Juana Díaz. Con sus pensamientos en los días cuando recorría a pie las residencias de la comunidad Galicia llevando la Palabra de Dios, sentadita en su humilde casita, doña Hipólita Campos Laporte pasa feliz y tranquila sus 104 años de vida...Bueno, eso dice su certificado de nacimiento.

Esta mujer de pequeña complexión física no recuerda cuál fue el día exacto en que nació, lo que sí recuerda es que desde que tenía 15 años le sirve a Dios.

Doña ‘Poli’, como le llaman de cariño, mantiene fresco en su memoria los años en que “buscaba almas” y que aunque le decían nube negra por su color de piel nunca se ofendió.

“No le temía a nadie, ni a los perros, porque el Señor me llenó de Espíritu Santo y tengo un gozo”, dijo riendo la simpática Poli.

Su hija Pércida Nazario Campos, explicó que su madre siempre ha sido una mujer fuerte y luchadora. Recordó que tras separarse de su esposo sacó adelante a sus nueve hijos, -dos ya fallecieron- quienes crecieron observando a una madre abnegada y amorosa.

“Yo me siento más que orgullosa de ella y agradecida de Dios por dejárnosla por tantos años”, comentó la hija.

Esta manifestó que a su madre le gusta dormir, tomar su tacita de café con leche y sentarse a coger fresco en el balcón.

“Siempre está buscando algo que hacer y se pone a hacer remiendos en tela”, expresó Nazario Campos.

Añadió que su progenitora padece de diabetes, pero que nunca se le ha descontrolado, por lo que siempre cuidan su alimentación.

“Todos la queremos y ella es loca con los bisnietos”, dijo la hija de 66 años, quien destacó que a ésta le gusta estar perfumada.

Insistió en que su madre ha vivido muchos años no tan solo por herencia, sino por su fuerte fe en Dios, el amor de los suyos y la comidita sana que le prepara su familia.

Doña Hipólita rememoró que hace unas semanas estuvo muy enferma, casi al borde de la muerte.

“Estuve en el hospital, no comía ni me levantaba y mírame ahora”, sostuvo entre risas.

Indicó que solo Dios y el poder de la oración le han dado las fuerzas para alcanzar una larga vida y poder ver crecer a sus hijos, 59 nietos, 60 bisnietos y 20 tataranietos.

Doña Poli ha pertenecido toda su vida a la Iglesia Jesucristo es mi sustento de Galicia, donde más joven ejerció como secretaria.

“Seguiré alabando al Señor hasta que el Él diga: 'Poli echa pá acá'”, mencionó la mujer, quien dice que come de todo pero “chispito”.

Señaló que de su variada dieta le gusta el arroz, las habichuelas, guanimes, algunas frutas y que prefiere comer otros pescados al bacalao. “Le encantan las papas fritas”, añadió la hija mientras Poli se reía.

A pesar de que el cambio natural de los años ha provocado que se le olviden algunas cositas, esta pone su mente a correr cuando quiere recordar una canción cristiana, muchas de las cuales dice soñar y que luego suele cantar en su iglesia.

Antes de culminar la entrevista, Doña Poli hizo una oración por la paz del mundo, en la que pidió que muchas más personas busquen de Dios.