La decisión de experimentar con sexo a temprana edad, les dio un giro a las vidas de Nicolle Soto Calderón, de 15 años, y Rose Mary Rodríguez Rosado, de 16.

La transformación que han experimentado es a tal grado que ya no se sienten adolescentes. Sin embargo, ambas cargan en su vientre ese motor que las llevó a querer mejor su ruta de vida.

Nicolle y Rose Mary, quienes están próximas a dar a luz a dos niñas, son participantes del Proyecto Nacer, en Bayamón. Esta organización, fundada hace 23 años, guía a los adolescentes hacia la paternidad responsable, los ayuda a completar sus estudios de cuarto año y sirve de cuido para los infantes en lo que sus padres se superan mediante la educación o en el ambiente laboral.

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Nicolle está en su último trimestre de embarazo. Ella relató a Primera Hora que entró a la organización después de haber abandonado su educación en una escuela pública de Bayamón por cinco meses.

“La vida en la escuela no era muy sana y decidí salirme. No quería seguir en esa escuela… Había mucho, mucho problema, tanto con droga, peleas, mucho bullicio, que no era algo sano para que mi bebé y yo estuviéramos en un momento así”, explicó.

La joven describe el embarazo como algo que, simplemente, ocurrió. No lo asoció a ese ambiente hostil que dijo vivir en su escuela, ni a los problemas familiares. Es que también confesó que no se sentía escuchada ni apoyada en su hogar.

“Quizás no me protegí, no me cuidé. No era algo que planeé… Creo que, como adolescentes, pues, realmente empezamos a experimentar cosas nuevas, que no era algo que buscábamos. Es como que sólo pasó”, indicó.

Se le preguntó que si su familia la hubiese escuchado como ella esperaba, se pudo haber evitado este embarazo. Pero, con sinceridad, opinó que no.

“Obviamente, si me hubieran apoyado, hubiera sido lo mismo, porque como adolescente yo estaba experimentando. No sabía las consecuencias”, dijo.

El padre de la niña que espera Nicolle es un joven de 19 años que abrazó la paternidad, lo que ha sido trascendental en esta etapa. Reconoció que hubiese sido más difícil sin su presencia y sin su apoyo.

“Realmente, quiso estar en el proceso. Él no me dejó sola. Actualmente, él viene aquí también al Proyecto (Nacer). No está estudiando aquí, pero él viene, me apoya y al igual en la casa, él me apoya muchísimo. Él me acompaña a las citas y su familia al igual me apoya muchísimo, algo que amo”, contó.

Rose Mary Rodríguez Soto, madre adolescente de 16 años, está en su último trimestre de embarazo.
Rose Mary Rodríguez Soto, madre adolescente de 16 años, está en su último trimestre de embarazo. (Nahira Montcourt)

“Es difícil”

Rose Mary, por su parte, pensó que porque utilizaba condones a la hora de tener relaciones sexuales con su novio no quedaría embarazada.

Sin embargo, no resultó como esperaba.

“Me enamoré y entramos en esa confianza. Ahí fue que caí embarazada”, indicó la adolescente, quien inició su vida sexual a los 15 años.

Su situación actual la ha llevado a entender que estuvo mal quedar embarazada. Aun así, dijo que no se arrepiente.

“Simplemente, es bien difícil trabajar, estudiar, estar embarazada. Es mucho. Es muy difícil”, aceptó.

Además, Rose Mary ya no se siente como adolescente.

“Crecer rápido me afectó un poco. No tuve infancia. Yo creo que mi entrada a la adolescencia fue lo más fuerte. Entrar a la adolescencia fue de muchos cambios y afectó mucho en todos los sentidos. En mi vida pasaron muchas cosas. Con este hijo yo tuve que aprender a pensar en mi solita. Creo que, en parte, crecer rápido me ha afectado”, comentó.

Ahora, Rose Mary, quien también se encuentra en su último trimestre de embarazo, se describe como una mujer “fuerte, inteligente, emprendedora”.

“Eran cualidades que creo que ya venían en mí, simplemente no las conocía o no sabía que estaban en mí”, dijo.

Lo que le hacía falta, según contó, era motivación.

“Yo no he tenido una infancia normal. Yo no he vivido con mis papás, pero he tenido el apoyo de ellos. No los tenía, no vivía con ellos. Era también cuestión de que yo no era tan abierta con mi familia y ellos no se metían tanto a mi vida por eso, digo yo”, reveló.

Pero, al quedar embarazada reconoció que tenía que ser “fuerte” por su hija y que tenía que emprender, pues necesita superarse. Por ello, indicó que ha comenzado a sacar lo mejor de sí. Por ejemplo, ha comenzado a hacer uñas y da pasos firmes para culminar su educación.

