1 de cada 4 mujeres podrían ser víctimas de feminicidio en Puerto Rico
Según reveló el Informe de la Evaluación de Riesgo del Departamento de Justicia.
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Una de cada cuatro mujeres en Puerto Rico viven en peligrosidad extrema o severa de ser víctimas de feminicidio, según los resultados recopilados por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico del Informe de Hallazgos del Instrumento de Hoja de Evaluación de Riesgo del Departamento de Justicia.
Esto se traduce a que 515 mujeres de 2,021, o el 25% entrevistadas por fiscales para identificar los niveles de peligrosidad de feminicidio utilizando la Evaluación de Riesgo (Danger Assessment, en inglés) viven en un riesgo extremo a ser asesinadas. Estas entrevistas surgieron de querellas que ellas radicaron, así como de llamadas al Sistema de Emergencias 9-1-1 o denuncias de terceras personas.
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“Esto es un número bastante elevado”, subrayó esta mañana la subdirectora ejecutiva del Instituto Idania R. Rodríguez Ayuso en una mesa redonda que se celebró en la sede del Departamento, en Hato Rey.
El 83% de estas víctimas en peligrosidad extrema o severa sufrían de celos violentos, manifestados de manera física o verbal, de parte de su expareja o pareja. Además, el 79% de las víctimas creía que el agresor era capaz de matarla. Otros riesgos incluían a aquellas que habían abandonado la relación después de vivir con el agresor (72%), las que eran espiadas o amenazadas por el agresor (71%) y el control de las actividades cotidianas de los agresores hacia las víctimas (69%). El 44% de las perjudicadas indicó que su pareja o expareja alguna vez la estranguló o asfixió.
La mayoría que viven bajo estos niveles de peligrosidad provienen de Barranquitas, Salinas, Patillas, Manatí y Utuado.
“La violencia se ha normalizado en Puerto Rico”, lamentó Orville M. Disdier, director ejecutivo del Instituto. “Puerto Rico es un lugar excelente para vivir, un paraíso. Sin embargo, tenemos una característica negativa y es que somos un lugar bastante violento. Ocurren muertes violentas todos los días, prácticamente, en un lugar pequeño, en un lugar donde no debería estar pasando eso y muchos comportamientos se han normalizado a través de la historia, a través de la cultura, que uno esté violento en una relación, tire un celular, lo rompa, te amenace de una forma. Es posible que eso se vea como algo cultural y normal. Pues mira, no es normal. Así que, hay que tomar acción”, agregó.
La hoja de evaluación
Con el fin de “evitar muertes” y frenar la violencia contra la mujer en la Isla, Justicia emitió la Orden Administrativa Núm. 2023-08, que incorporó la Evaluación de Riesgo, hoja de 20 preguntas desarrollada por la decana asociada de la Facultad de Enfermería de la Universidad Johns Hopkins, la doctora Jacquelyn Campbell. La Orden exige a los fiscales a entrevistar a las víctimas de violencia doméstica para conocer el riesgo de muerte en que se encuentran, independientemente de la determinación de radicación de cargos.
Se enfocó en hacerles las preguntas a féminas, mayores de 15 años, ya que suele ser la población con mayor incidencia de ser víctima de violencia doméstica en Puerto Rico, explicó la directora de la División de Coordinación de las Unidades Especializadas de Violencia Doméstica, Delitos Sexuales y Maltrato a Menores del Departamento de Justicia, Laura Hernández Gutiérrez, a Primera Hora.
Para sustentar esto, Hernández Gutiérrez reveló que, para el 18 de noviembre de lo que va del año, se han reportado 17 feminicidios íntimos, a diferencia de los 16 que se reportaron durante todo el año de 2022.
“En el caso del Departamento de Justicia, viendo que el mayor número de casos son reportados de mujeres que son víctimas y la parte agresora son hombres, pues nosotros nos dimos a la tarea de realizar la incorporación y atender este proyecto junto con el Instituto de Estadísticas enfocado en estas circunstancias como medida del Departamento para poder evitar muertes”, dijo.
