Velorio de agente asesinada por su expareja será esta tarde en Salinas
Su sepelio se llevará a cabo mañana en el Cementerio Municipal de Salinas a partir de la 1:00 p.m., informó el Negociado de la Policía.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Los restos mortales de la agente Brenda Liz Pérez Bahamonde, asesinada por su expareja, el 27 de enero, serán expuestos a las 3:00 p.m. de hoy, miércoles, en la funeraria Salinas Memorial.
Se anticipó que la guardia de honor integrada por mujeres que laboran en el Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR), será encabezada por el comisionado, Antonio López Figueroa, quien se espera esté acompañado por el secretario del Departamento de Seguridad Pública, Alexis Torres.
El jueves a la 1:00 p.m., partirá el cortejo fúnebre hacia el Cementerio Municipal de Salinas, donde también se llevará a cabo la ceremonia oficial de las honras fúnebres.
El 28 de enero, la Fiscalía de Guayama del Departamento de Justicia (DJ) radicó cargos por feminicidio y violación a la Ley de Armas contra el policía José Antonio Rivera Velázquez, por el asesinato de la agente adscrita a la División de Homicidios de Guayama y el juez Juan A. León González encontró causa para arresto señalándole una fianza de $2,000,000.00.
El imputado, que fue expulsado de inmediato, está sumariado en el complejo correccional Las Cucharas en Ponce.
Durante el transcurso de la investigación Rivera Velázquez admitió los hechos, luego de que ella le cuestionara por su presencia en su residencia en medio de una discusión.
Pérez Bahamonde, llegó manejando hasta el cuartel de la División de Autopistas de Salinas donde pidió ayuda y tras revelar quien le había disparado le pidió al agente que la asistía que no la dejaran morir. Poco después, fue declarada muerta en el Hospital Menonita en Guayama.
El noviembre del año pasado, ella había solicitado al tribunal y un juez le concedió una orden de protección por desalojo con vigencia de 30 días. Cuando venció en diciembre, Rivera Velázquez, quien laboró como escolta del pasado comisionado de la Policía, Henry Escalera Rivera, solicitó que fuera rearmado.
Tras una evaluación de un psicólogo del negociado, se le entregó su arma de reglamento el 11 de diciembre.
La agente de 46 años, laboró durante 21 años en el NPPR.