Testigo cuenta que Manwe Uno intentó incendiar el cuerpo de Valerie Ann en Adjuntas
Afloran más detalles sobre los días posteriores al crimen de la joven.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Un tejido de sangre que se desprendió de los tenis que presuntamente calzó el muralista Juan Luis Cornier Torres, alias Manwe Uno, al deshacerse del cadáver de Valerie Ann Almodóvar Ojeda, quedó marcado en el agua y en la mente de la mujer que los echó a lavar.
Sin embargo, la fémina desistió de continuar con la faena pues, se acordó, cuando supuestamente Cornier Torres le contó la forma en que degolló a la joven teatrera el lunes 17 de diciembre de 2018 en la sala de la casa donde convivían como pareja en la barriada Baldorioty de Ponce.
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La descriptiva escena fue narrada por la testigo Loreinne Bonet Torres en el juicio contra el muralista, quien está acusado de asesinar a la sangermeña, cuyo cuerpo amortajado y cubierto con bolsas de basura fue hallado el martes 18 de diciembre de 2018 en un paraje de la carretera PR-518 del barrio Garzas en Adjuntas.
“Él ya estaba por partir de la residencia en la guagua con el cadáver. Recuerdo que antes que él se fuera, yo estaba preocupada porque me iba a quedar sola en la residencia, y, basado en la información que me había dado de esa persona (Valerie Ann), temía que alguien fuera a regresar a la casa por ella”, sostuvo Bonet Torres, coacusada en el caso al enfrentar un cargo por destrucción de evidencia y otro por encubrimiento.
Cabe destacar que, aunque la defensa sometió dos recursos de auxilio de jurisdicción ante el Tribunal de Apelaciones, por separado, estos fueron declarados no ha lugar, así que el fiscal Ildefonso Torres Rodríguez pudo continuar esta tarde con el interrogatorio a Bonet Torres en la sala 606 del Centro Judicial de Ponce ante el juez Daniel R. López.
Allí, la fémina de 28 años relató que, antes de que Manwe Uno saliera de la casa rumbo a Adjuntas, donde presuntamente se desharía del cadáver, el hombre “sacó una bolsa de yerba (marihuana)” e insertó el teléfono de la víctima.
“El teléfono estaba dentro de la bolsa, le da contra el muro para destrozar la pantalla (con la intención de) romper o dañar el teléfono. Yo le pregunté si iba a venir alguien a buscarla (a la víctima), pero me dijo que no; literalmente lo dice muy tranquilo para tratar de tranquilizarme y, en eso, se monta en la guagua”, recordó.
“Antes de eso, (él) iba a cerrar todas las puertas; yo se lo pedí. La puerta de atrás estaba rota, pero él la cerró. Me pide que me quede en la casa terminando lo que faltaba de limpiar, (y antes de marcharse) de la residencia; me pide el ‘lighter’, me había pedido un (galón de gasolina), ya iba con el cuerpo en el baúl de la Pathfinder para disponer del cuerpo. (Pero) el ‘lighter’; estaba medio vacío porque él intentó prenderlo, pero no funcionó”, agregó.
Según la testigo, una vez Cornier obtuvo lo que pidió, sacó el vehículo de la marquesina a donde llevaba el cuerpo amortajado de la muchacha que, al momento del crimen, tenía 23 años. Justo en el baúl de la guagua que pertenecía a la occisa.
“Entonces, procedo a las directrices que me había dado Cornier… como me había dicho que era esposa de alguien peligroso, yo continuaba en la casa. Luego, tuve comunicación con él, vía teléfono, por texto y por llamada. Le dije que estaba sola en la casa, que avanzara porque tenía temor… no sabía quién podría regresar a la casa”, manifestó.
“Me dice que estaba por Adjuntas, que estaba demorando porque había mucha gente y en eso me dijo que, como que se iba a mover del sitio, y, en la misma conversación, según me dice que había intentado prenderla (incendiar el cadáver), pero no había podido. Como se había llevado la gasolina y el ‘lighter’… pues, no sé. Recuerdo otra frase que también se habló en ese instante, sobre que quizás se le hubiese hecho más fácil si hubiese ido otra persona con él”, mencionó.
Mientras la testigo contestaba las preguntas del representante del ministerio público, este le mostraba más piezas de evidencia para corroborar su relato mediante fotografías.
En sala, se encontraban los padres de Almodóvar Ojeda quienes no se han ausentado del proceso que inició el pasado lunes. También, estaba el padre del acusado, quien se ha mantenido presente en el proceso contra su hijo desde que fue arrestado.
Ambas familias se muestran destrozadas, a juzgar por sus expresiones faciales que denotan un profundo dolor.
“Yo seguía en la casa, limpiando… bueno, los productos (eran) paño, mapo, cloro, lisol… productos de limpieza que encontrara en la casa. En eso, le envié un mensaje de texto… le había pedido un mapo y cloro para continuar con lo que estaba haciendo, y cuando él llega en la Pathfinder, me pregunta que para qué yo quería el cloro y el mapo”, dijo al mencionar que el hombre regresó solo a la vivienda, ese lunes 17 de diciembre de 2018 luego de que supuestamente se deshizo del cuerpo.
