Ana Cacho, Jesús Genaro Camacho, Arnaldo “Naldy” Colón y William Marrero Rivera: esas son las cuatro personas declaradas oficialmente como sospechosas del asesinato del pequeño Lorenzo González Cacho.

Ayer se le notificó formalmente a Marrero Rivera que era sospechoso de la muerte del menor. Además, dos fuentes con conocimiento de la pesquisa confirmaron anoche que hace varias semanas se hizo lo mismo con “Naldy”, quien el pasado 16 de febrero había sido citado por la Policía, pero se había negado a comparecer.

“Los cuatro son sospechosos”, dijo una de las fuentes.

Se supo, además, que todos son ubicados en la escena del crimen ese trágico 9 de marzo de 2010, en la casa de Cacho en la urbanización Dorado del Mar, en Dorado.

Ayer, el teniente Rafael Rosa, director del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC), confirmó que entrevistaron a Marrero Rivera en el cuartel Bayamón Oeste y que se le notificó que es sospechoso por el asesinato de Lorenzo, que al momento de su asesinato solo tenía ocho añitos de edad.

Rosa dijo que entrevistaron al amigo de Cacho, madre de la víctima, por espacio de 25 minutos y se le leyeron las advertencias de ley.

Se suponía que la entrevista sería en la mañana en la Comandancia de Bayamón, pero Mayra López Mulero, abogada de Marrero Rivera, solicitó que fuera en otro lugar para evadir a los periodistas.

Es la primera vez que se señala oficialmente a Marrero Rivera, quien es agente federal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), como sospechoso del crimen. Anteriormente, versiones apuntaban a que el hombre alegaba que no estuvo en el lugar al momento de los hechos y que estaba cooperando con las autoridades y podría figurar como testigo en el caso, pero esto fue descartado por Rosa.

Reiteró que Cacho es sospechosa, según ha dicho también el fiscal general Obdulio Meléndez, pero que no será citada para entrevista.

Rosa recordó que hay “varios” sospechosos del caso, pero que no tienen fecha ni “prisa” para someter el caso en el tribunal.

Se supo que, una vez entraron a la entrevista, López Mulero informó que su representado no iba a declarar porque ya había sido entrevistado en otras ocasiones. Fue entonces que se le leyeron las advertencias de ley y se le identificó como sospechoso “y se acabó (la entrevista)”.

“Se le va a radicar, en su momento”, resaltó una fuente, que confirmó que igual pasará con Cacho, Camacho y Colón.

En una entrevista con el programa de entretenimiento Super Xclusivo (WAPA-TV), Marrero Rivera dijo que “no voy a hacer ningún comentario”, pero aseguró que estaba “tranquilo, estoy bien”.

López Mulero agregó, cuando se dirigía a la entrevista, que “por la naturaleza del caso y la seriedad de la investigación es que queremos hacer las cosas bien”. Al salir, alegó que “le hicieron unas preguntas y lo despacharon, no fueron muchas preguntas”, pero no mencionó que su cliente fue declarado sospechoso del crimen.

Según había trascendido, Marrero Rivera estuvo en el hogar de Cacho la noche del 8 de marzo de 2010, pero supuestamente fue antes de que ocurriera el homicidio. Que fue Colón quien supuestamente lo llamó para informarle lo ocurrido y llegó hasta el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Dorado, donde se certificó la muerte de Lorenzo.

El niño llegó ensangrentado entre las 5:00 y 5:30 a.m. del 9 de marzo, y su madre alegó que se había caído de la cama, versión que fue descartada por el resultado de la autopsia.

Las hermanas de Lorenzo, que al momento de los hechos tenían cinco y 13 años, fueron removidas del hogar de su madre por el Departamento de la Familia pocos días después de la muerte de Lorenzo porque las tenían bajo un “pacto de silencio”. Al momento, ambas están bajo la custodia de su padre, Ahmed Alí González.