La reestructuración administrativa iniciada por el superintendente de la Policía, José Caldero, que incluye el sacar a policías en tareas civiles a la calle, traerá ronchas, pero por primera vez, se da la impresión de que están generándose cambios en la Uniformada.

Aunque es muy prematuro pasar juicio sobre la labor que realiza el superintendente Caldero, los analistas Carlos Díaz Olivo y Adolfo Krans coincidieron en que el oficial aparenta estar en control de la Policía de Puerto Rico.

Díaz Olivo expuso que en  un funcionario público, hay  dos dimensiones importantes que  atender: una es la de verdadera sustancia de la encomienda que tiene y su impacto a corto y largo plazo; y la segunda, es de imagen de proyección pública.

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“En  términos de imagen y proyección, aunque a veces no tiene que  ver con la sustancia,   en esa etapa ha sido exitoso en sacar la policía de grandes controversias públicas  y por lo menos dar la impresión de estar en control de ese Departamento”, expuso Díaz Olivo.

“Queda la segunda fase, la cosa sustantiva que es cómo de verdad pueda transformar la policía, que traiga paz y tranquilidad; que cumpla su función”, dijo.

Las medidas que implementa Caldero, a juicio de Díaz Olivo, se enfocan en esa segunda fase y es muy  temprano para evaluar cualquier resultado.

“Pero para lograr su objetivo, va a tener que romper una idiosincrasia en las agencias  y la Policía, que es  el seguir haciendo las cosas como están, una inercia sin cambios. Ahí lo importante es que se atreva y pueda ser exitoso en romper ese anquilosamiento, esa inercia,  para hacer los cambios”, dijo el analista.

Eso va a conllevar, indicó,  una gran voluntad,  de trascender la política y lo personal.

“Hay cosas que van a lo personal,  y a la  comodidad que le ofrece a cualquiera dejar las cosas como están porque el cambio produce roncha, incomodidad y molestia. Va a tener que demostrar   voluntad y un gran talento como administrador. Tendremos  que ver como lo logra. Es lo que tiene que hacer y ahí van las medidas”, recalcó Díaz Olivo.

Adolfo Krans, en tanto, indicó que lo que está haciendo Caldero hace décadas lo hizo  el ex superintendente Salvador Rodríguez Aponte, cuando “convirtió a los policías  de escritorio en policías de verdad”.

El analista dijo estar sorprendido de que existiesen oficiales de la Policía fungiendo como oficiales de prensa.

“Al enterarse uno que hay oficiales de prensa en distintas facilidades de la Policía, es un chiste, cuando con uno sobra”, acotó.

Caldero viene a la  Superintendencia, según Krans,  en una forma sui generis, por tener la Policía en sindicatura, con la presencia del monitor. 

“Hasta ahora, mi evaluación es que está haciendo lo correcto. Es muy poco tiempo. La Policía ahora es que aparenta que  va a  comenzar a cumplir con el acuerdo del Secretario de Justicia federal, implementado el acuerdo por el juez federal (Gustavo Gelpí)”, comentó.

¿Creará ronchas?

Poner a cualquier burócrata a trabajar trae ronchas.

Krans recordó que desde Astor Calero,  no ha habido un superintendente que  haya   sido policía.

“Es el primero desde la década de los 70. La política metió la mano siempre. Otro problema de la  Policía es que tiene el bizcocho de los siete pisos,  las camadas de los partidos ubicando a sus protegidos”, sostuvo.

¿Le ve posibilidades?

Sí creo que sí. Tiene las cualidades. Es un individuo muy tolerante porque fue humillado durante su vida activa de policía y lo toleró.

Finalmente llegó, comentamos.

Sí, llegó, cuando debió haber sido el primero que debieron haber  nombrado.  No podemos acusar al Gobernador  de no haberlo nombrado. Creo que los federales fueron los que forzaron la continuidad del que vino con Luis Fortuño,  Figueroa Sancha y Pesquera. Venían del flujo federal,  nombrados con la anuencia e impuesto por los federales.   Y el otro, la estrella fugaz (James Tuller).

El analista afirmó que Caldero puede tener éxito por su experiencia y por su temperamento.