Testigo identifica al autor de la Masacre de Aguas Buenas
La mujer, quien está bajo el programa de protección de testigos, indicó que la matanza ocurrió ante sus ojos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Caguas. Una testigo identificó hoy a José Gómez López, alias “Coco”, como el hombre que abrió fuego con un arma larga contra el negocio Rafa’s Pub el pasado 3 de mayo de 2013, en donde cuatro personas perecieron tiroteadas y otras seis resultaron heridas en el crimen conocido como la Masacre de Aguas Buenas.
“Vi un muchacho que venía por la derecha con un arma larga. Era trigueño, flaco, tenía el pelo mojado como con gel, rizo. Los labios gordos y la cara más gruesa que el cuerpo”, describió la testigo ante el juez Daniel López González del Tribunal de Caguas, quien preside por tribunal de derecho el juicio contra “Coco”, de 29 años.
La mujer, de 47 años y quien está bajo el programa de protección de testigos, también consiguió señalar al acusado entre decenas de fotos pequeñas que la Policía le mostró dos días después de los hechos.
La testigo indicó que la matanza ocurrió ante sus ojos, porque estaba como pasajera en un auto estacionado frente a Rafa’s Pub, en espera de que un empleado del negocio trajera “las cuatro cervecitas” que su esposo había pedido para llevar ese viernes en la noche.
“(Mi esposo) quitó la emergencia para irnos y ahí mismo se escuchó un tiroteo grande. Veía los fogonazos y pensé de momento que eran petardos de Navidad”, narró a preguntas del fiscal Phillipe Mesa Pabón, quien representa al Ministerio Público en conjunto con su colega Gabriel Redondo Miranda.
Indicó que al ver a gente caer al suelo se agachó dentro del auto.
“Me tiré encima de mi esposo como para protegerlo (de las detonaciones). En una pausa de los tiros, levanté la cabeza. Pero la volví a bajar porque lo vi caminando y me dije ‘si me ve, me mata’”, declaró en referencia a Gómez López.
A pesar del riesgo, aseguró que volvió a levantar la mirada con la intención de fijarse bien en el rostro del atacante, que instantes después caminó hacia una guagua detenida justo frente al auto en el que ella estaba y desde la cual, según testificó, también se hicieron detonaciones.
La mujer indicó que en esa guagua – cuya marca no pudo precisar - “Coco” se montó por la puerta trasera del lado izquierdo y ella alcanzó a divisar a otras dos personas, aunque no puede describirlas.
Cuando volteó a mirar hacia el negocio “todo el mundo estaba tirado en el piso”.
Uno de los que yacía en el suelo, herido de muerte, era su amigo Manuel Hernández Manzueta, de 55 años y a quien la pareja acababa de ofrecerle pon a su hogar.
En el contrainterrogatorio de la abogada Ana González Cabrera, la testigo admitió que su esposo emprendió la marcha siguiendo el vehículo en el que, según su declaración, se montó “Coco”.
No obstante, aceptó que no llamaron a la Policía ni pensaron en apuntar la tablilla de la guagua justo frente a ellos.
“Lo que quería era doblar para llegar a mi casa, porque me sentía mal”, indicó.
Sin embargo, al llegar a su vivienda a pocos minutos de la escena del crimen, se percataron de que el carro tenía impactos de bala y entonces decidieron acudir al cuartel más cercano, donde las autoridades contaron cuatro perforaciones en la parte izquierda y delantera del auto.
A preguntas de la licenciada González Cabrera, la testigo aseguró que antes de esa noche “nunca” había estado involucrada en un tiroteo y que su carro no tenía impactos de bala por incidentes anteriores.
Como en las vistas previas, “Coco”, esposado de pies y manos con el uniforme de los reclusos federales, se mantuvo atento a los procedimientos, sentado junto a su abogada.
El acusado sólo se volteaba ocasionalmente para sonreírle a una joven sentada dos bancas detrás de él, quien le respondía con gestos de besos y palabras de apoyo. En la sesión de la tarde, llegaron más conocidos para apoyar a Gómez López.
A pesar de que la perito de balística del Instituto de Ciencias Forenses, Minnelly Hernández Huertas, testificó en diciembre pasado que en la matanza se utilizaron cuatro armas de fuego, una de ellas larga, sólo Gómez López enfrenta juicio por el crimen, toda vez que las autoridades no han podido identificar a sus acompañantes.
Además de Hernández Manzueta, en la masacre de Aguas Buenas perecieron Elizabeth Marín Cotto, de 45 años; su hija Griselda de Jesús Marín, de 17; y Luis Daniel González Torres, de 32.
Según la Policía, solo González Torres, conocido como “Danny Cabeza”, era el objetivo de los sicarios.
Esa noche, también resultaron heridos Miguel A. Cardona García, de 24 años; Neftalí Medina Correa, de 47; William Hernández Medina, de 53; Eliseo Rodríguez Ortiz, de 29; Héctor J. Rivera Resto, de 28; y Mayra Collazo Rivera, de 28.
La Policía también le imputa a “Coco” ser el sucesor del narcotraficante Jaime Dávila Reyes, conocido por su apodo de “Peluche”, y quien tenía el control del narcotráfico en la zona este.
Por delitos relacionados con el trasiego de drogas, Gómez López enfrenta otro proceso criminal en el foro federal, de ahí que esté sumariado en el Centro Metropolitano de Detención en Guaynabo.
Mediante confidencias, Gómez López fue arrestado 24 de abril de 2014, en un motel de Bayamón, pero estaba acusado en ausencia desde el pasado 7 de mayo cuando las autoridades le radicaron 29 cargos por la quinta masacre del 2013.
El juicio continúa mañana con más testigos de la Fiscalía.