Aprovechan el Viernes Santos para visitar iglesias y playas
Muchos ciudadanos tomaron la jornada para disfrutar en familia de algunas de sus actividades favoritas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Muchas personas aprovecharon la jornada de este Viernes Santo para acudir a conmemoraciones religiosas o para simplemente disfrutar del día feriado en la playa, visitando algún monumento histórico o para simplemente pasear o volar chiringas en la explanada frente a El Morro.
Para el padre Benjamín Antonio Pérez Cruz, o padre Bengie, como le conoce la mayoría de la gente, era motivo de gran regocijo ver a la gente regresar a las ceremonias de la Semana Santa luego de un par de años en que se limitaron las actividades por razón de la pandemia del COVID-19.
“Después de dos años de pandemia, pues gracias a Dios este año, desde ayer, hemos tenido las visitas a los siete monumentos, que es una tradición muy arraigada aquí en el Viejo San Juan, y aunque no tenemos el séptimo monumento aquí en la ciudad, pues entonces han estado visitando los feligreses la Parroquia San Agustín en Puerta de Tierra como el séptimo monumento”, comentó el padre Bengie, rector de la Catedral de San Juan y vicario episcopal de la zona de San Juan-Santurce.
“Puedo decir que después de estos dos años de pandemia, la asistencia ha sido muy buen. Han venido muchos grupos de parroquias a hacer sus visitas. Veo el fervor y la devoción de la gente, muy animados y alegres de poder hacer las visitas a los siete monumentos”, agregó el sacerdote.
“Nos sentimos bien, gracias a Dios. Como dije, este año, ya desde ayer que comenzamos con el Triduo Pascual, la asistencia ha sido buena, en las misas y en el recorrido a los siete monumentos”, insistió el sacerdote.
Cabe destacar que la mayor parte de las personas que estaba acudiendo a la Catedral de San Juan estaban haciendo uso de mascarillas protectoras.
“Han estado viniendo con bastante continuidad. Todo ha sido como esperado. Ha habido muchas visitas, muchas, desde temprano, desde las 8:00 de la mañana. Y están viniendo, en su mayoría, con la mascarilla. Una pequeña minoría no tiene, pero no se le está diciendo nada. Pero la gente está muy consciente (de la pandemia), comentó Wilmer Carrasquillo, un fiel que estaba cooperando en la organización de los eventos en la Catedral.
Entre esos ciudadanos que acudieron a celebrar la festividad se encontraba Sheila García Barrios, quien estaba con su familia y “visita de Estados Unidos”.
“Estamos con la familia. Parte de la Semana Mayor, es la semana más importante, donde nuestro señor Jesucristo muere, por amor, por todos nuestros pecados y por nosotros”, comentó García Barrios. “Tengo visita de Estados Unidos, así que vinimos al Viejo San Juan, y parte de lo que vamos a estar haciendo es visitar las distintas iglesias”.
Tanto García Barrios como sus familiares llevaban mascarilla como medida de protección contra el peligroso virus del COVID-19.
“Hay un repunte y nos tenemos que cuidar nosotros y cuidar a los que están a nuestro alrededor. No es solo por nosotros”, afirmó.
En ese sentido de las medidas de prevención contra el COVID-19, el padre Bengie recordó que “la Conferencia Episcopal Puertorriqueña no ha quitado las mascarillas dentro del templo. Se supone que las llevemos”. Reconoció, sin embargo, que hay personas que deciden no usarlas.
“Pero puedo decir que muchas personas que han venido vienen con sus mascarillas”, afirmó el sacerdote, quien conversó con este medio apenas minutos antes del Sermón de las Siete Palabras, que contó con una gran concurrencia.
El padre Bengie aprovechó la entrevista para hacer una “exhortación o invitación de que vivamos estos días de la pasión, muerte y resurrección del Señor reflexionando y pidiendo al Señor que seamos portadores o construcciones de paz en el mundo. Sabemos que estamos viviendo un tiempo muy difícil por esta guerra en Ucrania y Rusia, pero que cada uno de nosotros pidamos en este Triduo que el Señor nos ayude a ser esos instrumentos de paz que tanto necesita nuestro mundo”.
Mientras, a cierta distancia de los templos, la soleada mañana ofrecía un tiempo bastante favorable para visitar la playa y darse un chapuzón, a pesar que había advertencias de oleaje peligroso.
En la playa de El Escambrón se dieron cita muchas personas, si bien algunas no estaban entrando al mar, sino más bien disfrutando la brisa bajo la sombra de cocoteros y uvas playeras, en compañía de familiares y amigos.
La familia Malavé Marcano llegó desde San Lorenzo a gozar de “un diíta familiar” en la playa, y de paso de unas carnes que estaban cocinando a la barbacoa, y que expendían un sabroso olor que incitaba el apetito.
“Aquí todos somos familia, mis hijos, mi yerno, mi suegra, mi esposo y mi papá. Es un diíta familiar. Nos vamos tempranito porque después vamos a la iglesia”, comentó Luz Marcano, quien tenía en brazos a la mascota de la familia, que también se montó en el viaje “y vino a pasarla bien aquí en familia”.
Agregó que estaban al tanto de la advertencia de fuerte oleaje, “y casi no nos hemos metido. Estamos más simplemente aquí compartiendo en familia, y pasar un ratito para después irnos”.
De igual forma, aseveró que estaban al tanto del repunte de COVID-19 y “por eso estamos más distantes de otras personas. Estamos nosotros en sí en familia, que somos los que compartimos casi siempre. No estamos cerca de otras personas por eso mismo”.
Mientras, en el agua, la joven turista Dimelza González Flores estaba disfrutando en grande de un chapuzón, junto a su familia, para ir más tarde en el día a visitar otras atracciones “en el interior” de la Isla.
“Es la primera vez que vengo por estos lados. Esta interesante”, dijo con evidente júbilo, agregando que en su natal Bolivia no hay acceso al mar, y en Washington, D.C., donde reside, estaban pasando por una primavera bastante fría.
González Flores comentó que conocía del repunte en el COVID-19 y por eso “nosotros para venir tenemos las dos vacunas, el ‘booster’ (refuerzo). Mi mamá tiene doble ‘booster’. Siempre con las mascarillas cuando estamos en lugares cerrados. Y cuando estamos en lugares abiertos donde pasa el aire, con mascarillas fuera”.
La joven dijo estar también al tanto de la advertencia de oleaje peligroso “y por eso hemos buscado diferentes playas. Y aquí como tiene el ‘reef’ (arrecife) es un poco más protegido”.
Cabe destacar que, aunque la playa de El Escambrón está resguardada del oleaje más fuerte por una barrera de arrecifes, en el lugar había servicio de salvavidas para garantizar una mayor seguridad a los bañistas, así como banderas amarillas indicando condiciones de tiempo que requieren precaución.
Según comentó el salvavidas Jouniel Acevedo, “en la playa está todo tranquilo, todo en orden. Aquí estamos dando servicio como salvavidas y está todo tranquilo”.
Comoquiera, recordó que “hay oleaje peligroso y corrientes marinas, así que estamos tratando de mantener las personas lo más cerca posible de la orilla y más alejadas de las rocas”.
Manteniendo siempre su mirada vigilante sobre la playa, agregó que “por lo menos en este año la gente ha cooperado bastante. No hemos tenido ningún problema, ningún altercado con ningún bañista. Estamos en control, gracias a Dios”.
Más allá de la playa, también había un amplio despliegue de seguridad por toda la isleta de San Juan, incluyendo a rescatistas del Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD), paramédicos de Emergencias Médicas y policías estatales y municipales.