Puerto Rico le abre de par en par las puertas al avestruz como animal de ganadería.

El espigado animal de más de seis pies de alto y sobre 200 libras de peso ya no será considerado un ave exótica más, porque desde la semana pasada se permite que se le reproduzca en la Isla para el desarrollo agropecuario.

En esa industria, el avestruz es capaz de producir desde una carne tierna baja en grasa y colesterol -muy parecida a la carne de res- hasta huevos, plumas para la alta costura mundial, finas pieles y grasa para cosméticos, entre otros.

Antes de la firma por el gobernador Aníbal Acevedo Vilá del P. del S. 1505 del senador penepé Carlos Pagán, los agricultores que poseían ejemplares de la especie tenían prohibido incubar sus huevos, explicó el líder del Frente Unido de Agricultores del Valle de Lajas, Jorge Ferrer.

Por espacio de dos años, el Frente cabildeó a favor de la cría de avestruces y ahora, tras la firma de la nueva ley, ya hay entre ocho y diez agricultores del Valle de Lajas interesados en participar en lo que internacionalmente se conoce como “la ganadería del siglo XXI”.

“Nosotros le probamos a Recursos Naturales y a Agricultura que la crianza del avestruz es costo-efectiva. Logramos que los avestruces pasaran de ser aves exóticas a animales de granja”, dijo el portavoz del Frente en una entrevista con PRIMERA HORA.

La Ley 85 del 8 de junio de 2008 provee para que el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) exima al avestruz de cualquier reglamentación sobre vida silvestre, “a los fines de que sea considerado como ganado, promoviendo su desarrollo comercial en Puerto Rico”.

El estatuto ordena al Departamento a liberar al ave del registro existente de aves exóticas para que sea considerado ganado, pero al mismo tiempo prohíbe su posesión para otros fines que no sean el desarrollo agropecuario.

Sobre este último punto, ayer el director del Negociado de Servicios Especiales del DRNA, José Luis Chabert, dijo sin embargo que la agencia analiza la posibilidad de que también se permita a los puertorriqueños contar con el ave como mascota.

“No es un animal peligroso, ni daña el ambiente”, indicó el asesor del DRNA, quien explicó que las reservas con el avestruz como mascota han estribado en el temor de que el animal pueda causar daño con sus patas y pico.

En 2006, en las vistas públicas en torno al P. del S. 1505, fue el secretario del DRNA, Javier Vélez Arocho, quien recomendó que se limitara su posesión.

La Ley 85 deja en manos de Agricultura la tarea de facilitar el desarrollo agrícola y comercial de los avestruces.

Esa agencia también tendrá a su cargo la función de expedir licencias y certificaciones a todos los agricultores bona fide interesados en la cría de las aves.

El director ejecutivo de Industria Avícola del Departamento de Agricultura, Carlos Pagán, le dio ayer la bienvenida a la cría de avestruces a nivel comercial.

El funcionario dijo que tal y como se ha demostrado en otros países, esta industria tiene un potencial de desarrollo importante.

El primer intento

Puerto Rico vivió una primera experiencia con la crianza de avestruces que fracasó.

En 1994, Agricutura le alquiló terrenos en Vega Baja y Salinas a una compañía que se conoció como Puerto Rico Ostrich Corporation.

La empresa, que pretendía generar productos derivados del avestruz, cerró operaciones en 1996.

En los últimos diez años la crianza de avestruces se ha desarrollado con éxito en Estados Unidos, Canadá, Australia y China.