Iguana fresca: de la rama del árbol a tu plato
“Es muy rica, una carne muy sabrosa, tiene su gustito especial, se prepara de como cualquier carne con sazón”, explica Julio Hernández.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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¡Son deliciosas!
Fritas o guisadas, con arroz o con papitas, como sea, se dejan comer de lo más bien. Así son las iguanas.
O por lo menos así lo dejan saber Los Iguaneros de Aguada, para quienes lo que comenzó como una simple ayuda a vecinos se convirtió en una actividad de diversión y confraternización liquidando iguana o gallinas de palo.
“Comenzó con que los vecinos agricultores tenían un problema con las iguanas que se comían las matas de habichuela, y todo lo que sembraban. Comenzamos haciéndole el favor a un vecino que nos dijo: ‘deben dedicarse a eso, porque están limpiando lo que uno siembra", contó a este diario José Jiménez, uno de los tres Iguaneros de Aguada que salen a cazar la molestosa especie invasiva para luego consumirlas.
“Los tres las cazamos y las limpiamos. Le cortamos las extremidades. Le botamos la cabeza, las patas y la parte fina del rabo”, describió el joven.
Las hacen fritas, pero confiesan que guisadas cogen un mejor sabor.
“Tiene un sabor a pollo, mi esposa no quiere cuenta con ellas, pero a los nene (14 y 17 años) les encantan”, dijo sobre su familia.
José, caza con Oti y Julio Hernández, principalmente en el barrio Mamey de Aguada, aunque han recibido invitación de otros pueblos para que vayan a eliminar estos animales verdes.
Utilizan rifles de aire y han atrapado lagartos de entre 15 y 20 libras.
“Ya llevamos casi un año con el asunto de los iguaneros, no fue planeado fue de momento”, menciona por su parte Julio Hernández.
El trío creó una página en la red social Facebook para dar a conocer su trabajo, por el que no cobran. Al contrario, si alguien quiere que vayan a su casa a cazar las iguanas y después quieren la carne, se las entregan.
“Hay personas que nos dicen por la página (de Facebook) que le demos una mano. Ahora mismo tenemos dos personas que nos están pidiendo que vayamos a cazar”, cuenta Julio.
Una vez liquidados los animales, ellos se los comen.
“Es muy rica, una carne muy sabrosa, tiene su gustito especial, se prepara de como cualquier carne con sazón”, explica Julio.
“Mi esposa no se las come, las mujeres son más escépticas para comérselas, pero una señora una vez cuando cazamos nos dijo: ‘sácame carne que yo la voy a probar’ y después nos escribió diciéndonos que estaba bien buena”, detalló Julio.
La carne es descrita como la de las gallinas frescas del país, que es un poco más dura que las de granjas.
Cada lagarto da bastante carne de la parte gruesa de la cola, los muslos y el cuerpo.
“Nosotros hicimos un fricasé para que lo probarán los vecinos. Le echamos yautía, ñame, ocho libra de carnes limpias y allí todo el mundo comió, y le gustó”, contó Julio.
Según contaron los cazadores, en una ocasión tuvieron la intervención de un vigilante del Departamento de Recursos Naturales, quien les informó que como especie invasora y que representa un peligro para la agricultura local, a las iguanas se les podía cazar.