En el último año y medio el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), ha capturado a cerca de 1,500 monos en la reserva agrícola del valle de Lajas, lugar donde, por años, los simios han estado haciendo de las suyas y ocasionando miles de dólares en pérdidas.

El secretario de la agencia, Daniel Galán Kercadó, estimó que quedan alrededor de 400 monos escondidos en fincas de la región suroeste, lo que supone que la situación con los primates está casi controlada.

Explicó que, en la medida en que siguen cazando un mayor número de monos, otros evaden las jaulas o se alejan de las fincas en las que hay trampas.

En el pasado se ha logrado capturar hasta ocho y 10 monos de una sola vez.

Las capturas, según el funcionario, se han dado principalmente en fincas de agricultores del valle de Lajas, donde están concentradas las cosechas de vegetales y frutas.

“La mayoría de los que han sido capturados han sido en Lajas, pero también en San Germán, Sabana Grande y Cabo Rojo, entre otros municipios’’, explicó.

Los monos son enviados, en su mayoría, a distintos lugares de los Estados Unidos, otros al Centro de Primates de Sabana Seca y al zoológico Juan A. Rivero, de Mayagüez; sin embargo, a los que representan peligro se les aplica la eutanasia.

“Ya muchos agricultores están muy contentos porque no han vuelto a tener las pérdidas que los monos les provocaron en el pasado, e inclusive, los pocos que quedan se han escondido y no se exponen tanto en las áreas agrícolas y quizás en un año ningún agricultor deba tener problemas con la presencia de los simios’’, aseguró Galán Kercadó.

Indicó que al momento hay sobre 25 trampas puestas en distintas fincas de agricultores que han estado colaborando con el DRNA en su instalación y quienes avisan al personal de la agencia cuando caen los monos para que los remuevan y los lleven al depósito que tienen en Arecibo.

“Yo entiendo que en un año puedan quedar algunos todavía, pero entiendo que no deben causar los problemas que en un momento dado provocaron en la agricultura, y en la medida en que tengamos menos, será más difícil su captura”, añadió.

Galán Kercadó explicó que la captura continuará, que se tiene el personal especializado, las jaulas o trampas y la gente sabe a dónde llamar si los observa, por lo que entiende que en su momento será cosa del pasado la presencia de monos en las fincas agrícolas.

El gobernador Luis Fortuño, quien visitó recientemente Lajas, se mostró complacido con el control de la plaga de los primates, pues su propagación ha sacado de carrera a decenas de agricultores.

“Se ha logrado reducir dramáticamente la población de monos en las fincas de los agricultores de Lajas y pueblos vecinos con las gestiones que hace Recursos Naturales y se sigue bregando para que en unos dos años el secretario, (Galán Kercadó) entienda que se ha logrado terminar con ese problema”, dijo el Gobernador.

Satisfacción entre agricultores

Georgie Ferrer, líder de un grupo de agricultores del valle de Lajas y quien hace varios años preparó una trampa ala que le colocó unos trozos de mangó y en cuestión de minutos capturó dos monos, entiende que en dos años el problema podría estar resuelto.

Recordó que a través de una legislación que presentó la representante Lydia Méndez se logró hace varios años la asignación de $1.8 millones para el programa de erradicación de los monos de las fincas de agricultores de la región suroeste.

“(Es) una pena que ese programa no lo hubiesen establecido mucho antes, porque no hubo la voluntad, pero entiendo que los actuales secretarios de Agricultura, Javier Rivera Aquino, y de Recursos Naturales, Daniel Galán, están muy positivos en ayudarnos a resolver el problema que causan los monos’’, expresó Ferrer.

Lamentó que en los últimos años en el valle de Lajas apenas se produce heno, limones agrios, ganado de leche y carne, porque las frutas y vegetales que anteriormente se cosechaban, los monos las destruían.

El agricultor Víctor Martínez dijo que desde que los monos comenzaron a tener menos presencia en sus tierras, en la finca Las Cabezonas en el valle de Lajas ha vuelto a cosechar frutos.

Martínez tiene sembradas unas 45 cuerdas entre piñas, calabazas y melones.