Los vecinos del residencial Luis Llorens Torers reclamaron hoy a la Policía un trato humano tras la ocupación del caserío, éste fin de semana, a raíz de la masacre ocurrida el sábado en el expreso Baldorioty de Caastro.

Mientras, el superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, se encuentra reunido en un centro comunal con líderes comunitarios para discutir sus planes de trabajo, otros residentes cuestionaron la hostilidad con la que son tratados por los uniformados.

En medio de la reunión, una situación de emergencia ocurrió en los edificios que están aledaños al lugar de la reunión, cuando cuatro jóvenes fueron registrados de mala manera por agentes de la unidad de operaciones tácticas, frente al edificio 34. Bajo un registro, la Policía no encontró nada y abandono el lugar.

Ángel Oliveras, uno de los intervenidos, cuestionó la manera en la que fueron registrados y reclamó un mejor trato.

“Yo entiendo que es un operativo y que las cosas no están buenas, pero yo creo que eso es violación de unos derechos porque uno está parado en una esquina”, indicó Oliveras.

Otro de los intervenidos que no se identificó, mostró su pierna derecha con varias heridas de bala alegando que tiene dificultad para caminar y que sus muletas le fueron arrebatadas por los policías.

La reunión es a puerta cerrada a petición de los residentes y están presentes personal del Departamento de la Vivienda, entre otras agencias.

La reunión que comenzó a las 4:00 de la tarde aún no ha concluido.

Los predios del lugar de la reunión están custodiados por agentes de la unidad especializada de SWAT.