Incluso el mandatario identificó erróneamente a la compañía como Mincrete Ecopanel, sin embargo, ese es el nombre del producto que la empresa mercadeará. El nombre correcto de la compañía es Verde Panel Inc., que se registró hace apenas dos meses como una corporación doméstica con fines de lucro. Su apoderado es Walter F. Emig, según los registros en la página del Departamento de Estado, aunque la persona que pagó el registro de incorporación es Skip Emig.

Primera Hora intentó comunicarse desde la semana pasada con Skip y le dejó múltiples mensajes de voz en su teléfono celular, sin embargo, el empresario nunca devolvió la llamada.

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Mientras, un pedido de entrevista con Manuel Mata presidente de AES fue rechazado.

La portavoz de prensa de AES, Bruni Torres dijo que debía referir las preguntas al secretario de Desarrollo Económico y Comercio, Manuel Laboy debido a que “es un proyecto del gobierno que AES-PR estaría apoyando como parte de su compromiso con el desarrollo económico de Puerto Rico”. 

De lo poco que se sabe es que un por ciento no determinado de cenizas que produzca la planta de AES pasarían a Verde Panel, que a su vez las utilizará para crear unos bloques gigantescos rectangulares, cuyo prototipo Primera Hora pudo ver en una fotografía.

Se trata de un producto patentizado con licencia exclusiva para su venta por Verde Panel. Ese trámite no se hizo en Puerto Rico, dijo una fuente con conocimiento de lo que ha propuesto la compañía.

Otros asuntos como las medidas de seguridad para sus empleados, el volumen de producción que se proyecta, entre muchos otros eran inciertos. 

Para algunos expertos la creación de productos con las cenizas sigue constituyendo una amenaza a la salud de los puertorriqueños.

El profesor universitario y doctor en química, Osvaldo Rosario, dijo que llamarle a las cenizas “material beneficioso” es un engaño porque hay múltiples estudios que indican que ese material contiene metales pesados clasificados como cancerígenos. Mezclar las cenizas con otras sustancias líquidas o sólidas no va a provocar ningún cambio en las propiedades dañinas, seguirán ahí igual de peligrosas, dijo el experto.

“Si las cenizas fueran tan buenas como ellos alegan habría, no una, sino un montón de compañías comprándoles, rogándoles a AES que le vendieran las cenizas. Pero eso no es lo que pasa: AES tiene que buscar qué hacer con ellas porque simplemente no son buenas”, indicó.

Asimismo, recordó que se ha comprobado que la cantidad de ceniza que se puede agregar a una mezcla de concreto es bien pequeña o se corre el riesgo de que el producto final no quede lo suficientemente sólido y se desmorone. Pronosticó con pesar que ocurirría lo mismo que con el asbesto cuya remoción de escuelas y edificios -cuando se comprobó su peligrosidad- costó millones de dólares y un número indeterminado de vidas humanas que se perdieron debido a sus efectos.

A Víctor Alvarado, miembro del Comité Diálogo Ambiental, le preocupa que las inmensas montañas de cenizas que llevan meses acumuladas en la planta de AES acaben en su totalidad en los vertederos porque no se sabe cuándo comenzará operaciones la empresa que manejaría una parte del material.

El activista recordó que el secretario de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, reconoció durante las vistas públicas del nuevo proyecto de ley que permite el depósito de cenizas en vertederos que hay historial médico de que ese material puede causar cáncer.

Del mismo modo, el titular de Desarrollo Económico también aceptó en las vistas que no se pudo usar cenizas para mezcla de cemento porque baja la calidad, mientras que el año pasado la Junta de Calidad Ambiental catalogó las cenizas como basura, recordó. 

Alvarado dijo también que se ha encontrado en estudios recientes que hay mayor incidencia de asma, abortos espontáneos, problemas cardiovasculares en comunidades cercanas a la planta de AES en Guayama en comparación con residentes de Fajardo.