Aguadilla. Su casa se derrumbó bajo el peso de un colosal árbol de “guanacaste”, y la pesadilla duró diez meses. 

Hacía más de seis décadas que el árbol -también conocido como “oreja de mono” por la forma de su fruto-  estaba sembrado en el patio de enfrente de la casa de Rosamar Suárez Báez, a orillas de la carretera 443 km 0.2 en el barrio Caimital Bajo.

Lamentablemente, se le enfermaron las raíces y  se resquebrajó, hecho que fue  denunciado como una situación de emergencia.

Se suponía que Manejo de Emergencias fuera a cortarlo, pero todo se quedó en trámite.

Corría la tarde del 6 de septiembre de 2014 cuando, finalmente, ocurrió lo inevitable: el árbol cedió a la gravedad y se desplomó, llevándose en su caída la casa de la mujer de 55 años. 

El impacto del colosal tronco fue tal abrió de par en par el tejado, terminando en el cuarto dormitorio.

Afortunadamente Rosamar no estaba dentro de la casa al momento de su colapso, pero la angustia  le desfiguró el rostro por un mes, tiempo que le  tomó a las autoridades municipales derrumbar las ruinas para comenzar a construirle una nueva casita. 

Entretanto, se le otorgó el beneficio de Sección 8 para que tuviera dónde quedarse.  

Recientemente, Rosamar pudo dejar atrás el mal rato y recibió contenta la llave para su nueva residencia, con todo y enseres  nuevos  tales como nevera, estufa, lavadora, gabinetes de cocina, calentador y detectores de humo, entre otros.

“Estoy complacida. Ahora mismo estamos en esas cositas (de amueblar), porque económicamente no estoy bien y poco a poco bregaremos”, expresó Rosamar al tiempo en abrió las puertas de su nueva casa a Primera Hora.

El alcalde aguadillano Carlos Méndez Martínez informó que la oficina de Programas Federales hizo la entrega de la  casa en menos de 10 meses, a un costo de $110,271.99.

“Cabe destacar que todos los enseres son Energy Star y/o Water Sense.  La casa ya cuenta con servicio de electricidad y el servicio de agua y todos los permisos de uso e inspección necesarios para que la familia Suárez Báez pueda residir en ella”, destacó el alcalde en un comunicado de prensa, en el que denunció una pobre respuesta por parte de otras agencias de gobierno de Puerto Rico ante la emergencia.

“Para mi equipo de trabajo y para mí es de gran satisfacción saber que esta familia aguadillana podrá disfrutar de todas las comodidades de un  hogar confortable y seguro”, agregó el alcalde Méndez Martínez.