Mucho dolor es el sentimiento que predomina en una artista manatieña que recientemente descubrió que su más importante obra quedó oculta tras una capa de pintura crema.

Se trata del mural “Manatuabón”, que adornó el recibidor de la alcaldía de Manatí desde el año 1979 y, según su autora Rosa Rivera Ayala, forma parte de la historia y cultura del municipio. El mismo fue inspirado en un yacimiento que se encontró en el sector La Esperanza, cerca de la playa, para esa época.

Según explicó Rivera Ayala, las personas no podían tener acceso al hallazgo arqueológico, pero ella sí pudo verlo. “En lo que vi, yo me inspiré y le quise traer al pueblo cómo yo pensaba que había sido el cacique Manatuabón allí”, dijo. En la pintura estaba la imagen del cacique taíno y la plaza ceremonial que habían descubierto.

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“Esa es la base de la historia de Manatí”, agregó.

Sin embargo, el pasado viernes, 13 de enero Rivera Ayala se encontraba en la Oficina de Asuntos Culturales cuando un empleado le sugirió ir a la alcaldía para darle seguimiento a una petición que la artista había hecho al exalcalde, Juan Aubín “Bin” Cruz Manzano, para precisamente, retocar el mural que con el tiempo había recibido algunos rallazos.

Fue entonces cuando se toparon con una gran pared pintada de color crema, donde antes estaba la obra. “Le dije al muchacho: ‘sabes que esto yo lo había soñado ya. Esta era mi pesadilla’”, contó. “El dolor que me dio fue inmenso, porque ese era mi legado para el pueblo. Como artista, esa fue mi obra más grande en Manatí”, añadió la mujer quien, aunque se desempeña a tiempo completo como maestra de arte en una escuela de Guaynabo, se mantiene activa en atividades culturales del municipio y es miembro del Grupo de Pintores Manatieños.

Ahora nadie lo pintó

Mientras Rivera Ayala y el empleado municipal contemplaban sorprendidos lo sucedido, un conserje que estaba en el lugar les comentó que a él lo habían mandado a pintar el mural pero se rehusó y le avisó a la entonces directora de la Oficina de Asuntos Culturales, Elba Ortiz. 

Según relató Rivera Ayala, Ortiz le envió unos documentos a los conserjes que evidencian que la artista posee los derechos de autor de la obra, por lo que solo ella podía tocar la pintura.

“Los conserjes de la alcaldía se rehusaron a pintar, pero hoy (a tres días del incidente) descubrimos que la persona que dio la orden lo que hizo fue que buscó a dos personas que estaban pintando fuera de la alcaldía y los llamó y les dijo ‘píntenme esta pared aquí’ y pintaron con la misma pintura que estaban pintando la verja de la catedral de Manatí que está frente a la alcaldía’”, contó.

Rivera Ayala no sabe a ciencia cierta cuándo, ni quién pintó la pared, pero una de sus teorías apunta a que fue personal de la nueva administración del municipio “por rencillas políticas”. Asimismo le ha llegado información que señala a alguien del equipo de trabajo del exalcalde Bin Cruz, que presuntamente “estaba mandando a pintarlo todo”. A juicio de la artista, “hay miedo de hablar entre los empleados porque están botando a la gente”.

Pero más allá de identificar al responsable, Rivera Ayala fue enfática en que aún hay tiempo para rescatar su mural, lo cual es su prioridad. “Si no fue la administración nueva y están heredando ese problema, ahora ellos deberían mostrar de qué manera está hecho y mandarlo a recobrar”, dijo la artista al detallar que hace algún tiempo ella lo había revestido con acrílico y que lo pintaron con pintura de agua.

“Yo haría un experimento con un cepillito de mano y agua y jabón a ver que tal puede salir. Si acaso habría que restaurarlo, pues yo entro en acción y lo restauro. No tengo ningún problema con eso, pero quiero ver qué es lo que dice el alcalde”, acotó.

Reacciona el municipio

Rivera Ayala dijo que tras toparse con la desaparición del mural se presentó a la oficina del nuevo alcalde, José Sánchez González, para increparle sobre la situación.

El mandatario no estaba disponible pero designó a un licenciado de apellidos Díaz Vanga, y al nuevo director de la Oficina de Asuntos Culturales, el actor Luis Enrique Romero para que la atendieran.

“Luis Enrique Romero estaba sorpendido de que eso había pasado. El no sabía nada, estaba perplejo”, dijo la mujer. El licenciado, por su parte, le dijo que no encontraban registrado ese mural como propiedad del municipio.

“Perdóneme, pero en el balcón de mi casa no estuvo esos 38 años, eso estuvo aquí, eso lo vio todo el pueblo, eso pertenecía al pueblo”, fue la respuesta de Rivera Ayala, según contó. “Yo llamé al Instituto de Cultura y me dijeron que ellos no debieron haber hecho eso”, apuntó.

El Norte igualmente intentó obtener una reacción del alcalde, quien habló a través de su directora de comunicaciones, Loriel Torres.

“La pasada administración debe tener conocimiento de quien dio la orden y demás, pero la alcaldía ya estaba pintada cuando el honorable alcalde José Sánchez González tomó posesión el 10 de enero”. Esta dijo que actualmente la administración trabaja desde un edificio aledaño a la alcaldía, mientras culminan de reparar los daños que sufrió el edificio durante un fuego el pasado mes de julio.

A preguntas sobre una posible restauración del mural, Torres dijo que estarían abiertos a discutir el asunto. “Ella (la artista) se puede reunir con el señor alcalde. Él está recibiendo todos los lunes a la ciudadanía. De igual manera puede venir a la oficina y sacar una cita para que ella tenga la oportunidad de llegar un acuerdo”.

Al cierre de esta edición, este medio supo que el alcalde le extendió a Rivera Ayala una invitación para dicha reunión.