Por ende, las preguntas de la hoja que utilizan los fiscales para determinar el nivel de peligrosidad en que están estas mujeres incluyen: ¿ha aumentado la severidad o frecuencia de la violencia física durante el último año?, ¿esa persona es dueña de un arma de fuego?, ¿durante el año pasado usted ha dejado (ha abandonado) la relación después de vivir con esa persona?, ¿esa persona está sin empleo o sin trabajo?, ¿en alguna ocasión esa persona ha usado o le ha amenazado a usted con algún tipo de arma?, ¿alguna vez esa persona le ha amenazado con que le va a matar a usted?, ¿en alguna ocasión esa persona ha eludido/evitado ser arrestado por violencia doméstica?, ¿usted tiene algún hijo/hija que no sea de esa persona?, ¿alguna vez esa persona le ha forzado a tener relaciones sexuales cuando usted no lo deseaba? y ¿alguna vez esa persona ha intentado ahorcarle asfixiarle/estrangularle o cortarle la respiración?
También, se cuestiona: ¿esa persona consume drogas ilegales?, esa persona, ¿es alcohólico o alcohólica o tiene problemas con el alcohol?, controla la mayor parte o todas sus actividades cotidianas?, ¿es esa persona violenta y constantemente celosa de usted? ¿alguna vez le ha golpeado estando embarazada?, ¿alguna vez esa persona ha amenazado con suicidarse o lo ha intentado?, alguna vez le ha amenazado con hacerles daño a sus niños/as?, ¿cree usted que esa persona es capaza de matarle?,¿le persigue o espía, le deja notas o mensajes amenazantes, rompe cosas que le pertenecen o le llama cuando usted le ha dicho que no quiere? Y ¿alguna vez usted ha amenazado con suicidarse o lo ha intentado?
Tras la entrevista, los fiscales marcan un tally de cuántas de estas señales de riesgo aplican a la víctima. Aquellas que tiene más de ocho son consideradas en peligrosidad variable y más de 14 peligrosidad severa y extrema.
Sin limitarse al grado de peligrosidad que arroje la evaluación, toda víctima tendrá acceso a servicios y recursos disponibles a través de la Oficina de Compensación a Víctimas.
“La puntuación de esto no va de la mano de la prueba de un caso ni cuán contundente haya sido, porque hemos tenido incidentes donde, tal vez, en la identificación de la evaluación ha sido una relación corta, con unos factores bien limitados y un nivel bajo en la evaluación, sin embargo, puede ir en aumento y puede tener un impacto”, indicó Hernández Gutiérrez a este medio.
El proyecto piloto cubrió los meses del 1 de enero al 30 de junio 2024 y los resultados fueron recopilados por el Instituto a través de un acuerdo en junio. Próximamente, se revelarán los resultados finales en abril de 2025, que va a acaparar los meses de julio a noviembre de 2024.
“Este es el piloto que nos ayudó a validar los datos, a ver la confiabilidad de este instrumento en Puerto Rico, que fue alta, y también nos ayudó a identificar esas áreas a mejorar”, comentó Rodríguez Ayuso.
“Comenzamos este proceso, que sea compulsorio, a raíz de diciembre de 2023 y no nos quedamos con eso. Vimos que estábamos recopilando tanta información importante que hicimos el acercamiento al Instituto de Estadísticas, porque entendíamos que los datos que estábamos recopilando eran tan importantes, no solamente para los fiscales y las víctimas en el proceso de elaboración de planes de seguridad y demás en nuestra función, sino que era información que deberíamos compartir con la comunidad y con otras agencias que forman parte del sistema”, detalló Hernández Gutiérrez.
“¿Con qué fin? Pues mire, con el fin de ver cuáles son las características de nuestra población, cuáles son los riesgos de mayor prevalencia, cuáles son los datos sociodemográficos que identifican a estas mujeres y que podamos identificar cómo se comporta nuestras regiones, porque como ustedes saben, Puerto Rico es un lugar pequeño, pero muy diverso”, agregó.
