Agonía con la contaminación lumínica
El derroche de luz en la Isla perjudica toda la fauna, flora y a los propios humanos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Boricua hasta en la Luna y, desde allá, de seguro nos pueden ver.
El problema de la contaminación lumínica en la Isla, que lleva décadas pero cada vez cobra más auge, fue ayer el centro del Tercer Foro sobre Prevención y Control de la Contaminación Lumínica en Puerto Rico, llevado a cabo ayer.
Allí, un grupo de nueve panelistas abordó el tema desde distintos ángulos, particularmente poniendo el foco en los efectos del exceso de luz en áreas con bioluminiscencia.
En un aparte con Primera Hora, el secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Nelson J. Santiago Marrero, indicó que “el fenómeno de la contaminación lumínica afecta no solo a la vida silvestre, que es lo que nos concierne como agencia, sino a los seres humanos. Otro aspecto es el económico, porque podemos estar desperdiciando electricidad iluminando áreas que no la necesitan”.
En cuanto a la bioluminiscencia, Santiago recalcó que el exceso de luz impide al turista apreciar las bellezas de estos cuerpos de agua (en Fajardo, Lajas y Vieques), pero la situación puede modificar.
“Por ejemplo, en la Laguna Grande de Las Cabezas de Fajardo, la organización Para La Naturaleza ha modificado gran parte de la iluminación. Probablemente ahora la experiencia del turista sea más fructífera”, explicó.
Hay que educarse
Por su parte, Elizabeth Padilla, coordinadora de proyectos educativos Para La Naturaleza, fue enfática en que la contaminación lumínica afecta en cuatro aspectos: el astronómico (al no poder ver las estrellas), el natural (al afectar a las especies), el de salud (provocando cambios en nuestros ciclos hormonales) y en el consumo excesivo de luz. Todo esto puede evitarse desde nuestro propio hogar.
“Por una lámpara desperdiciamos el 60 u 80% de esa luz que emite esa bombilla o luminaria”, señaló. “Podemos tener una buena bombilla que consuma bien poca energía pero si la ponemos mal orientada vamos a estar contaminando”.
Tomar medidas, además, se traducirá en ahorros en la factura de luz. “Si sabes que se desperdicia el 80% de energía, saca la cuenta y haz las modificaciones”, invitó.
El foro coincidió con el Día para la Concienciación sobre la Contaminación Lumínica en Puerto Rico, promulgado por el gobernador Alejandro García Padilla el 8 de julio del 2016 por la Ley 218 del 2008.
De hecho, ayer la Junta de Calidad Ambiental (JCA), de mano de su director ejecutivo, Weldin Ortiz Franco, presentó la resolución R-16-83 para el Control y la Prevención de la Contaminación Lumínica (que deroga el reglamento 8493 del 27 de junio de 2014) que promueve cambios en las luminarias que no cumplan con las reglas vigentes y establece los niveles de iluminación en alumbrado público y en el exterior de instalaciones gubernamentales.