Desde el agua y el fango construyeron su comunidad. La tierra que habitan la sienten suya y la han visto transformarse.

Pero los políticos parecen no entender eso.

Un grupo de líderes de varias comunidades aledañas al caño Martín Peña mostraron su indignación por los políticos estadistas a quienes ayudaron a llegar al poder. Contrario a los días de campaña cuando les aseguraron que respaldaban el Fideicomiso de la Tierra, ahora les han dado la espalda con la aprobación de un proyecto senatorial que elimina la obligación de transferir terrenos y otros bienes a la entidad.

“Nos sentimos defraudados porque las promesas que hicieron de ayudar al plan de desarrollo integral han resultado ser mentira”, denunció Evelyn Quiñones, líder de las barriadas Israel-Bitumul.

Según ella, el mismo gobernador Luis Fortuño le aseguró que él era un político distinto, por lo que cumpliría sus promesas, juramento que se ha quedado en palabras.

Ante la propuesta de entregarles títulos de propiedad y no proteger las tierras de posibles desarrolladores, la líder comunitaria afirmó que no quieren títulos.

“Todos sabemos que la manera más fácil de desaparecer las comunidades es dar títulos de propiedad. Queremos la tenencia de las tierras en carácter colectivo y lo único que nos garantiza que las comunidades no desaparecerán es el Fideicomiso de la Tierra”, declaró.

La seguridad que ofrece el Fideicomiso es la única esperanza que tiene Ana Lydia Vázquez para no salir de la barriada en la que vive hace 45 años. Dos veces ha sido expropiada y ya, a los 72 años, no tiene fuerzas para empezar otra vez.

“La tierra es nuestra. No es de nadie porque aquí lo que había era agua y fango, y de agua y fango nosotros sacamos esto”, manifestó la septuagenaria, quien ha sido estadista toda la vida pero que se siente traicionada por los líderes del partido en que milita.

“¿Por qué si el Gobernador, antes de ser gobernador, nos prometió que sí apoyaría el proyecto del Fideicomiso, por qué ahora no? ¿Porque quería el voto? Pues mira, que cumpla”, expuso Vázquez.

Para Carmen Ana Burgos, de 74 años, después de la madre, la tierra es lo que más se quiere. Por eso no está dispuesta a ceder ni un centímetro de los terrenos del caño.

“El que quiere sacarnos de aquí es Santini. Queremos la tierra, que nadie nos la lleve. El Banco Popular ya se nos metió dentro de la barriada por gente que vendió. Si los dejamos, cualquier día están metidos acá adentro”, auguró.