En un país colapsado -ante la falta de servicios básicos de electricidad, agua potable y alimentos- la ex cirujana general de Estados Unidos fue testigo de múltiples escenas en la que galenos de diversas partes de la Isla enrollaban sus mangas para hacer “hasta lo imposible” por salvar las vidas de sus pacientes.

“Me quito el sombrero ante los médicos de mi País. Habría que ver el compromiso con el que trabajan y lo digo a toda voz. Tenemos el caso especial de los del Centro Médico a los que yo les pondría una placa de heroísmo. Hablamos de unos médicos cirujanos a los que se les fue la luz en medio de una intervención quirúrgica y sacaron valentía -en un momento en el que les pudo haber dado miedo- y buscaron la linterna de sus celulares para terminar la operación… eso es una maravilla”, dijo quien también tuvo elogios para el equipo de trabajo del Hospital Pediátrico.

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Mencionó también el caso de un médico de apellido Labees en Aguada que -tras haber perdido su oficina a causa del ciclón- recurrió a la parroquia del pueblo y le pidió al cura que le concediera un espacio para atender a los pacientes que aquellos primeros días buscaban desesperados un hospital donde atender sus males.

“Allí, cerca del área donde están los monaguillos, montó una clínica en la que atendía entre 30 y 40 pacientes”, expresó sobre el doctor al que, posteriormente, se le instaló un campamento bajo carpa y se le donaron camillas y medicamentos, gracias a la encomiable colaboración de Jorge Rodríguez, el presidente de PACIV, una compañía puertorriqueña que ofrece soluciones de ingeniería a empresas de biociencias.

Precisamente, fue a través de la donación millonaria de PACIV que Coello de Novello -quien llegó a la Isla con 2,000 libras de antibiótico- pudo intervenir con 145 pacientes cuyas vidas pendían de un hilo. Fue así que conoció a Diego, un pequeño de ocho años que le ha robado el corazón.

“Había un niño, de nombre Diego, que presentó un cuadro de acidemia propiónica (descompensación metabólica y neurológica) -un caso único y jamás visto en Puerto Rico- y estaba muy grave. Ese niño estaba moribundo porque por la tormenta no se conseguía el medicamento que se requería… luego sí conseguimos una dosis en el Centro Médico. Pero había que trasladarlo fuera del País. Y así se hizo a través de una ambulancia aérea. Diego se fue inmóvil y tienes que verlo ahora: es nuestra bomba atómica”, dijo.

En términos generales la doctora opina que el Departamento de Salud “ha hecho una buena labor”.

“Algunos dirán que se pudo haber hecho mejor. Pero hay que estar en esa silla porque tienes tu carrera de médico y tienes lo que te indica el que está arriba a nivel de Gobierno. Sólo un líder fuerte puede tomar una decisión pensando en el pueblo y después lidiar con la parte de arriba”, expresó .

De hecho, criticó la “burocracia” que en ocasiones entorpece las intervenciones que requieren celeridad.

“En un momento dado me preocupaba ese asunto de a quién pido opinión y que las ayudas se tardaran un poco. Pero me ayudó mucho el titulo de ex cirujana para abrir algunas puertas y el hecho de que hablé con el Gobernador (Ricardo Rosselló) y le pedí permiso para irme a vacunar al pueblo contra la influenza. Mi miedo era que ocurriera una epidemia y, al momento, la hemos evitado”, dijo.

La doctora es portavoz de VOCES, una organización que ha mediante una unidad móvil más de 14 municipios instando a la ciudadanía a inmunizarse.

De hecho, ayer participó de la iniciativa en el residencial Ernesto Ramos Antonini, en San Juan, donde tuvo la oportunidad de inyectar la vacuna a varios participantes, entre ellos al representante y presidente de la Comisión de Salud en la Cámara, Juan Oscar Morales. 

Mientras, la aseguradora de salud MCS visitará los 78 pueblos de la Isla con una unidad móvil, uniéndose a la campaña de prevención y vacunación