Aguadilla. Una noche de fiesta culminó en desgracia ayer a eso de las 1:35 de la madrugada, cuando cuatro amigos perdieron la vida en un accidente de tránsito.

Tres de ellos murieron calcinados en el interior de un auto que chocó contra el muro del puente sobre el río Culebrinas en Aguada y se prendió en llamas al instante. El cuarto amigo, Josean Feliciano González, murió tras salir expulsado del vehículo, un Toyota Yaris blanco del 2011.

Sandra González, madre de Josean, de 20 años y estudiante de cuarto año en Justicia Criminal en la Universidad Interamericana de Aguadilla, contó a Primera Hora que su hijo, a quien apodaban “Jkon”, había pedido esa noche a una de sus hermanas que lo llevara a un cumpleaños en el negocio Rompeolas en Aguadilla, pues su carro estaba en el taller de mecánica.

Habían quedado que una vez terminara la fiesta se llamarían para que lo pasaran a recoger, dijo la madre.

“Cuando la hermana llamó (a su celular), él dijo: ‘No, está bien, yo cojo pon con los muchachos porque vamos para Aguada’. Andaba con otro amigo –que eran como hermanos– que se llama Freddie”, sostuvo González.

“Él siempre llegaba temprano y como vi que no llegaba, lo llamé como a las 2:30 a.m. Cuando me contesta un policía, le pedí que me dejara hablar con él, pero me dijo que había tenido un accidente fatal”, relató.

Soñaba con ser piloto

Al llegar, el padre de Jkon, Luis Feliciano Ayala, se armó de valor para identificar el cadáver de su hijo, que había seguido sus pasos en la milicia y quería ser piloto.

El joven era reservista del Army en la división de combustible en Salinas y tendrá su sepelio vestido del uniforme de gala del Ejército.

“Josean entró a la milicia por convicción. Me vio a mí, creció conmigo como militar y desde chiquito se vestía con la gorra y las botas (militares)”, recordó don Luis.

“Él era un estudiante natural. Tenía buenas notas y era muy atlético. Jugaba pelota clase A con Añasco y Aguadilla. Se supone que el domingo iba a participar en un carnaval de béisbol con la Policía”, destacó el hombre, también retirado de la Uniformada.

El padre dijo que a pesar de haber trabajado en la Policía, la escena donde vio a su hijo muerto se grabó en su mente como ninguna otra. “Se me grabó. Y me pregunto cómo puede ser que un muchacho como él, que pudo ser un ejemplo para muchos, termine así. ¿Por qué? ¿Qué pasó?”, se cuestionaba una y otra vez.

El ICF no confirma las identidades

De acuerdo con la Policía, en el vehículo también iban Freddie Hernández Cruz, de 20 años y Argenis Cruz Hernández, de 30 años de edad. A este le acompañaba la joven Lianjelis Vélez Olivencia, de 20 años y residente en Mayagüez.

Las autoridades contactaron a los familiares de estos tres, ya que dentro del vehículo se encontraron pertenencias de ellos, que apuntan a que pudieran ser las víctimas calcinadas.

Según el sargento Rolando Pérez Nieves, de la División de Patrullas de Carreteras de Aguadilla, una testigo relató que transitaba a esa hora de Aguada a Aguadilla y tuvo que reducir la velocidad porque había unos jinetes en la carretera. Fue cuando vio que el vehículo se acercaba a gran velocidad y e intentó rebasarlos, pero perdió el control, estrellándose contra la pared del muro del puente e incendiándose en el acto.

Se estimó que el Toyota Yaris, propiedad de Argenis Cruz Hernández, iba a una velocidad de entre 75 a 80 mph.

Pérez Nieves sostuvo que “hasta que el Instituto de Ciencias Forenses no confirme que las pruebas de ADN corresponden a los tres presuntos calcinados, no se puede certificar su muerte. Por lo que se les está solicitando a los familiares que firmen una querella como personas desaparecidas”.

Ayer una mujer, que se identificó como hermana del joven Hernández Cruz, llegó hasta la estación policiaca para adelantar documentos. Aunque no quiso hacer expresiones, manifestó que “todavía tengo la esperanza de que me llamen y me digan que no es él”.