El Departamento de Salud de Puerto Rico está recopilando datos para ver si la aparición en Cuba de una nueva cepa del virus del VIH que desarrolla más rápido la enfermedad del SIDA tiene o tendrá algún efecto sobre la epidemia en nuestro país.

Investigadores de la Universidad de Leuve, en Bélgica, identificaron en pacientes cubanos la cepa del VIH conocida como CRF19, que tiene la capacidad de desarrollar la enfermedad del SIDA no en una década, sino en 24 a 36 meses.

En un periodo tan corto de tiempo, el portador del virus puede desarrollar la enfermedad incluso antes de conocer siquiera que su cuerpo ha sido atacado por el VIH.

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Eso es altamente peligroso porque el desarrollo del SIDA en un periodo tan breve tiene el potencial de comprometer el éxito de los tratamientos antivirales.

Más gente también puede estar exponiéndose al virus  porque la persona que lo tiene en su cuerpo ni se imagina que eso puede estarle sucediendo.

“Por lo reciente de la información surgida, estamos recopilando datos para ver el efecto, si alguno, en la epidemia en Puerto Rico”, indicó ayer la directora del Programa de Vigilancia Sida, del Departamento de Salud, Sandra Miranda.

El líder de la organización Iniciativa Comunitaria, José Vargas Vidot, destacó que el gobierno estatal y los municipios deben “anticipar riesgos y redoblar la vigilancia” ante la detección de la nueva cepa del VIH en Cuba.

“Esto definitivamente representa un reto para el Departamento de Salud y un reto para el componente científico que analiza la estructura del virus del VIH”, subrayó el salubrista.

Vargas Vidot puntualizó que en Puerto Rico se trabaja mucho con el aspecto epidemiológico del “AIDS”, pero se hacen muy pocos estudios sobre la estructura del virus que causa esa enfermedad.

Indicó, sin embargo, que el doctor japonés Yasuhiro Yamamura, del Aids Research Progam, de la Escuela de Medicina de Ponce, hace un tiempo advirtió unas diferenciaciones en las cepas del VIH que se daban en mujeres que realizaban trabajo sexual.

Llegó a esa conclusión comparando la condición médica de mujeres que no practicaban la prostitución.

“Hay que considerar al doctor Yamamura. Es un grito de emergencia. Ya tenemos en Puerto Rico a un hombre que sabe de esto”, dijo.

El estudio belga –cuyas conclusiones han recorrido el mundo- ubica  la cepa CRF19precisamente en personas que habían mantenido relaciones sexuales con varias personas.

Esos pacientes  estuvieron expuestos a varias cepas de VIH, que unidas dieron paso al desarrollo del  CRF19.

Los cubanos infectados exhibían además una carga viral más elevada en su sangre que  pacientes con otras cepas.

Vargas Vidot lamentó que aquí se hayan disminuido las asignaciones para este tipo de riesgo: el de las personas que practican la prostitución y usan drogas en las calles.

“En San Juan, antes lográbamos ingresar (para rehabilitación) a mujeres en situaciones de alto riesgo, no sólo a las que eran HIV positivas. Ahora nos quitaron esa oportunidad”, dijo.

Explicó que el Municipio de San Juan busca cumplir con unos requisitos federales, pero debiera renegociar esos términos con el gobierno de Estados Unidos.

“No sabemos a ciencia cierta si eventualmente las nuevas cepas podrían replicarse aquí”.

La noticia de la nueva cepa del virus del VIH ha creado estupor alrededor del mundo, porque la velocidad con la que este actúa puede implicar un revés en la contención del SIDA, uno de los logros médicos más importantes de los últimos años.

En sus inicios, la enfermedad del SIDA suponía una condena de muerte, pero gracias a los  antirretrovirales ya no es así.

Con el CRF19 lo que se teme es que el tratamiento comience demasiado tarde: cuando ya la enfermedad ha dañado el cuerpo.

El estudio con los cubanos demostró que muchos de los pacientes  incluso habían salido negativos al virus del SIDA en pruebas de uno o dos años antes. Detectado el virus y desarrollado el SIDA, los antivirales no funcionaron  y algunos cubanos murieron.