Varios abogados respaldaron ayer a su colega Américo Martínez Romero en su negativa de representar de oficio un caso de incesto por sus principios morales.

De paso, criticaron la práctica de los tribunales de asignar casos de oficio.

“Es doblemente impropia la designación porque la gente tiene derecho a que se le respete su vida privada y sus principios. No existe juez en el mundo que pueda obligar a una persona a asumir una defensa en contra de sus principios. La ética tiene unos límites”, dijo José Enrique Colón Santana, un abogado con abundante práctica civil y criminal.

“ La designación de abogados de oficio no debe ser una práctica vigente. Aquí, cada vez que hay un puente que tambalea o se cae, no llaman a un ingeniero o un arquitecto de turno para que vaya a trabajar gratis. Hemos sabido de compañeros que le han asignado casos que le implica cerrar sus oficinas por más de un año”, dijo.

Irving Prado, otro criminalista, dijo que un abogado puede tener razones “de peso, de conciencia” para no ver cierto tipo de caso.

En cuanto a la designación de abogados de oficio, dijo que la práctica no es para todos por igual. “¿Cuándo tú ves a un abogado corporativo viendo un caso de oficio?”, cuestionó.