"Trabajé para Angelo Millones, el jefe de los puntos de José Celso Barbosa"
Ofreció información sumamente detallada sobre las funciones que ejercía Angelo Millones como cabecilla de la organización.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Como si se tratara de una aplanadora que pasaba sobre vehículos chatarra, la Fiscalía Federal presentó prueba contundente contra el notorio Ángel Ayala Vázquez, mejor conocido como “Angelo Millones”, y su medio hermano, Luis Xadiel Cruz Vázquez, mediante el testimonio de una ex vendedora y vigía de drogas que habló largo y tendido sobre las fastuosas fiestas de Navidad que el presunto capo de la droga celebraba en su antiguo feudo, el residencial José Celso Barbosa en Bayamón.
Durante el juicio que se celebra contra los acusados en el Tribunal Federal del Viejo San Juan, la testigo implicó directamente a su antiguo jefe y al medio hermano de éste en las operaciones de narcotráfico en el complejo público al abordar interioridades sobre el financiamiento de las fiestas y la manera en que se vendían las drogas en el Celso Barbosa, como si se tratara de un gran mercado de estupefacientes.
“Trabajé para Angelo Millones, el jefe de los puntos de drogas de José Celso Barbosa”, indicó Maribel Olivo Rivera, de 38 años de edad, quien ha vivido la mayor parte de su vida en el complejo público.
“Yo fui personalmente a donde él y hablé con él para que sacara un día para vender drogas. Me dio el viernes y después el sábado. En el weekend comencé a tirar. Yo tenía conocimiento que él era el dueño del punto de drogas”, sostuvo la testigo.
Olivo Rivera ofreció información sumamente detallada sobre las funciones que ejercía Angelo Millones como cabecilla de la organización, y su medio hermano, quien se encargaba de manejar los puntos de drogas cuando se ausentaba el lugarteniente de la organización criminal, Omar 'el Gordo' Medina Santiago, quien se declaró culpable por el mismo caso.
Precisó que Medina Santiago le pagaba una renta a Angelo Millones por la administración de los puntos de drogas del Celso Barbosa. Ante la eventualidad de que éste se ausentara, Cruz Vázquez se encargaba de manejar los puntos. Entre otras funciones, Cruz Vázquez supuestamente mantenía el inventario de los puntos, “disciplinaba” a los adictos mediante actos de violencia y “rompía corillos” que pudieran levantar sospechas ante las autoridades.
“Para el día a día, ¿era Xadiel?”, preguntó la fiscal Jenifer Hernández, quien dirigió el interrogatorio directo a la testigo.
Eso es correcto, afirmó.
La ex vendedora de drogas, que comenzó a cooperar con las autoridades luego de ser arrestada por los federales en el operativo que desarticuló la banda de Angelo Millones, indicó que la organización contaba con un mapa de las cámaras de seguridad que una compañía privada había colocado en el complejo público, ya que Cruz Vázquez, que también es conocido como “el Mono”, contaba con un blueprint del sistema de vigilancia. “Las personas que trabajaban en el punto sabían dónde las cámaras habían sido colocadas”, indicó.
Precisó que uno de sus hijos, Ángel Rafael Soto (quien también figura entre los acusados en el pliego acusatorio radicado contra la banda), y uno de sus hermanos habían sido contratados por la empresa. Se desprende del testimonio que los vendedores de los puntos se colocaban camisas en los rostros y camisas largas para esconder tatuajes cuando vendían drogas dentro de dos edificios del residencial donde Angelo había colocado portones ante la eventualidad de cualquier operativo policiaco.
Subrayó que, además, los runners de la organización, personas que se ocupan de manejar el dinero y el inventario de la droga, separaban sus ganancias del primer día de cada mes para financiar las fiestas de Navidad de Angelo en las que tocaban grandes artistas del género del reguetón, la salsa, el merengue y la bachata. Según reportes de prensa, entre éstos figuraron los reguetoneros Héctor “el Father”, Don Omar, Wisin y Yandel, el merenguero Elvis Crespo y “el Caballero de la Salsa”, Gilbertito Santa Rosa.
Relató que los conciertos se habían convertido en una parte integral de Celso Barbosa. De hecho, para la despedida de año de 2000, Angelo Millones les ordenó a todos los miembros de su organización que se “tiraran las telas”, vistiéndose de gala.
“Todo tirador, runners y el jefe se vistieron con gabanes, y las mujeres, con trajes. Él (Angelo Millones) pidió que todo el mundo se vistiera así”, indicó.
Durante el juicio de ayer también se presentaron las fotos de un majestuoso apartamento en el Celso Barbosa que presuntamente Angelo había remodelado con losetas de mármol, topes de granito, obras de arte, muebles italianos, entre otros lujos. “En los años que había vivido en Barbosa nunca había visto un apartamento así”, señaló.
La testigo rompió en llanto cuando describió una agresión contra su hijo, quien trabajaba como vigía de la organización, por parte de “el Mono”.
Ésta indicó que Cruz Vázquez le provocó serias heridas al fracturarle el tabique, destruirle un tímpano y provocarle dos heridas abiertas en la parte superior de la cabeza.
La razón por la cual supuestamente se registró la agresión fue porque Cruz Vázquez entendía que el hijo de la testigo había agredido a una mujer en el residencial. “Eso no fue verdad. Le dieron con la pistola en la cabeza, le patearon el cuerpo”, dijo.