En medio del aluvión de impuestos que le ha encarecido el bolsillo al consumidor boricua, parece asomarse un pequeño respiro.

El precio del barril del petróleo ha continuado  la ruta descendente que ha presentado en los pasados dos meses, cotizando este viernes a  $40. Y, aunque la noticia es buena, la realidad es que podría ser aún mejor de no ser por los  impuestos que esta administración le ha aplicado al petróleo y sus derivados.

Sepa que aunque usted está pagando en la bomba el  litro de gasolina regular a un precio que fluctúa entre los 64 y 69 centavos, podría  estar echándola  ocho centavos por debajo.  O sea, entre los 56 y 61 centavos. ¡Sí, así mismito!

“El panorama es muy bueno, porque ante la oferta del producto y la baja en la  demanda se ha ido desplomando esa cotización hasta este punto”,  reconoció a Primera Hora el presidente de la Asociación de Detallistas de Gasolina, Ricardo Román.

“En la medida que el combustible baje de precio el consumidor puede satisfacer sus necesidades y tener presupuesto para garantizar otros consumos, que es lo que agiliza la economía”, sostuvo.

La crudita 2, que aumenta en cuatro centavos el litro de gasolina,  se trató del segundo impuesto a la gasolina bajo esta administración. En junio de 2013, el Gobierno aumentó el arbitrio a los derivados del petróleo para evitar el colapso de la Autoridad de Carreteras. Ambos aumentos se traducen en ocho centavos adicionales al litro de gasolina, explicó Román.

Esto quiere decir, dijo, que el consumidor puertorriqueño es el que más arbitrios paga en la gasolina comparado con cualquier jurisdicción de los Estados Unidos.

La posibilidad de que esta baja se haga sal y agua siempre  está latente tratándose de un mercado sumamente volátil. Un evento atmosférico, un conflicto bélico, entre otros asuntos, pueden disparar los precios en un abrir y cerrar de ojos. Aunque hasta ahora la oferta sigue siendo mayor que la demanda.

La crudita 2 inició en marzo y la intención gubernamental con su  aprobación  es obtener $185 millones anuales.

 Para el mes de marzo,  justo cuando entró en vigor el impuesto, el precio de la gasolina en la bomba era similar al que se está viendo hoy día: que el litro regular fluctúa entre los 64 y 69 centavos. Sin embargo,  para el mes de mayo  llegó a los 75 centavos debido a que el precio del barril se elevó a los $60, escenario que se podría repetir.

Los consumidores han recibido con alegría la baja, aunque saben que el alivio podría ser todavía mayor.

“Yo trato de no pensar en eso (la crudita) porque si no me voy a agobiar entre eso, el IVU y todo lo demás”, expresó Carla  Ramírez, quien como medida de ahorro tiene al día el mantenimiento de su automóvil.

“Pues, ojalá y bajara (más), obviamente todos deseamos que baje. Sí he visto (una reducción), pero no mucho porque he estado cambiando de marcas”, dijo.

Eso sí, las salidas no las limita. “Si quiero ir a tal sitio, no estoy pendiente al precio de la gasolina, sino que me monto y me voy”, sostuvo.

Varios consumidores dijeron que confían en que en las próximas semanas esa tendencia continúe  reflejándose en la bomba, aunque están un poco escépticos a esa posibilidad, más  aún cuando se trata de un mercado vulnerable a diversos factores.

Maviel Morales ha visto el ahorro. Ahora puede llenar el tanque  de su vehículo con $20 y le dura la semana si es juicioso en las salidas. “Es un alivio grandísimo para nosotros los consumidores”, sostuvo. 

Para ajustar el presupuesto, en un momento dado calendarizó las salidas, consideró el transporte colectivo y  redujo los viajes a la zona oeste del País, donde reside parte de su familia.  “Antes era una cosa insoportable, era bien difícil”, planteó al mencionar que también se “casó” con una marca de gasolina que, según cuenta, tiene mayor rendimiento.

Los no tan suertudos

Omar Denizard y Ruth Castro forman parte del reducido grupo de consumidores  que se ven en la obligación de echarle gasolina premium a sus vehículos debido a una  exigencia del manufacturero.

Debido a que solo el 20% de la gasolina que se vende en la Isla es de alto octanaje, su precio no refleja una reducción tan marcada, sino que en promedio se mantiene diez centavos por encima de la gasolina regular.

Castro, quien vive en Río Grande y trabaja en la zona metropolitana, relató que el tanque de su guagua se llena con entre $70 y $80. “Me dura una semana si no hago muchos viajes. Si hago viaje a la isla (fuera del área metro) se me va medio tanque”, contó.

“En un momento tuve que ajustar las salidas porque no había manera que pudiera echar $80 de gasolina cada dos o tres días”, abundó Castro. Ayer la guagua se llevó $69 “y tenía casi medio tanque”.

Denizard no se ha podido beneficiar de la baja, pero como otros tantos intenta no pensar en la crudita y de no verla como un impuesto.

“La realidad es que lo que le preocupa a la gente es más el uso del dinero que lo que realmente le cuesta... ese es por lo menos mi sentir”, dijo. 

Su vehículo consume por tanque unos $35 con el precio actual. “Yo me bajé de una guagua que le echaba $50 o $70, así que comoquiera tengo ahorro”, apuntó.

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