Agricultor de Añasco llama la atención con sus productos “extraños”
Las piñas pueden pesar hasta 20 libras.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Piñas gigantes -que pueden llegar a pesar 20 libras-, ñame lila y árboles de pana de grano o de pepitas son algunas de las “cosas extrañas y cosas que nuestros abuelitos cultivaban” que el joven agricultor Michael González Acevedo, tiene disponible para la venta y hasta para regalar en su Finca La Sultana, en Añasco.
Estos productos, que incluye también unos llamativos aguacates güiros de la República Dominicana y plátanos que cultiva en la finca 60 cuerdas que renta, le han dado un resurgir al negocio agrícola que hace cuatro años este hombre de 31 años inició en la zona oeste.
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Sus inicios en el mundo agrícola comenzaron a cuenta gotas.
“Yo comencé con una mesita. Con una mesita y tres cositas nada más (para la venta). Esto es demostrativo de que el que quiera, puede”, dijo el joven.
De hecho, en sus múltiples publicaciones en las redes sociales para dar a conocer su crecimiento en el mundo agrícola demarcó la siguiente recomendación: “Si estás comenzando un negocio, déjame decirte que el primer día yo vendí $7. Así que no te rindas!!!”.
Esto es lo que ha hecho González Acevedo para salir hacia adelante en una profesión para la cual no estudió, pero heredó de su abuelo.
El camino para “hacerse viral”, como alude, no le ha sido fácil.
Tras iniciar en la venta de productos agrícolas, se fajó en cultivar las cuerdas de terreno que alquiló de plátanos. Pero, en septiembre de 2022 llegó el huracán Fiona a hacer estragos en la finca. Derribó lo que era su “primera cosecha grande”. En total, 14,000 matas de plátanos, de las cuales unas 6,000 estaban ya por dar fruto, se fueron a pérdida.
El azote fue duro y triste para el agricultor.
“Nunca nos vamos a reponer, ni mentalmente, ni físicamente, ni económicamente. Cuando tú pierdes un platanal como yo perdí, es como si perdieras un hijo”, sentenció.
El problema que se encontró González Acevedo, tras la devastación causada por Fiona, fue la falta de mano de obra para trabajar en su finca de plátanos. De hecho, indicó que en la actualidad, todo el trabajo en las 60 cuerdas de terreno que alquila lo hace junto a un trabajador de unos 50 años que tiene contratado.
“Ya nadie quiere trabajar en la tierra”, se lamentó.
Fue este percance el que motivó al agricultor a innovar. Así, estableció un jardín con matas exóticas, en la carretera PR-109, entre las que destacan las plantas negras.
Además, resurgió en el negocio con el que inició, la venta de productos. Pero, esta vez se enfocó en aquello que llamara la atención.
Dijo que, gracias a unas amistades, cuenta con la piña cabezona. La misma es sembrada en una finca “de terrenos fértiles” en San Sebastián.
“Él ha cultivado hasta de 20 libras”, señaló.
Comentó que la piña es dulce. Pero, al que quiere una no tan grande, pero con mucha dulzura, también tiene disponible otra especia a la que se le llama piña miel.
“Es más pequeña, pero es súper dulce”, comentó.
Además de la piña comestible, el agricultor también vende la semilla ya sembrada en un tiesto de 20 galones. Comentó que la gigante puede darse de hasta 14 a 16 libras en este tiesto.
Con el ánimo de evitar que se extingan estos frutos extraños, González Acevedo también tiene disponibles semillas de ñame lila sembradas en tiesto. Dijo que aquí se le hace más fácil a los consumidores poder cosechar sus frutos.
También tiene disponible semilla de plátano, las cuales puede dar hasta 100 plátanos por racimo, dijo.
“Gracias a papito Dios, el área oeste nos ha ayudado mucho. Ha apoyado el producto de aquí, porque innovar en un proyecto en estos tiempos es sumamente difícil”, aceptó.
Por otro lado, González Acevedo informó que ha emprendido un nuevo proyecto, que es el de “reforestar a Puerto Rico”. Comentó que, para lograrlo, comenzó a regalar árboles de den sombra y oxígeno. Entre estos árboles están los de pana de grano o de pepitas, flamboyanes o hasta la planta medicinal moringa.
“Aquí, por lo menos, en mi jardín, a todos los niños que vienen, nosotros les regalamos plantas. Y, pues, si tú inculcas eso en los niños, pues estás sembrando las semillas. Ellos son nuestro futuro. Entiendo que tenemos que esforzarnos más en los niños que siembren”, manifestó.
También interesa a que se promueva la importancia de la agricultura.
“Es importante que inculquemos a los hijos que un agricultor es una persona valiosa. Todo puede parar, menos la agricultura”, concluyó.