Arte como herramienta para educar sobre la salud
La iniciativa de impacto a los jóvenes, Puerto Rico en Óptima Salud, se extenderá a los municipios de Ciales, Jayuya y Vega Alta.
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Conscientes de la importancia de invertir en la salud y el bienestar de la juventud, las organizaciones que componen el proyecto Puerto Rico en Óptima Salud (PROSa) anunciaron la renovación de esta iniciativa.
Con una subvención federal de $9.5 millones durante los próximos cinco años, el Grupo Nexos, los Centros Sor Isolina Ferré, la Coalición de Prevención Moroveña y la organización Urban Strategies, ampliarán el alcance de la iniciativa a los municipios de Ciales, Jayuya y Vega Alta, mientras continuarán impactando los pueblos de Morovis, Orocovis, Canóvanas y Loíza.
“La inversión en la salud y el bienestar de los jóvenes es fundamental. Si tomamos en cuenta los bajos índices de natalidad y el envejecimiento de la población en Puerto Rico, ahora más que nunca nuestro futuro como adultos mayores está en manos de nuestros adolescentes. Invertir en la juventud, es invertir en todos nosotros”, dijo Samaris O. Vega, Epidemióloga y Co-Directora de PROSa.
La expansión del programa permitirá replicar prácticas basadas en evidencia que han demostrado efectividad desarrollando habilidades de vida útiles para la juventud. También busca que, desde el proceso de diseño y planificación hasta la implementación y evaluación, sean los jóvenes quienes nutran con sus experiencias los logros del proyecto. Precisamente y como parte de estas iniciativas, recientemente se crearon dos murales en Canóvanas cuyo concepto y ejecución fue desarrollado por estudiantes de las escuelas que participan de PROSa: uno en la Academia Bautista Sotera Sánchez y otro en el Colegio Nuestra Señora del Pilar.
“Le recomiendo a las personas que organizan actividades dirigidas a la juventud que piensen en qué es lo que los jóvenes quieren, que les permitan a ellos expresarse libremente, que puedan recoger sus ideas, que le puedan preguntar directamente cuáles son sus expectativas y que ellos mismos sean quienes lleven el mensaje a los demás”, dijo Carla Pizarro Lebrón, estudiante de la Academia Bautista Sotera Sánchez en Canóvanas.
Con esta iniciativa ya son tres los murales que se desarrollaron con el insumo de la juventud como parte del programa. El primero se pintó en la Escuela Ángel G. Quintero Alfaro en Morovis.
“Lo que más me ha llamado la atención de PROSa es que no solo nos dieron talleres en los salones, sino que también nos involucraron como estudiantes y compañeros para poder crear juntos un mural. Lo que hizo especial para mí este proyecto fue eso, que nos involucraron como estudiantes porque normalmente solo nos piden las ideas y otras personas son los que toman luego las decisiones”, añadió Micael Allende Ortiz, estudiante de duodécimo grado del Colegio Nuestra Señora del Pilar en Canóvanas.
PROSa es un programa de educación en salud que busca promover la salud óptima y reducir los embarazos y las infecciones de transmisión sexual entre adolescentes. El componente medular del programa será la implementación de prácticas basadas en evidencia que promueven el apoyo socioemocional y las relaciones saludables entre jóvenes de 12 a 18 años. Durante los primeros tres años del proyecto, PROSa impactó a 2,057 jóvenes y 1,057 familias en cuatro municipios. También realizó tres actividades de diálogo comunitario donde se utilizó el Modelo de los Determinantes de la Salud para identificar aquellos determinantes que requieren mayor atención en los municipios participantes.
“El mayor retorno de inversión que obtenemos como sociedad es cuando ponemos capital económico y recursos humanos al servicio de los jóvenes. No queremos que la juventud de Puerto Rico simplemente ‘estén bien’, queremos que prosperen, se queden en la isla y alcancen su máximo potencial. Por eso, el compromiso de PROSa es canalizar sus voces y con su apoyo, desarrollar ese potencial”, concluyó Heidi Báez, Gerente de Proyecto en Urban Strategies.
Según la Oficina de Asuntos de la Población (OPA, por sus siglas en inglés), la inversión en la salud y el bienestar de la juventud genera un triple dividendo: salud para los adolescentes ahora, una vida adulta saludable y mejor salud para la próxima generación.