Víctor Manuel “Vitín” Ramos Rivera, de 39 años, sospechoso de los asesinatos de su expareja y su novio, cuyos cuerpos fueron hallados durante la noche del pasado domingo en la residencia donde vivían en la carretera PR-181 del sector Juan Maldonado del barrio Jaguar, en Gurabo, se privó de la vida a media mañana de hoy, martes, al sentir la presencia de las escuadras del Negociado de Inteligencia Criminal y Arrestos.

El comisionado del Negociado de la Policía, Antonio López Figueroa reveló que a eso de las 11:30 a.m. durante la búsqueda por los predios de la residencia donde ocurrieron los hechos se escuchó al menos una detonación y lo encontraron muerto en una casa abandonada.

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“En la mañana de hoy agentes de (la División) de Inteligencia y Arrestos en una búsqueda cercana al lugar donde ocurrieron los hechos dan con esa residencia, se entiende que se percata de la presencia de ellos y opta por privarse de la vida...se escucharon una detonación”, explicó López Figueroa, quien agregó que no pudieron evitar lo sucedido ni socorrerlo porque tenía la masa encefálica expuesta.

El cuerpo de Ramos Rivera estaba en una casucha abandonada en el barrio Jaguar, cerca de la escena del crimen, donde se presume que se disparó con un arma calibre 9 milímetros. El análisis pericial en el Instituto de Ciencias Forenses será el que va a determinar si es la misma arma homicida.

Los agentes se habían movilizado al lugar ya que recibieron confidencias que les indicaban que lo buscaran cerca de la comunidad donde ocurrieron los hechos.

“Un caso de violencia de género afecta muchas familias, lamento lo sucedido es un ser humano que tiene personas que lo aman al igual que Karla, igual que Luis, es una situación sumamente triste. Confiamos en Dios todopoderoso que no maten a una mujer más”, se lamentó.

Una amiga de la mujer encontró los cuerpos baleados de Karla Rodríguez Ares y Luis D. Lebrón Cuevas a eso de las 9:08 p.m. del pasado domingo ya que desde el sábado no le respondía las llamadas y ni ella ni su amigo, ambos compañeros de trabajo, asistieron a una actividad navideña. Todos eran empleados de una farmacéutica.

En la sala del apartamento rentado, encontraron el cadáver de Rodríguez Ares, de 35 años y en la cocina el cuerpo de Lebrón Cuevas de 40 años, ambos con heridas de bala. Se presume que se disponían a salir a la actividad cuando fueron interceptados y perseguidos a balazos.

El sospechoso dejó cuatro notas en la residencia de Karla las cuales fueron ocupadas para levantar huellas y analizarlas mediante su caligrafía, no obstante, López Figueroa, sostuvo que desconocía si en su guarida dejó alguna misiva.

Los occisos tenían una relación sentimental reciente y, para el 12 de noviembre, Rodríguez Ares había solicitado una orden de protección contra una expareja que estaba vigente hasta el 11 de enero de 2024. Ese es el ángulo fue el que vinculó a Ramos Rivera con el doble asesinato desde el inicio de la pesquisa.

La víctima, que acudió por derecho propio, denunció que sostuvo una relación de dos años con el hombre del que se separó hace dos meses, pero este continuaba merodeando su residencia, le hacía llamadas, la insultaba, la hostigaba ya que ella no quería reanudar la relación y había entrado a la misma para desconectar las cámaras de seguridad dejándole sobre el gavetero una foto de ambos.

Por estos hechos, el 12 de noviembre fue arrestado y la fiscal Dalinés Hernández instruyó a la radicación de cargos por los delitos de apropiación ilegal y violación al artículo 3.2 (maltrato agravado) de la Ley 54 para la Prevención e Intervención con la Violencia Doméstica.

Al día siguiente, la jueza Yarissa Santiago San Antonio determinó no causa por el cargo de violencia de género y causa por el de apropiación ilegal, quedando en libertad hasta el próximo señalamiento el 21 de diciembre. Por estos hechos fue suspendido de sus funciones en la farmacéutica. La próxima vista en alzada había sido programada para el 27 de diciembre.

“La Policía hizo su trabajo en todo momento, se consultó con la fiscalía, se radicaron todos los casos que denunció la querellante que lamentablemente falleció en este incidente al igual que Luis. La Policía trabajó desde el primer momento, todas las situaciones que se presentaron fueron atendidas desde el primer momento, atendidas con la importancia que merecen estos casos”, puntualizó López Figueroa, al cuestionarle si se pudo hacer algo más para evitar los dos asesinatos.

Agregó que la decisión en estos casos la tiene el juez que lo considera. “El criterio lo tienen ellos, ellos tienen toda la información, todo lo que expresó lo tiene el juez y le corresponde a él evaluar la prueba. El caso tenía toda la evidencia por eso es que se iba en alzada”.

López Figueroa no pudo precisar la cantidad de querellas radicadas por la occisa.

Entre la tarde de hoy o el día de mañana se radicarían los cargos criminales contra Ramos Rivera ya que contaban con evidencia contundente en su contra.

El agente Reimundo Quiñones, adscrito a la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Caguas, encabeza la pesquisa junto a la fiscal Inés Escobales.