La quiebra a la que se acogió la Iglesia Católica en Puerto Rico, en medio del conflicto que mantienen con varios colegios católicos y sus maestros por el pago de pensiones, parece no haber tenido un impacto demasiado marcado en el día a día de esa institución, cuyos líderes esperan que se encuentre una solución satisfactoria para ambas partes en ese pleito que está actualmente bajo consideración de los tribunales.

En expresiones a este diario, en el marco de la celebración de la misa en honor a la Virgen de la Divina Providencia, el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, dijo que, a pesar de la declaración de quiebra, “gracias a Dios, el curso de la arquidiócesis, de la Iglesia, ha seguido bastante normal”.

“Será un milagro, pero todo marcha bastante bien. No hemos tenido que paralizar nada. Quizás es un milagro. Los milagros se dan”, agregó el arzobispo.

González Nieves se mostró agradecido por el respaldo recibido de parte de obispos, sacerdotes y párrocos, así como del pueblo.

El arzobispo dijo estar esperanzado en que “haya una solución” en el conflicto con los colegios y maestros. “Los que han demandado no son culpables de que haya colapsado el plan. Esto es una tragedia moral para todos”, señaló.

El obispo de Mayagüez, Álvaro Corrada del Río, explicó que, contrario a la creencia popular, la diócesis que dirige “siempre ha vivido de día a día, no tenemos grandes riquezas”, y por tal razón, no “esta situación de quiebra no ha sido tan difícil de dirigirla”.

“Lo que sí es un reto para la Iglesia Católica es ver dónde nosotros estamos poniendo la atención económica en los más pobres. En la pobreza, en los que necesitan, ahí es donde nos hemos visto cortos para seguir ayudando a la gente más pobre, especialmente después del huracán”, dijo Corrada del Río.

Agregó que el proceso de quiebra obliga a “ponerse al día, pagar las cuentas y restructurarse. Y en eso estamos, en una restructuración, que conviene para la Iglesia, para así no perder el ritmo de lo que la gente en Puerto Rico está pasando. Somos parte de esta Isla”.

Aunque aclaró que el asunto del reclamo de los colegios y maestros no tiene que ver con la diócesis de Mayagüez, considera que “el derecho al retiro es algo sagrado. Y es importante que se cumpla. Que se resuelva adecuadamente. En justicia tiene que ser así”.

Por su parte, el obispo de Arecibo, Daniel Fernández Torres, aseguró que “en la diócesis de Arecibo, gracias a Dios, estamos trabajando normalmente en todas nuestras operaciones”.

Tras resaltar que la diócesis de Arecibo no fue ni emplazada ni demandada en el pleito, el obispo expresó que “obviamente, el anhelo es que haya una solución pronta y adecuada para todas las partes. Es los que pedimos al Señor que pueda darse en un futuro cercano. Oramos para que entre las partes se llegue a una solución que sea lo más justa posible”.

El obispo de Caguas y administrador apostólico de la diócesis de Fajardo Humacao, Eusebio Ramos Morales, sin embargo, expresó que el proceso judicial ha tenido un costo importante para la Iglesia que ha obligado a “hacer grandes ajustes y grandes sacrificios”. Subrayó, no obstante, que “lo asumimos con valentía, porque sabemos que de aquí la Iglesia va a salir más fortalecida”.

Ramos Morales dijo que todo el asunto causó “mucha sorpresa”, porque se ser un asunto local de la arquidiócesis de San Juan, terminó involucrando a toda la Iglesia en la Isla. “Y aunque las interpretaciones de los jueces se las respetamos, no estamos de acuerdo con eso. Porque así no funciona la Iglesia. Y ellos lo saben muy bien. Nos han obligado a diócesis particulares a entrar en proceso judiciales que no estaban contemplados. Y hemos tenido que asumir y participar. Con gastos exorbitantes. Y lo lamentamos mucho”.

Aunque se mostró solidario con el reclamo de pago de pensiones, Ramos Morales insistió en que el asunto debe hacerse “en la estructura propia. No obligar a toda la Iglesia, a todas las diócesis que no tienen nada que ver en eso” a participar en la solución.

“Es justo el reclamo de los maestros. Eso lo entendemos. Tienen derecho a, si se les prometió una cosa, se les debe cumplir. Espero que haya pronto un acuerdo que se pueda terminar con esta historia. Que es muy triste”, insistió el obispo de Caguas.

Una quincena de colegios católicos y cientos de maestros confrontó a la Iglesia Católica, y en particular con la arquidiócesis de San Juan, luego que se eliminara su plan de pensiones, presuntamente porque se quedó sin fondos. El asunto escaló y llegó a los tribunales, y eventualmente llevó a la Iglesia a acogerse a la quiebra en agosto pasado. Entonces, se informó que la Iglesia tiene deudas por más de $16 millones, incluyendo unos $4.7 millones que reclaman los demandantes en el pleito por el pago de pensiones.