Aguadillanos rinden tributo a la Virgen del Carmen
Los devotos visten un busto en palo con el rostro de la Madona, a la que llaman una “virgen de vestir” que tiene casi 200 años, según estimó Reichard.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Aguadilla.- Durante el mes julio, los obreros del mar presentan su devoción a la Virgen del Carmen, conocida como la Estrella de los Mares y Patrona de la Navegación. Hoy, 16 de julio, sus fieles de todo el mundo celebran la festividad en honor a esta virgen, legado que dejaron los españoles en nuestra isla.
Precisamente este domingo se celebra el Paseo a la Virgen del Carmen en la bahía de Aguadilla, donde pescadores, ciudadanos y creyentes de la madre de Dios en la cultura católica pasean por la playa la imagen de la Virgen rodeada de lanchas y coloridas flores, culminando en una gran fiesta de pueblo.
Una vez finaliza la misa de las 8:30 de la mañana en la Iglesia del pueblo, la comitiva saldrá frente al Parque Colón de Aguadilla a las 10:00. La imagen se colocará en la lancha Francés, propiedad del devoto Salvador Recio, quien hizo la promesa de llevar la imagen por mar hasta la playa Crashboat, de donde regresa para ser devuelta al barrio Higüey y caminarla hasta la iglesia nuevamente.
¿Pero de dónde surge esta advocación? La Virgen del Carmen adquirió su nombre hace siglos cuando –según se relata en ciertos archivos- el 16 de julio de 1251 se le apareció al fraile Simón Stock, superior general de la Orden Carmelitas en el Monte Carmelo en Israel (conocido como Karmel y traducido como jardín). La veneración recibió el reconocimiento papal en 1587.
El gobierno español recogió años más tarde esta devoción y la nombra Patrona de la Navegación, siendo así como llegó a Puerto Rico, objeto de la devoción de los marinos que llegaban a puerto.
Según apuntes de la historiadora Haydeé Reichard, el Paseo de la Virgen del Carmen se celebra en Aguadilla desde tiempos remotos, cuando se instaló la iglesia Católica, por ser un lugar dentro de la aguada, a donde los barcos llegaban. Casas de comercio ubicadas en el puerto sacaban la virgen de la iglesia y la llevaban por la calle en procesión. La velaban los marinos y pescadores, quienes le llevaban flores a un novenario que se celebraba en el pueblo.
Los devotos visten un busto en palo con el rostro de la Madona, a la que llaman una “virgen de vestir” que tiene casi 200 años, según estimó Reichard.
No fue hasta el 1917 cuando el Padre Gortiza estableció el paseo de la virgen por la bahía de Aguadilla montada en un ancón, rodeada por yolas y barcazas de palo. Hoy día la Madona es montada en lancha y seguida por cientos de barcazas y motoras acuáticas.
“Los pescadores se pelean por cargarla aunque sea por unos instantes en la procesión”, acotó la historiadora que asegura que esta fiesta de pueblo tiene tanto valor cultural como religioso para el pueblo de Aguadilla, donde durante el fin de semana se unen comerciantes y todo termina en una gran celebración.
Cuenta la leyenda que en una ocasión, una vez un grupo de pescadores salió a alta mar y les cogió la noche. Había mal tiempo y el grupo se empezó a preocupar, porque sabían que podía perecer. Se les ocurrió invocar a la Virgen del Carmen para que los salvara y los guiara a puerto seguro.
En la mañana cuando el mar de tranquilizó, alzaron su vista para observar cómo su yola había llegado justo a un punto de la orilla donde se elevaba una imagen de la Virgen del Carmen. Pensaron entonces que su fe en la madre de Dios les había salvado.