“Aquí el libro no estaba escrito” para el coronavirus
Infectólogo Jorge Santana Bagur hace un llamado a la prudencia como el mayor método de prevención.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Sin una cura probada, ni mucha información científica válida, no les queda más a los puertorriqueños, y al resto del mundo, que aplicar ciertas reglas básicas de higiene y el uso de la prudencia para enfrentar el embate que el Covid-19 pueda tener en la Isla.
Según el Dr. Jorge Santana Bagur, infectólogo y catedrático de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, será en las próximas semanas y meses que aprenderemos un poco más sobre la pandemia de coronavirus que arropa el planeta.
“Ya es tiempo, y es importante, que las personas, la sociedad, la comunidad, empiecen a considerar seriamente lo que se llama distanciamiento social”, explicó Santana Bagur.
“Esto quiere decir que si usted va a estar en su casa y va a invitar a amigos o familiares, que no sea una congregación de más de 20 personas y es preferible que sea en un patio abierto. Que cambien las reglas sociales de saludar de beso y abrazo”, aconsejó.
“Otra cosa que los ciudadanos pueden hacer para ayudar en esta epidemia es concientizar a alguien enfermo, con tos, malestar y fiebre, a que se quede en su casa, y sobre todo, proteger a las personas más vulnerables, que son las mayores de 65 años, los que tienen condiciones mórbidas como diabetes, obesidad, problemas de corazón, problemas pulmonares crónicos, y las personas inmunosuprimidas”, añadió.
En cuanto al manejo de la crisis por parte del gobierno de Puerto Rico, el infectólogo expresó que todo es algo nuevo y cada país trabaja sobre la marcha, por lo que deberíamos aprender los que ya pasaron por lo peor de la crisis, como lo son Singapur, China, Hong Kong y Corea.
“No puedo decir que se ha hecho bien o mal, porque aquí el libro no estaba escrito para este tipo de virus. Lo estamos reescribiendo, o estamos actualizando el libro que usamos con otras condiciones infecciosas previas”, opinó.
Pero agregó que le hubiese gustado tener una celeridad mayor en el proceso de los métodos diagnósticos, en las pruebas.
“Tengo que conceder que esto no es culpa del Departamento de Salud, porque en todo esto dependemos del CDC (Centro para el Control de Enfermedades) y de la FDA (Food and Drug Administration), y ambos están abarrotados de casos de los estados, que ya hay sobre 30 (estados) que tienen casos. De los abastos que había para hacer las pruebas, lamentablemente, tuvieron que recoger muchos de los kits”, informó.
Un rayo de esperanza para el catedrático es que entiende que a partir de la próxima semana entre los laboratorios privados y el Departamento de Salud “se deben estar comenzando a hacer muchas más pruebas y con resultados más rápidos. Desde el lunes enviaron las primeras muestras a través del CDC (la del caso de la turista italiana y su esposo) y no han llegado los resultados. Pero entiendo que en las próximas dos semanas, si todo va bien, habrá la capacidad de tener resultados entre 24 y 48 horas”.
Anticipándose al comportamiento del boricua, pidió prudencia a la ciudadanía, pues esas pruebas que se desarrollen no son para que cualquier persona que tenga miedo de estar infectado vaya a su médico para pedirle que le ordene el análisis y salir de dudas.
Dijo que de suceder eso, se correría el riesgo de que el país se quede sin los kits de prueba necesarios para realizarlos a pacientes que presenten cuadros significativos importantes y que sean sospechosos.
Dicho eso, lo que queda es “tener conciencia de una buena higiene en todo lo que está alrededor nuestro y que uno está tocando constantemente. Desinfectar las puertas, los teléfonos, los controles del televisor. Debemos aprender a toser, que se hace en un papel o en un paño. O en el antebrazo. Y que no debemos toser o estornudar ‘a viva voz’”, finalizó.