gente le gusta negar, pero que a mí me parece que ayer quedó totalmente al descubierto”, resaltó.
Destacó que, además de Trump, el caos de ayer en el Congreso también fue motivado por otras figuras del Partido Republicano, entre estos, el presidente del Senado estadounidense, Mitch McConell e incluso la comisionada residente en Washington, Jennifer González.
“Me parece que figuras como Mitch McConell e inclusive, Jennifer González en Puerto Rico y estas figuras que han apoyado a Trump por cuatro años, ahora tratan de separarse de la figura de Trump y de lo que sucedió ayer, cuando ellos han sido cómplices activos de esto, que no fue producto de lo que Trump dijo en el día de ayer o anteayer, sino que esto es producto de cuatro años de retórica polarizante, de retórica racista, de retórica xenófoba que esas personas que ayer estaban molestas, apoyaron por cuatro años”, denunció.
“Ahora cuando vemos el resultado final de a dónde es que conduce esa retórica xenófoba y polarizante, pretenden desligarse y separarse de la misma. Me parece un acto de hipocresía de parte de Mitch McConell y de otros congresistas que después de lo que sucedió ayer, ahora y ya una vez Donald Trump derrotado, ahora deciden censurar sus palabras y sus acciones”, mencionó.
Finalmente, Fonseca Santos recalcó que el asalto al Capitolio que dejó perplejo al mundo entero puede repetirse antes de que finalice la presidencia de Trump.
“Esto no quiere decir que de aquí al 20 de enero, que es el día que debe tomar posesión Joe Biden, no volvamos a ver situaciones similares a esta porque no me parece que vayan a darse por vencidos ni Trump ni sus seguidores y eso es lo que pudimos ver ayer con su mensaje que, aunque les pidió que se fueran a casa, aun así sigue insistiendo en que estos estaban defendiendo el bien contra el mal, de aquellos que le ‘habían robado las elecciones”, concluyó.