Con la autorización por parte del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) sobre la caza de serpientes no nativas en nuestro suelo, surgen dudas sobre la identificación de la boa puertorriqueña y cómo distinguirla.

Sepa que la boa de Puerto Rico estuvo en la Lista Federal de Especies Amenazadas y en Peligro de Extinción desde la década de 1970 y hace escasamente dos años el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (FWS, en inglés), informó sobre la recuperación de la especie.

Este reptil, que estuvo amenazado en gran medida por la deforestación, es una serpiente endémica, grande y no venenosa, que está ampliamente distribuida por toda la isla, pero no es uniformemente abundante.

Es una serpiente nocturna, mayormente arbórea, que se puede encontrar en una gran diversidad de hábitats, desde bosques costeros hasta bosques húmedos kársticos y montanos, a lo largo de arroyos, bosques y bordes de caminos, y en áreas rurales, suburbanas y algunas urbanas.

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Los sistemas de cuevas son particularmente importantes para esta especie, porque proporcionan alimento (ratas, ratones, murciélagos, lagartijas y pájaros) y refugio.

Desde el momento en que fue incluida en la lista de especies amenazadas, se implementaron leyes estatales y federales para proteger su hábitat.

La especie ha sido documentada en numerosas áreas protegidas en Puerto Rico, entre ellas, el Bosque Nacional El Yunque, y los bosques estatales de Río Abajo, Guajataca, Camabalache, Vega y Maricao.

Más sobre la especie

• Nombre científico: Epicrates
• Nombre común: Culebrón
• Descripción: Es la culebra más grande de Puerto Rico, alcanzando a medir hasta seis pies de longitud. Su color puede variar entre tonos de marrón pálido, oscuro, gris o negro. Su vientre también es de tonalidad negruzca. Además, se caracterizan por tener una serie de manchas o líneas negras a lo largo de la parte dorsal.
• Tienen unas estructuras conocidas como “espolones”, remanentes de extremidades posteriores, localizados cerca de la apertura cloacal.
• Información general: Descrita por vez primera por fray Íñigo Abbad y Lasierra en el siglo XVIII y declarada especie en peligro de extinción desde 1970, no pone ni incuba huevos, sino que pare sus crías totalmente desarrolladas. Los juveniles comen lagartijos, iguanas, insectos y otros vertebrados. Los adultos incluyen en su dieta a las aves pequeñas y los murciélagos. Es un reptil endémico de la Isla, que no es venenoso ni tiende a ser agresivo. Es tímido y escapa de la presencia humana. Muerden cuando se les molesta.