Dijo que el apoyo que ahora recibe de su pareja también la han ayudado en este proceso de superación. Reconoció que sin ese apoyo ni el de su familia se hubiese tornado “más difícil” luchar por su futuro.

El Proyecto Nacer, en Bayamón, guía a los adolescentes hacia la paternidad responsable y los ayuda a completar sus estudios de cuarto año, entre otros servicios.
El Proyecto Nacer, en Bayamón, guía a los adolescentes hacia la paternidad responsable y los ayuda a completar sus estudios de cuarto año, entre otros servicios. (Nahira Montcourt)

Encontraron esperanza

Con la ayuda y orientación que han recibido las adolescentes en Proyecto Nacer, en donde no sólo toman sus clases para completar el cuarto año de escuela superior, sino que también tiene cursos del proceso del parto, la importancia de la lactancia y de cómo criar a su bebé, Nicolle y Rose Mary no ven tronchadas sus vidas. Tienen más esperanza.

La guía que ha recibido ha llevado a Rose Mary a entender qué camino debe seguir.

“Quiero seguir emprendiendo, quiero seguir estudiando, quiero tener mis cosas por mí misma, quiero tener mi carrito, quiero tener mi casita, quiero estudiar técnica de farmacia. O sea, quiero muchas cosas, pero las quiero por mí, por mí misma”, sostuvo.

Por su parte, Nicolle contó que “yo creo que desde que yo estoy embarazada he mejorado mucho, tanto emocionalmente, al igual que tengo esperanzas de poder seguir adelante. Es mi motor para poder seguir. Yo quiero terminar mis estudios. Quiero ir a la universidad para poder darle una mejor vida a mi bebé. Quiero ser independiente. Quiero tener mi hogar y mi familia”.

Pero, aceptó que no siempre fue así. Dijo que, en un principio le resultó “muy difícil” y le atormentaba pensar que era una adolescente sin dinero y que no podría mantener a su bebé.

“Son esos pensamientos negativos que, al principio, como estás en negación, te llegan a la mente. Pero, ya cuando empezó a que pasara el tiempo y emocionalmente estar mejor, ahí ya el pensamiento cambia a que voy a estar bien”, se sinceró.

No lo recomiendan

Estas futuras madres indicaron que no se arrepienten de haber quedado embarazadas a temprana edad. Sin embargo, recomendaron a sus pares adolescentes a evitar experimentar este proceso a destiempo.

“Realmente, no es un proceso fácil. Tú, sin estar embarazada, tienes más posibilidades. Obviamente, un bebé no te frena, porque simplemente tienes que cambiar el rumbo. Pero no, no le diría a una persona: ‘Mira, porque yo quedo embarazada, queda embarazada’. Porque no es lo más saludable, no es lo mejor. Pero, si ya tienes esa criatura, personalmente, yo lo que digo es: cambia tu rumbo. Pero, si es lo que estás pensando, porque tienes problemas en tu casa, porque estás pasando una situación que tú sientes que lo mejor es quedar embarazada para irme de mi hogar, pues, realmente, no, porque ya cuando tú estás embarazada eso te cambia la vida y no solo puedes estar pensando en ti, es en tu bebé y en su futuro. Eso no es lo mejor que yo le recomendaría a un adolescente”, precisó Nicolle.

Alegó que, en vez de pensar en uno, las preocupaciones aumentan con el embarazo. Habló, por ejemplo, de que llegan problemas por la necesidad de dinero y porque no se tiene la edad para salir a trabajar.

Nicolle reconoció que estas preocupaciones apuntan a la teoría de que “no puedo mantenerme yo, cómo voy a mantener a una criatura”.

Rose Mary, por su parte, llamó a los padres a “ganarse” a sus hijos, a brindarles confianza y apoyo para evitar atraviesen por un embarazo a temprana edad.

Señaló que la presencia de los padres, más allá de los aspectos económicos, son trascendentales para atravesar la adolescencia.

“De alguna manera u otra, tienen que tener un balance de cómo uno puede entrar en la vida de tu hijo adolescente, en donde él te pueda contar sus miedos, sus metas, sus dudas. Yo creo que eso es lo que hace falta, la confianza que tú le puedas dar, pero, en balance, para que tu adolescente se sienta bien contigo y pueda contarte todo, y tú puedas ser parte de su camino en el futuro; y tú, adolescente, no tengas que buscar en otra parte eso que hace falta”, precisó.

A los adolescentes, Rose Mary le recomendó, “primero que nada, que tengan infancia”.