“Luego (entró) en la casa. Le pregunto por lo que le había pedido y (nuevamente) me preguntó por qué, y el baño fue el área donde yo boté lo que había limpiado… el agua con sangre. (Le contesté) que iba a limpiar la ducha y me responde, ‘será que tú no caes en estado menstrual’. (Sentí) como que a él le daba igual si era sangre de ella (Valerie Ann), mía, menstruación, sangre de quien fuera… que me bañara”, acotó.
Al continuar con su testimonio, la mayagüezana recordó que el hombre se había cambiado el calzado antes de sacar el cuerpo inerte de Valerie Ann, que presuntamente envolvió en un colchón blanco y luego en unas bolsas de basura que el acusado la envió a comprar.
“En ese momento, lo estoy mirando de pies a cabeza y le veo un pelo que le alumbraba en el pantalón, era castaño y me dice que lo deje, que se caiga por ahí. Antes de irse a Adjuntas, él se cambió los zapatos; en la mañana tenía unos morados y antes de irse se puso unos (zapatos altos). Sé que los calzados no eran los mismos que utilizó en la mañana porque no eran los zapatos de pana y también tenía una camisa color oscuro. Eran color vino o rojo… la marca no se la sé decir, eran bajitos, de correr skate. En la casa puede haber muchas cosas mal puestas o regadas, pero los tenis siempre los tenía en el cuarto y ese día los tenía en el balcón de la casa”, argumentó.
“Me di cuenta al día siguiente (martes 18 de diciembre). Esa mañana, él tenía una vista en el Tribunal, cuando me levanté ya él no estaba. Yo estaba en la residencia y de momento, alguien pita afuera de la residencia, como él no estaba yo no salí. Era una guagua roja y lo llamó por Juan, y se fue, y al abrir la puerta me topo con una huella de zapato con sangre, saliendo de la puerta de residencia”, detalló.
Así las cosas, la fémina contó que recogió el calzado para limpiar nuevamente el área.
“(Eran) las instrucciones de Cornier. Ya una vez falté a sus instrucciones y no me fue muy bien que digamos. Los puse en agua y tan pronto los tenis tocaron agua se desprendió un tejido rojo que parecía un gusanito, de eso me acordé de la historia o suceso donde él me narraba la forma en que mató a esa persona, que la degollaba. Yo le había sacado las lengüetas a los zapatos que eran verde neón, y pues, los tenis, pues los dejé en agua porque de ahí vi lo que salió… para que siguiera saliendo lo que tenía que salir”, declaró al señalar que antes de eso había limpiado la mancha de sangre que estaba en la puerta.
De acuerdo con su relato, Loreinne llegó hasta la casa de Carlos Pacheco Santiago, alias Amarillo -quien también enfrenta un cargo por destrucción de evidencia en este caso- para lavar ropa y, de paso, darle un recado por parte de Cornier.
“De nuevo le iba a dar un mensaje de Cornier a Amarillo de que botara la basura, pero los portones estaban cerrados. En eso, surgió un mensaje de texto (de Cornier) que habían encontrado a la persona. Lo vio en el televisor del tribunal”, relató sobre el momento en que Manwe Uno supo que la Policía ya había encontrado los restos de la joven estudiante de Comunicaciones.
Otro aspecto revelado en corte fue cuando el acusado advino en conocimiento que la unidad móvil de la víctima tenía colocado un localizador del Sistema de Posicionamiento Global (GPS). Fue entonces que desistió de continuar utilizando el vehículo de Valerie Ann.
“El 18 (de diciembre) cuando ya estamos en la residencia, que él parquea la guagua en la residencia y lo veo buscando algo del ‘dash’ y de momento, veo que saca una caja negra”, afirmó al señalar que Cornier le dijo que “la guagua tenía un GPS, que no se esperaba eso y sacó la caja negra de la guagua”.
No obstante, ya el imputado había conducido la guagua para hacer diligencias, además de comprarle comida a la testigo horas después de los hechos, pues la mujer no había consumido alimentos durante todo el día.
“Le digo que me sentía mal porque no había comido ese día; solamente estaba con una Coca Cola. Me dijo que lo sabía, pero que tenía que ir a comprar unas navajas porque tenía tribunal al otro día. Fuimos a un McDonald’s. Me comí unos ‘nuggets’… me acuerdo. Luego salimos de ahí y rápido entramos al Walgreens que estaba cerca de ahí”, recordó, mientras su relato fue interrumpido nuevamente por la defensa la cual insistía ante el juez que esa prueba estaba admitía en evidencia.
A eso, el fiscal respondió que ese testimonio era para “corroborar prueba de la trayectoria de la guagua que había dicho Osvaldo (novio de Valerie Ann), sobre la ubicación de la guagua ese día”.
“Es importante que la testigo diga los lugares a donde fue. Con esta testigo solamente hemos hecho referencia a tres lugares: Tribunal, McDonald’s y Walgreens. Dos testigos han corroborado que la unidad tenía un Sistema de Posicionamiento Global. Es una manera de darle voz a la víctima”, argumentó el fiscal Torres Rodríguez.
El ministerio público espera culminar el interrogatorio a Bonet Torres el próximo viernes, 9 de julio a las 9:30 de la mañana, durante la continuación del juicio contra Cornier Torres.