Testigo narra lo que realmente pasó la noche del asesinato de la fiscal
Jueza determina causa para juicio contra los tres acusados.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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FAJARDO.- La noche del 18 de enero pasado, Daniel Vázquez Cubilete, Abraham Rodríguez Cruz, Rafael Aponte Peña y Alexander Serrano Figueroa salieron de San Lorenzo a robar un carro “común” para Pilín, identificado por las autoridades como el líder de una banda dedicada al hurto de vehículos.
El cuarteto salió en ruta hacia Juncos. Luego, se dirigió a Canóvanas. En el camino conversó sobre el asalto.
“Bebé (Abraham) le indica a Pucho (Daniel) que no tenía que tirar tiros, ni matar personas porque él (Daniel) tenía fama de bajarse y tirar tiros”, apuntó hoy, viernes, Serrano Figueroa durante la vista preliminar que se sigue contra Vázquez Cubilete, Rodríguez Cruz y Aponte Peña por la muerte de la fiscal Francelis Ortiz Pagán.
Los tres enfrentan seis cargos: robo de auto, asesinato, tres violaciones a la Ley de Armas y posesión de un vehículo hurtado.
Ante la jueza Ada López Santiago, del Tribunal de Fajardo, Serrano Figueroa explicó que era él quien conducía un Toyota Corolla blanco hurtado hacía una semana en Aguas Buenas, y que se detuvo para darle paso al carro Mini Cooper blanco que conducía Ortiz Pagán de regreso a su casa en Río Grande luego de trabajar en la Fiscalía de San Juan.
“Le doy el paso para seguir cuando Pucho indica que siga la guagua porque él la quiere. La guagua dobla a la derecha y la seguí”, apuntó Serrano Figueroa a preguntas de la fiscal Leilani Vargas de la Paz.
El testigo cooperador del Ministerio Público narró que siguió el vehículo por unos cinco minutos cuando Bebé le pidió que virara porque no sabían hacia dónde se dirigía el Mini Cooper.
“Estaba buscando el momento oportuno para virar, cuando me indica que vire, y ahí el Mini Cooper puso la señal a la izquierda y Pucho me dijo que me parara para ‘carjackearlo’”, relató el hombre, de 20 años.
Señaló desde el banquillo de testigos que el Mini Cooper se detuvo frente a una casa a esperar que abriera un portón eléctrico y que él estacionó el Toyota “un poquito más atrás”.
Contó que Pucho se bajó primero del vehículo con una pistola negra calibre 9 milímetros. Siguió Rafael con otra pistola negra calibre 40. Abraham permaneció en el Toyota. Pero, que antes de que Rafael llegara al Mini Cooper, observó a Pucho tratar de abrir la puerta del conductor del carro y luego vio unos “fogonazos”.
“Disparó en cuestión de nada, a Rafa no le dio tiempo de llegar allá”, aseguró el testigo, que no tiene un acuerdo de inmunidad y a quien la jueza le hizo las advertencias antes de sentarse a declarar en la mañana de hoy.
“El portón abrió y la guagua entró y chocó una RAM roja”, agregó.
Después de los disparos, Pucho y Rafael abordaron el vehículo y el cuarteto abandonó el lugar.
“Ahí Bebé le dice a Pucho ‘canto de bruto, la mataste’. Lo regañó porque le había dicho que no había que disparar”, indicó el testigo.
De Río Grande, el cuarteto partió hacia Juncos, donde estaba Pilín, a quien el testigo nunca identificó por su nombre de pila, pero que, según informes de la Policía, es James O. Santana González.
Según el testigo, Pilín (cuando le contaron) regañó a Pucho por lo ocurrido, quien en tono molesto dijo “que no necesitaba de nadie” y reveló que esa misma tarde había matado a alguien de nombre Kevin Silva.
Serrano Figueroa, quien no portaba arma, relató que posteriormente llevó a Bebé y a Pucho a su casa, pero que continuó con Rafael y Pilín -en otro vehículo- hacia un caserío en San Lorenzo donde iban a “tirar” porque residentes de ese lugar habían tiroteado el caserío donde vivía Pilín.
“Yo le dije a Rafa que no tirara y que nos fuéramos al frente. Cuando pasamos por Brisas, escucho los tiros... Rafa abrió el ‘sunroof’ y disparó... A mí me dispararon en el muslo", indicó.
Posteriormente, de acuerdo al testigo, Pilín y Rafael lo dejaron en un hospital en Juncos. De allí fue trasladado a Centro Médico.
Estableció que esperaba en una sala del Centro Médico luego de que lo dieron de alta, cuando vio las noticias y se enteró de la muerte de la fiscal.
Como parte de un extenso testimonio, indicó que mintió dos veces a las autoridades sobre la forma en que había sido herido porque temía por su seguridad, pero que contó la verdad luego de que arrestaron al cuarteto y de que Pucho los identificara.
En los contrainterrogatorios, los abogados defensores trataron de minar la credibilidad del testigo resaltando que pese a que no tenía un acuerdo de inmunidad, no se le habían presentado cargos por la muerte de la fiscal ni por los otros cuatro “carjackings” que había cometido.
El Ministerio Público, representado por Vargas de la Paz, Gabriel Redondo, Víctor Carbonell y Omar Borroso, ha dicho que solo brinda protección al testigo.
Además, trataron de destacar la participación del testigo en el crimen, quien recibía entre $100 a $200 por guiar el vehículo en el que el grupo busca de carros para robar.
Los abogados Gustavo Quiñones Pinto, quien representa a Rafael, y el licenciado Humberto Mercado Gotay, de la Sociedad para la Asistencia Legal, quien junto a Nélida Negrón Cruz, representa a Abraham, también dirigieron sus cañones en dirección a Daniel al resaltar que escogió la ruta y el vehículo a robar.
El licenciado Edmundo Ayala Oquendo representó a Daniel Vázquez Cubilete.
En el contrainterrogatorio, este siguió una línea de preguntas en la que intentó resaltar que su representado, a quien también le decían “El loco”, estaba drogado en el momento de los hechos, como para tratar de establecer la capacidad mental disminuida.
Durante el día de hoy el Ministerio Público también sentó a declarar al agente Josué Pérez, quien investigó el robo del Toyota en el que iba el cuarteto cuando trató de robar el carro de la fiscal y el agente Felipe Cartagena, uno de los agentes que brindó ayuda al esposo de la fiscal, Fermín Arraiza, cuando llegó al garaje pidiendo que transportaran a Ortiz Pagán al hospital porque el Mini Cooper tenía una llanta vacía.
Tras escuchar la prueba, la jueza López Santiago encontró causa para juicio contra el trío, que se encuentra en la cárcel de Bayamón por no poder prestar la fianza de $5.5 millones impuesta a cada uno.
La jueza fijó la lectura de acusación para el 15 de marzo y el juicio para el 6 de abril.