“Cuando estoy en la terapia, que me ponen de pie frente al espejo, siempre me miro y digo: ‘algún día vas a estar así, pero sin la silla detrás’”.

Sherly Ann Goire Ávila recibió una sentencia de parte de los doctores que la atendieron: que estaría confinada a una silla de ruedas luego que en medio de una discusión con su expareja Alberto García Merced -sentenciado a ocho años de prisión- resultara con una fractura cervical que la dejó cuadripléjica.

Hoy, a más de año y medio de aquel fatídico día, la mujer de 28 años habló con Primera Hora sobre sus metas y proyectos y lo que vivió durante el proceso judicial. 

“En cuestión de caminar, ese sigue siendo el mismo pronóstico”, expresó.

Admitió que ha tomado esa sentencia “con la mejor actitud porque de verdad no vale de nada deprimirse, como quiera voy a estar en la silla, sea triste o feliz, pero mejor estoy feliz”.

Sin embargo, aseguró que la ciencia puede decir una cosa, pero su confianza en Dios le dice otra.

Shery Ann, quien estuvo acompañada durante la entrevista por su madre, Irma Ávila, indicó que fue esa fuerza divina la que la ayudó a enfrentar el juicio en el que testificó.

“Lidié con ese proceso pidiéndole a Dios porque fue bien difícil, bien incómodo. Siempre le dan vuelta a las historias sin saber realmente, porque allí habíamos solo dos personas. Y tratar de ignorar los comentarios fuera de lugar… porque a uno le afecta lo que uno permita que le afecte”, argumentó. 

Aceptó que durante el proceso salieron a relucir hechos como el de las cervezas que se dio en medio de una actividad familiar poco antes de ocurrir el incidente en el baño de su residencia en Guaynabo.

¿Qué sentías en esos momentos durante el juicio?

“La verdad no sé qué decirte porque lo pusieron así… como si yo me senté y me bebí las cinco cervezas una detrás de otra. Mi conciencia siempre ha estado tranquila”, afirmó.

Goire Ávila sostuvo que no quiere hablar de su excompañero ni de su familia.

“No quiero hablar nada de ese tema; no me siento cómoda hablando ese tema. Todavía no me siento preparada para hablar… Todavía se siente mucho dolor…”, confesó.

¿Qué sentiste cuando sentenciaron a García Merced?

“Que se cerró el capítulo, porque realmente nada iba a cambiar mi realidad; lo dejaran fuera o lo dejaran dentro nada iba a cambiar lo que él había hecho. Pero sí sentí que ya no tengo que volver al tribunal, no tengo que saber más nada del tema”, sostuvo.

Él siempre dijo que no tuvo intención de lastimarte...

“Pero lo hizo. De qué me sirve a mi la intención si el daño lo hizo”, indicó.

Sobre qué hubiese hecho diferente en su relación con García Merced, comentó que “no haber entrado en la falta de respeto de parte y parte; eso es lo único que hubiese cambiado porque eso fue todo lo que me trajo hasta aquí”. 

Esa misma recomendación se las ofreció a las víctimas de violencia de género que muchas veces no pueden salir de ese ciclo.

Luego del proceso judicial, Sherly Ann sigue entusiasmada con su nueva vida.

“No cambio lo que soy ahora por quién era antes: una mejor persona, pensamientos diferentes, tengo una vida totalmente diferente a la que tenía antes del accidente”, confesó.

 Mencionó que su familia “se formó como un equipo 100%” para ayudarla en todo el proceso porque inicialmente no podía mover los brazos.

Ahora, con las terapias físicas diarias escribe un poco, coge los cubiertos para comer, trabaja manualidades y se compró pesas para hacer ejercicios con los brazos.

Uno de sus retos fue peinarse y plancharse su pelo, tarea que fielmente hacían dos de sus amigas.

La primera vez estuvo cuatro horas, período que le sirve como terapia, y ya está en poco más de hora y media.

Por eso, aseguró que una de sus principales virtudes es la paciencia y estar siempre alegre, estado emocional que evidencial durante el diálogo con Primera Hora al describir el momento cuando compró zapatos con tacos altos. 

Cuando le envió la foto a su madre, ella le comentó que eran muy altos, pero Sherly Ann le ripostó: ‘pero mami, si es que yo no me voy a caer de los tacos”.

Entre sus planes futuros está retomar sus estudios en trabajo social, y viajar a los Estados Unidos a un centro especializado en terapias, aunque aceptó que no tiene los recursos económicos. 

Por su parte, Ávila agradeció nuevamente al pueblo de Puerto Rico la ayuda recibida durante todo el proceso.

“Yo sé que Dios está obrando. Sé que lo vamos a lograr, que van a abrirse puertas. Sherly Ann va a sorprender. Si mucho impresionó la noticia de lo sucedido con ella, todavía va a impresionar más hasta donde ella va a llegar”, sentenció la progenitora.