Más datos
De manera global, el mayor factor de riesgo, desde peligrosidad variable o extrema, son los celos violentos (50%). El segundo riesgo con más incidencia (48%) que se reportó fue el tener hijos que la pareja no comparte. También, los mayores riesgos incluyen que durante el año la víctima había abandonado la relación después de vivir juntos (42%), el agresor controla la mayor parte de las actividades cotidianas de la víctima (40%) y el agresor espía o amenaza a la víctima (39.9%). Mientras, el 18% de las perjudicadas fueron estranguladas o asfixiadas por sus parejas o exparejas.
“Este panorama es súper importante, porque, desde ya, que esto salga publicado, que el ciudadano entienda estos cinco puntos, ya sirve como una forma de prevención. ¿Por qué? Porque no solamente es lo que se conversa por ahí, es que científicamente estamos probando que estos cinco puntos…ocasionan un riesgo de feminicidio a una persona. Por lo tanto, a lo mejor esta persona esté pasando por uno de estos asuntos que estén aquí y no esté en su mente, no esté considerando que ese un factor de riesgo, tiene que repensarlo, tiene que revisar su situación”, expresó Disdier.
Específicamente, los factores de riesgo de personas con peligrosidad variable incluyen: tener un hijo que no comparten con el agresor (45%), celos manifestado con violencia física o verbal (39%), haber abandonado la relación después de vivir con el agresor (31%), el agresor controló las actividades cotidianas de las víctimas (30%) y el agresor espía o amenaza a la víctima (29%). El 10% fue estrangulada o asfixiada por sus parejas o exparejas.
Cabe destacar que las víctimas en peligrosidad severa o extrema están 13% más en riesgo de que un agresor utilice un arma contra ella que las mujeres en peligrosidad variable. Asimismo, están a 6.1% más en riesgo de que se les amenacen a sus niños, 5.85% con que la amenacen con matarlas, 5.44% con que elude el arresto por violencia doméstica y 5.12% de que la obligue a tener relaciones sexuales indeseadas.
“Definitivamente, si su pareja la ha amenazado o ha utilizado un arma de fuego, salga de la relación. Busque ayuda, porque esto está dando información científica de cuán riesgoso es”, instó Disdier.
Por otro lado, el Instituto creó una tasa ajustada para determinar los municipios con los casos de violencia doméstica más elevados. Es decir, creó “un índice que considera cuántas personas hay en un grupo de edad y la incidencia de los casos asumiendo que en Puerto Rico existiera la misma proporción de edad en cada municipio”.
Así, calculó que, para cada 100,000 mujeres de 15 años o más que están en peligrosidad variable, severa o extrema, los pueblos con mayores casos de violencia doméstica son Adjuntas, Guayama, Patillas, Utuado y Lajas.
El promedio de respuestas afirmativas de la hoja de evaluación fue de cinco, siendo la región de Ponce la zona donde más mujeres respondieron que “sí” a las preguntas de riesgo (6) y Aguadilla la menos (4).
La mayor cantidad de casos provino de la región de Aguadilla, con 235. A esta zona le siguió Arecibo (216), San Juan (204) y Mayagüez (193). La menor cantidad fue de Fajardo (104) y Humacao (37).
El promedio de edad de las víctimas fue de 36 años.
Quienes fueron evaluadas y no querían continuar en el proceso de radicación de cargos, suelen entender y acceder una vez se les explica el riesgo en que viven.
Plan de acción
Hernández Gutiérrez aseguró que el divulgar esta información puede ayudar a que otras víctimas puedan identificar los factores de riesgo que podrían estar viviendo y, así, buscar ayuda. Asimismo, serviría como herramienta para que entidades comunitarias se muevan hacia la protección de las mujeres en estas situaciones.
“Las estadísticas, para nosotros, (son) oro, es muy valioso, porque el tener los datos estadísticos de cómo estamos recibiendo y radicando y consultando casos, cuando tenemos datos como este y cuando tenemos los datos de feminicidios íntimos, podemos analizarlos en el conjunto”, sostuvo.
“Estos datos van a salvar vidas”, reiteró.
El informe de hallazgos está disponible en el sitio web del Instituto de Estadísticas.