El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, informó este miércoles que se encuentra reflexionando sobre la decisión del Papa Francisco de remover a su compañero obispo de Arecibo, Daniel Fernández Torres, del cargo.

“Más adelante en el día de hoy enviaré mis expresiones sobre el relevo del Obispo de Arecibo, expresiones que quiero hacer con caridad, prudencia y oración para lo cual necesito un tiempo para la reflexión y el discernimiento”, dijo a Primera Hora, cuando se le insistió por obtener una reacción.

Afirmó que “no quiero ser víctima de la cultura del café instantáneo”, al emitir alguna opinión.

En la tarde, emitió unas declaraciones escritas en las que estableció que la destitución de Fernández Torres representa una “noticia dolorosa”.

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“Por ello, animo a todo el pueblo, especialmente, al clero, religiosas y religiosos de Arecibo, a acompañar al obispo Daniel con sus oraciones y cariño en esta situación particularmente difícil”, dijo en declaraciones escritas.

El arzobispo dijo que se trató de comunicar vía telefónica con el monseñor, pero le fue imposible. Reveló que le envió un texto que leía: “Daniel… Sé que estás pasando por un momento muy doloroso. Te acompaño con mis oraciones y sentimientos fraternales”.

Fernández Torres fue informado en la madrugada de este miércoles que ya no ocuparía el cargo de obispo de Arecibo. Entre otras cosas, se le imputó no ser obediente con las determinaciones del Papa Francisco ni mantener comunión con sus otros compañeros obispos.

Específicamente, el malestar contra el obispo se suscitó porque este estaba en contra de la vacunación contra el COVID-19 y firmaba exenciones religiosas para que las personas no se vacunaran, cuando la Iglesia promovía la inoculación. Además, se le imputó negarse a trasladar seminaristas de su Diócesis al nuevo Seminario Interdiocesano de Puerto Rico.

A González Nieves se le ha achacado el haber llevado la queja al Papa Francisco sobre el comportamiento de Fernández Torres. Pero, de inmediato, este no respondió a tales alegatos.

Apoyo desde Argentina

Por su parte, el monseñor Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata, Argentina, ofreció su respaldo a Fernández Torres al catalogarlo como “víctima del avance implacable del progresismo que impone la Santa Sede”. Además, indicó que su caso es un “ejemplo clarísimo de cómo la Iglesia marcha al revés de lo que debe ser su misión”.

“El obispo de Arecibo, Puerto Rico, Monseñor Daniel Fernández Torres, ha sido depuesto de su diócesis por defender la objeción de conciencia, ante la ridícula ‘obligación moral’» de vacunarse, impuesta por la Santa Sede. La Iglesia actual ya no se ocupa ni de Dios, ni del mandato de Cristo de evangelizar, sino solamente de imponer ‘nuevos paradigmas’, y de adherir a los principios de un Nuevo orden Mundial, ajeno a la ley natural, y a la revelación cristiana. El caso de Mons. Fernández Torres es un ejemplo clarísimo de cómo la Iglesia marcha al revés de lo que debe ser su misión...”, dice Aguer en expresiones recogidas en el portal infocatolica.com

“Por medio de estas líneas, deseo asegurar a Mons. Fernández Torres, a su vicario general, y al clero de esa querida diócesis, mi cercanía espiritual, y mi oración. Rezo, también, para que esta medida injusta, y draconiana, no lleve a la destrucción de tantas iniciativas verdaderamente católicas que allí surgieron y se desarrollaron. Quiera Dios que los demás obispos de Puerto Rico adviertan que se debe obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch 5, 29), aunque estos hombres vivan en el Vaticano”, finalizó.

Conferencia Episcopal pide “orar por nuestro hermano”

Tras la solicitud de la Santa Sede de remover al monseñor Fernández Torres, los obispos de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP), mediante una carta, se unieron “de corazón” a la solicitud del nuncio apostólico Ghaleb Bader de “orar por nuestro hermano, S.E.R. Mons. Daniel, en este momento difícil de su vida y misión de Obispo”.

“Igualmente, le pedimos a todos la oración por nuestro hermano y la amada Diócesis de Arecibo”, lee la misiva firmada por el obispo de Ponce, Rubén Antonio González Medina, y el obispo auxiliar de San Juan, Alberto A. Figueroa Morales.

“Por deferencia y respeto a los procesos canónicos internos de la Iglesia, estas serán las únicas expresiones oficiales que se harán sobre este asunto, al momento”, concluyó.