Son viejitos que se llevan ungüentos para el dolor, madres que se han robado desde un paquete de chuletas, hasta una papa y no falta el guardia de seguridad que se pasa de bando para también cometer la fechoría.

Esta es la cara de muchas de las personas que han sido sorprendidas robando mercancía en los pequeños y medianos comercios de Puerto Rico.

“(Se roban) lo que le haga falta a la gente, sea arroz, sea una papa, sea cervezas, cualquier cosa que le haga falta. Aquí ayudamos a todo el mundo, aquí la gente que nos dice mira nos falta algo aquí le ayudamos si le falta un peso, pero el robo aquí no se tolera”, indicó Daniel Polanco, gerente del Supermercado Maritza.

Polanco, uno de los comerciantes de la zona de Puerto Nuevo, entrevistados por Primera Hora explicó que el perfil de estas personas no es el que se imagina la mayoría, pues no es el típico asaltante o adicto a drogas. 

“Aquí las personas mayores que uno menos se imagina y personas que parece que son serias son las que hemos cogido robando, hasta guardias de seguridad”, indicó el gerente.

En el supermercado entran, cogen una canasta, dan una ronda por el negocio, se van por la última góndola y meten algunos artículos cosas en la cartera, pagan solamente la cosa más barata  y lo demás se lo llevan.

La farmacia Vargas, localizada en la avenida Jesús T. Piñero, tiene en la entrada un aviso con las fotos de dos individuos que alerta: “atención: estos son los amigos de lo ajeno” con el fin de ahuyentar a los ladrones a pesar de que cuentan con guardia de seguridad y cámaras.   

El perfil del ladrón que llega a la farmacia es parecido al del colmado, ya que tienen aspecto serio. Mayormente son ancianos que hurtan medicamentos para el dolor, ungüentos y gotas de ojos. Las otras son mujeres con coches de bebé o con carteras grandes que llenan de artículos de $1. 

“A veces abren las gotas, los ungüentos, las curitas, lo que encuentras es la caja vacía. Sacan el ungüento para dolores y tiran la cajita por detrás (de la góndola)”,  apuntó Ernesto Ramos, quien labora en la farmacia hace más de 40 años.

Pillos, pero olorosos

A la farmacéutica Mildred Díaz, le llama la atención el constante robo de desodorantes. Explicó, además, que hay personas que se paran frente al mostrador para hablar con ella y al colocar las manos por debajo logran sustraer  medicamentos de los anaqueles laterales. 

Por su parte,  la propietaria de la ferretería Plum Plás, localizada en la avenida Roosevelt, cuya identidad no será revelada según lo solicitó, indicó que ha sido víctima de hurto interno de parte del personal así como de clientes que han sustraído desde un tornillo hasta una paila de pintura. 

Según su experiencia, el problema es tan grave que durante la sequía el año pasado le robaron hasta los zafacones que tienen en el exterior, y del frente hasta las pailas de pintura que tenían atadas con soga y cadenas.

Están acabando con el comercio

El hurto o ratería de mercancía al detal en los negocios de los pequeños y medianos comerciantes  ha incrementado en al menos uno 10% durante este año, reveló un sondeo del Centro Unido de Detallistas (CUD). 

El presidente del CUD, Rubén Piñero Dávila, quien realizó el sondeo entre unos 200 de sus socios a solicitud de este diario, observó que un 80% dijo que ha sido víctima de delitos.

“Existe preocupación y alarma entre los pequeños y medianos comerciantes, es un problema grave porque causa un problema de seguridad no únicamente físico, sino económico y está causando grandes pérdidas”, comentó Piñero Dávila, a la luz de los hallazgos de la encuesta. 

Según los datos obtenidos, el 60% de los negocios reportó que la pérdida por cada robo  fluctúa de 1,000 a $5,000  y un 15% informó que los robos pasan de $15,000.  En este renglón de pérdida se encuentra el valor de la mercancía robada y el costo de la paralización del comercio en algunos incidentes, entre otros gastos.

“Los robos internos de mercancía han venido incrementándose este año y muchos comerciantes reportan que ellos palpan y ven en términos generales que hay alrededor de un 10% de la mercancía que de una forma u otra se desaparece de los anaqueles y eso constituye un costo adicional especialmente ahora cuando tú pagas el IVU y no puedes recuperarlo por la venta y obviamente la pérdida de inventario eso es algo que es crítico”, aseveró Piñero. 

En ocasiones, explicó, estos delitos no son reportados a la Policía, así que no constan en sus estadísticas, por lo cual la cifra puede ser mucho más alta. 

Uno de los negocios más afectados son las gasolineras ya que sus tiendas de conveniencia están abiertas hasta 24 horas y los 7 días de las semanas y no solo están expuestas al robo de la mercancía, sino también a otros actos violentos. 

Por culpa de la crisis

Esta situación, a juicio del presidente del CUD, es parte del efecto de la crisis económica por la que atraviesa el País unido a la impunidad con la que actúan muchos delincuentes porque ese tipo de delito no se penaliza con la severidad que requiere. 

“Las causas que el comerciante alude que puede ser el caso de este problema la gente dice que es por los efectos de la economía. La gente se ve pues, no tiene dinero, no tiene trabajo y las personas que están más débiles en términos de cometer o no los delitos pues se incentivan por eso y lo hacen. Porque una persona honesta no va hacer de ninguna forma”, contó. 

El comerciante se ha visto obligado e invertir en seguridad, ya sea mediante la instalación de cámaras de seguridad y alarmas, contratando guardias de seguridad, instalando rejas, cortinas de metal o adquiriendo perros guardianes, aunque son los menos. 

La encuesta dijo que el 80% de los dueños de negocio entrevistados tienen cámaras de seguridad y el 50% tiene alarmas. “Se han visto obligados a protegerse y que eso es un costo adicional del negocio”. 

Más de un 30% estima que la presencia de la Policía no es suficiente, en cuanto a las leyes también sobre el 40% entienden que las leyes deben ser más rigurosas con este  delito.

“Muchos de los comerciantes dejan de llevar los casos a la corte por lo tedioso, lo largo y lo complicado que son los casos para llevar a un individuo que cometió un delito que muchas veces lo catalogan de menos grave y a la larga no tiene ningún resultado y desisten de llevar los casos y eso lo que hace que le da a las personas que cometen esos delitos un poquito más de libertad (para delinquir)”, dijo.  

El CUD tiene 5,000 socios activos.