Tras ser acusado de un cargo de violencia doméstica por supuestamente someter a su esposa, la sargento Nora Ramos, a maltrato psicológico, el coronel Juan E. Sergio Rubín aseguró ayer que atraviesa por un camino espinoso del que saldrá airoso.

Las expresiones de Sergio Rubín, que fue suspendido sumariamente de empleo por el superintendente José Figueroa Sancha, las hizo tras ser fichado en el Cuartel General.

Sergio Rubín llegó sereno a la División de Servicios Técnicos del CIC de San Juan, acompañado de su abogado Axel Vizcarra y de su hijo mayor.

“Esto es un proceso muy difícil que estoy pasando: número uno, mi mamá falleció hace dos semanas atrás, este sábado cumplía 86 años; número dos, por este proceso por el que estoy pasando... yo sé que al final del camino vamos a salir victoriosos”, sostuvo Sergio Rubín.

El coronel está libre bajo fianza tras hallarse causa para arresto en su contra. Éste está separado desde el 1ro de abril de Ramos, quien se querelló hace dos semanas ante la procuradora de las Mujeres.

El abogado de Sergio Rubín, sin embargo, alegó que la víctima en este caso es su cliente y no la sargento. Para intentar sustentar su planteamiento, dijo que la fiscal Melissa Vázquez no entrevistó al coronel.

“De radicarlo a probarlo hay una gran diferencia... va a tener su oportunidad en la vista preliminar de presentar la prueba y defenderse, que no la tuvo anoche, porque se presentó un caso por medio de una declaración jurada, o sea, a un papel tú no lo puedes contrainterrogar”, dijo Vizcarra, al agregar que el testimonio de Ramos es contradictorio.

“Se alegó que hay unos incidentes del 2009, sin embargo, se casan en el 2010, no vamos a entrar a discutir los hechos del caso”, agregó.

Desconfío del sistema

Ramos, de 41 años, asignada a la Superintendencia Auxiliar de Responsabilidad Profesional, acudió a la oficina de la Procuradora de las Mujeres, en vez de solicitar una investigación administrativa y querellarse a través de la Policía de violencia doméstica, porque dudó de su imparcialidad.

Todos los implicados trabajan en la Policía.

Figueroa Sancha confirmó que durante su conversación con la procuradora de las Mujeres, Wanda Vázquez, supo que la sargento había acudido a su oficina para querellarse, ya que no confiaba en la inspectora Margarita George, directora del Negociado de Violencia Doméstica, por su amistad con Sergio Rubín.

Se supo que durante una discusión con su esposo, Ramos le advirtió que se iba a querellar en su contra y él llamó a George y se la puso al teléfono para que lo denunciara, pero la oficial se burló de ella, lo que le hizo pensar que el proceso no sería uno objetivo. Por eso, dijo Figueroa Sancha, le asignó la pesquisa administrativa a la capitán Maritza Rodríguez Lazú, aunque le dio un voto de confianza a Geroge.

Figueroa Sancha dijo que no recibieron ninguna querella de la sargento acusando al oficial de alto rango de adulterio, lo que constituye una falta grave al reglamento de la Policía, y que decidió enviarlo de vacaciones tan pronto se reunió con Vázquez hace dos semanas.

No fue hasta el martes que el oficial, quien ayer cuando fue fichado cumplió 50 años, fue desarmado. Lo mismo se hizo con Ramos, como dispone el reglamento de la Policía.

La agente Ana Negrón, de 31 años, que estaba asignada al Registro de Armas en el Cuartel General, y a quien Ramos acusa de tener amoríos con el coronel, fue trasladada.

Figueroa Sancha no quiso entrar en los detalles de la pesquisa administrativa ni de las alegaciones de Ramos sobre el alegado romance del coronel.

Ramos se casó con el oficial en febrero de 2010. Según su denuncia, el coronel le cuestionó sobre su aseo personal y le manifestó que esto le afectaba su apetito sexual.

La sargento dijo que Sergio Rubín llegaba cansado a la casa y evadía cualquier contacto con ella, rechazándola porque apestaba. Ramos no se querelló contra la supuesta amante policía, de quien alegó que una vez llegó a ir hasta su casa para reclamarle que se separara del coronel y el oficial sencillamente se encerró en una habitación.

El oficial inició una relación sentimental con la agente Negrón cuando trabajaba como director regional de Carolina y, al ser nombrado para dirigir la región de San Juan, facilitó su traslado para el Cuartel General. Allí coincidían a diario la sargento y la agente, quien constantemente le hacía comentarios sobre la intimidad que tenía con él.