Agradecidos los viequenses porque Erika no alteró su paz
No hubo mayor impacto en la isla municipio, donde todo transcurría con normalidad en horas de la madrugada.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Vieques.- La tormenta tropical Erika se asomó por la Isla Nena anoche con intensas ráfagas y muy poca lluvia que solo dejaron algunas ramas secas en las carreteras.
No hubo mayor impacto en la isla municipio, donde todo transcurría con normalidad en horas de la madrugada.
“De verdad que aquí no pasó nada, no hay ni hojas ni ganchos en la carretera. Las calles están despejadas”, indicó el alcalde, Víctor Emeric, quien dio una vuelta por los barrios con varios funcionarios para verificar las condiciones en las que habían quedado las comunidades.
“Yo siempre estuve bien tranquilo. Estamos acostumbrados a eventos peores y ya sabíamos qué esperar. Ni llovió casi nada y eso como quiera no es un problema en Vieques. Las lluvias no afectan”, añadió el ejecutivo municipal.
Tampoco se reportaron incidentes en la Oficina Municipal para el Manejo de Emergencias.
Durante un recorrido por la isla, se pudo constatar la tranquilidad con la que amanecieron los viequenses. Los residentes comenzaban a salir de sus hogares y los negocios se mantenían cerrados. No se registraron daños a propiedades ni hubo refugiados.
En el sur, la marejada estaba fuerte mientras que en el norte no quedaba ni el recuerdo del fenómeno atmosférico. El mar estaba tan calmado como estuvo en la tarde de ayer.
El servicio de energía eléctrica, que fue interrumpido desde que comenzaron los primeros vientos a eso de las 10:00p.m., fue restablecido a las 6:00a.m.
Los residentes se expresaron agradecidos por el leve impacto que tuvo la tormenta.
“Hubo ráfagas momentáneas y muy poca lluvia. Es una bendición. Yo estaba bien asustado porque mi casa no está amarrada. Estoy feliz y contento, dando gracias a Dios. En Hugo, esto fue un desastre”, expresó, mientras recogía algunas ramas en su patio, el arquitecto paisajista José Luis Vázquez, residente en el barrio Monte Carmelo, en el centro de la isla.
“No llovió mucho, pero sopló de verdad”, mencionó, por su parte, el viequense Luis Ortiz, del barrio La Mina. “No tumbó nada, algunos ganchos. Casi no dormí por el viento y la lluvia, ya que no se podían abrir las ventanas y hacía mucho calor”, dijo.
Ortiz no colocó tormenteras en su residencia, pero su casa no sufrió daño alguno. “Yo sabía que no era necesario. Nada como Hugo que me tiró esta casa, que era de madera, al piso. Gracias a Dios no pasó nada. Un poco de lluvia y eso está haciendo falta. Hay hojas como loco, pero está bien que deje eso y no cosas peores. Esto se limpia”, añadió para continuar barriendo las hojas que cayeron en su patio.
Erika no alteró la paz de los residentes y todo indica que el día continuará con normalidad en Vieques.