Alcalde de Jayuya: “Somos el área olvidada”
Jorge Luis González Otero denunció la falta de inmediatez para recibir ayuda tras los sismos
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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“Nosotros somos el área olvidada de todos los gobiernos que suben, el área central. Nos han dejado para lo último”.
Con estas palabras, el alcalde de Jayuya, Jorge Luis González Otero, expresó su reclamo por la tardanza en recibir ayuda para las diferentes situaciones que atraviesa el municipio tras los terremotos ocurridos en esta semana.
“Ayer mismo se nos dijo que iba a llegar un cargamento de agua potable. Estuvimos esperando hasta las 10:00 de la noche, y después dijeron que no iban a subir”, denunció a Primera Hora con frustración. “Dijeron que iba a llegar gente de (Departamento de la) Vivienda. Tampoco llegaron”.
Sin embargo, hoy el panorama parecía un poco más alentador.
“Gracias al reclamo que hemos hecho, la oficina de la gobernadora (Wanda Vázquez Garced), se comunicaron con nosotros de Fortaleza. Indicaron que Vivienda iba a hacer el trabajo que corresponde hacer a la gente de (Departamento de) Obras Públicas. Estaban atendiendo la situación de las carreteras, que está a punto de colapsar. Están trabajando. Hace un momento fui a verificar”, dijo el mandatario municipal sobre la carretera PR-143, que resultó con grietas tras el terremoto de magnitud 6.4 del martes.
“Estuvo a punto de colapsar en las dos áreas, subiendo y bajando. Tiene los dos carriles afectados. Hay una excavadora que va a tirar material selecto y corregir la falla que surgió”, explicó.
Si bien se muestra complacido en estas gestiones, la decepción sigue presente en otros aspectos. “Llegó aquí un equipo de Salud Mental (ASSMCA). Quiere decir que se está moviendo. Pero yo entiendo que no hay que estar gritándole a la prensa para que actúe el gobierno. Yo creo que la coordinación debe ser inmediatamente con los 78 municipios”, criticó González Otero, quien observa que la gestión se dio tras emitir expresiones a través de WKAQ 580.
Al hablar del estado de las carreteras, fue enfático en el temor a las consecuencias por el deterioro en que se encuentran algunas.
“Si sucede algo de mayor gravedad, nos vamos a quedar incomunicados”, lamentó el alcalde, quien al momento de la entrevista reveló que el cargamento prometido de agua embotellada para hoy no había llegado.
“Hay otras áreas que podemos quedar incomunicados en cualquier momento. Por el norte tengo la carretera PR-141, que desde (el paso del huracán) María se está bajando y cada vez que baja seis pulgadas, se hace un escalón. Yo tengo que tirarle asfalto para que el tránsito pueda fluir, y hasta el momento nada”, detalló.
“Por la carretera PR-144, hacia Villalba, lo que queda es un tramo que no pasa escasamente un vehículo. La verdad que las carreteras aquí están totalmente abandonadas. No veo acción ninguna, y en una emergencia como esta, me preocupa que uno vaya a quedar incomunicado totalmente”, añadió.
Además, según reveló, un 80% de la población carece de servicios de agua y energía eléctrica. “Si no hay luz, no se puede bombear el agua, porque en la montaña funciona a base de bombeo”, aclaró.
“Hoy es la primera vez que me doy un buen baño porque llegó el agua a mi barrio (Mameyes). Hay tres generadores y los tres están dañados”, denunció. “Los generadores que alquila Autoridad de Acueductos y Alcantarillados es un gasto de más, porque se pagan todo el tiempo, y cuando se necesitan y se van a prender no sirven. ¿Pues para qué, entonces, están pagando dinero que se pierde, que se puede usar en otras cosas?”, criticó.
La rutina ha cambiado
Como sucede en otros pueblos en el sur, el ejecutivo municipal hizo referencia a la incertidumbre que viven muchas familias a nivel de seguridad.
“Hay desesperación. Hay 30 casos ya reportados de viviendas afectadas”, dijo. “Durante la noche, salen más de 300 personas (a pernoctar) a los diferentes sitios que tenemos en diferentes sectores, y cada día se une más porque la tierra sigue temblando”, mencionó.
“A mí me sorprende que un número tan alto de personas quieran dejar sus casas. Duermen en una cancha o en una carpa que yo llevé a esos lugares, y cuando amanece, con la claridad del día, van a sus casas. Hacen su rutina, las cosas que tienen que hacer, porque no tienen agua ni luz, pero por la tarde regresan a los espacios abiertos”, compartió consternado, y aclaró que la necesidad de alimentos, al momento, no ha sido urgente porque “lo que necesitan es seguridad”.
El alcalde insistió en el anhelo por que los requerimientos básicos sean atendidos sin necesidad de denuncias. “En la montaña vive gente buena que necesita tan buenos servicios como la gente de San Juan, como la gente de todo Puerto Rico”.