“Se trata de una familia dedicada al narcotráfico”
Federales desarticularon la pandilla que distribuía drogas a nivel transnacional y lavaba dinero con varias prácticas, incluyendo falsos premios de lotería.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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El operativo que llevaron a cabo esta mañana agentes de Homeland Security, producto de la investigación de varias agencias locales y federales, logró desarticular una organización criminal vinculada a la transportación e importación de cocaína y marihuana a nivel transnacional, así como el lavado de dinero por distintas prácticas, incluyendo falsos premios de la Lotería.
“Se trata de una familia dedicada al narcotráfico y el lavado de activos”, reveló en conferencia de prensa Rebecca González, agente especial a cargo de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, en inglés).
La organización era liderada por José Julio Rodríguez Cumba, quien, junto a otras 18 personas que incluía miembros de su propia familia, presuntamente recibía desde el 2019, a través del servicio postal y la vía marítima, cargamentos de miles de kilos de cocaína de Venezuela y marihuana de Estados Unidos. Parte de esos cargamentos permanecían en la Isla para su venta y uso local, mientras que el restante se enviaba a estados de la costa este de Estados Unidos. Esta pandilla, también, se encargaban del trasiego de drogas entre Venezuela y República Dominicana.
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“Una vez estos cargamentos de droga llegaban a Puerto Rico, parte de la cocaína se distribuía y vendía a nivel local, pero específicamente la mayor de la cantidad se transportaba a la costa este de los Estados Unidos. La organización de narcotráfico de Rodríguez Cumba también recibía cargamentos de varios kilogramos de marihuana de los Estados Unidos continentales para su distribución en Puerto Rico”, detalló González.
Según se indicó, aunque Rodríguez Cumba fue arrestado a nivel federal en 2021, lideraba la pandilla tras las rejas, pues contaba con la ayuda de su hermano, Luis Enrique Crespo Cumba (conocido como “La L”), quien actualmente está prófugo. También, tenía el apoyo de sus dos hermanas, Niurka A. Rodríguez Cumba (“Adela”) y Marta D. Cardona Cumba. Por ende, el pliego acusatorio caracterizó a la pandilla como la “Organización de Tráfico de Droga Rodríguez Cumba”.
“Ambos han continuado dirigiendo la organización, uno desde la cárcel federal y el otro como fugitivo de la justicia. Sus hermanas son parte de la acusación el día de hoy”, explicó la agente. “Esta organización criminal de familia tenía control absoluto de la importación, distribución y transportación de narcóticos de la costa noroeste de nuestra Isla”, agregó.
Los acusados
Dentro de la organización, sobresale el nombre de Emiliano Feliciano Hernández, dueño de la hacienda Doña Fela, en Hatillo, y contratista que ofrecía servicios a varios municipios y que también había pactado en el pasado contratos con agencias gubernamentales.
Acorde a la acusación federal, Feliciano Hernández lavaba dinero para la pandilla y vendió un Can-Am con el fin de impedir la investigación de las autoridades, por lo que se le acusa de obstruir la justicia mediante la destrucción de evidencia.
Según la página de la Oficina de la Contralora, consiguió contratos con el gobierno a través de la compañía “Feliciano Landscaping & General Contractors Corp.”
Pactó acuerdos con el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) hasta el 2020 y, entre el 2016 al 2020, con otras organizaciones como la Oficina para el Mejoramiento de las Escuelas Públicas, que le otorgó múltiples contratos, la más onerosa de $225,000, para servicios en escuelas entre agosto y diciembre de 2015. De la misma manera, lo contrató los municipios de Hatillo, Arecibo, Quebradillas y Guayanilla.
El Nuevo Día, por su parte, reportó que el municipio de Camuy tenía un contrato vigente con Feliciano Hernández para el manejo de equipo pesado, pero tras su arresto, fue cancelado inmediatamente.
Además de Feliciano Hernández que fue detenido esta madrugada, se diligenciaron órdenes de arresto en Hatillo, Isabela, Quebradillas, Lares y Manatí contra Ricardo López Ramos (“Ricky”), William J. Pantoja Nieves (“W”), Edwin Daniel González Reyes (“Cotto” o “Coto”), Fernando Cortés Flores (“La Bruja”), Luis Héctor Adames Nieves (“Monki”) y Ángel Xavier Pérez Olivencia (“Chavy”). Niurka y Marta también fueron arrestadas hoy.
Además de Rodríguez Cumba, Bárbara Valentín Rivera (“Bárbara Paola”), Luis Alberto Bourdon Román “(El Negro Capi Bueno”) y Edwin Candelaria Ramos ya estaban presos al momento de la acusación.
Entretanto, Crespo Cumba está fugitivo y Ángel Jiménez hubiera sido acusado, pero falleció en la cárcel.
Luis J. Hernández Cruz (“Tampa Pana”), Héctor L. Derkes (“El Venezolano”) y Luis Roberto Alvarado Reyes (“El Viejo”) fueron arrestados en Florida, mientras que el proceso contra Christian Prado se está llevando a cabo en Massachusetts.
¿Cómo operaban?
La jerarquía de la organización estaba dividida entre los líderes principales (responsables de las decisiones diarias en Puerto Rico), los líderes de célula (responsables de las decisiones diarias en Estados Unidos), lavadores de dinero, transportadores y sicarios o “mis niños”.
Con el fin de proteger a sus miembros, preservar y proteger su territorio y aumentar “el prestigio, reputación y posición” de su organización, Rodríguez Cumba aparentemente “dirigió y ordenó actos de violencia que se cometieran para promover los objetivos de la organización”.
“Como está reflejado en la acusación, hay diferentes miembros de la ganga que están acusados de posesión de armas de fuegos y un grupo referido como sicarios. Eso refleja que hay violencia que tiene que ver con esa ganga”, comentó a Primera Hora el fiscal federal para el Distrito de Puerto Rico, W. Stephen Muldrow.
Pese a que declinó abundar en el tema, Muldrow también confirmó que las agencias federales tienen información sobre posibles vínculos entre esta ganga y asesinatos.
“Está reflejado que se usa violencia para controlar sus actividades”, se limitó a decir.
Para encubrir la fuente de los miles que generaba el tráfico de drogas, Rodríguez Cumba “se involucró en múltiples entidades comerciales” en Estados Unidos y Puerto Rico, dice la acusación, como Chincorro07 Corp, en Mayagüez, Cubarican Flavors, LLC d/b/a Merceditas Restaurant y J.J.R. Multiservice, LLC, en Isabela; y J.J.R Welding Marine, en Norfolk Virginia.
Del mismo modo, compraban vehículos, embarcaciones, y propiedades a través de terceros, por lo que las autoridades incautaron propiedades y bienes valoradas en $6 millones, incluyendo miles de dólares, las cuentas bancarias de sus empresas, propiedades en Condado, Mayagüez e Isabela, relojes marca Rolex, joyería marca Avianne, automóviles, armas de fuego y jetskis.
Pero esto no era suficiente para los miles que generaban de la venta de drogas. Por eso, intentaron encubrir cerca de $375,050 al fingir “pegarse” en la lotería siete veces, entre septiembre de 2020 a mayo de 2021.
Para esto, Rodríguez Cumba depositó dos supuestas ganancias de $35,000 y $40,000 el 24 de septiembre; $10,000 y $15,000 el 16 y 29 de diciembre de 2020, respectivamente; $10,000 el 26 de febrero de 2021; $50,050 el 10 de marzo de 2021; y $250,000 el 14 de mayo de 2021.
Rodríguez Cumba y los coacusados también abrieron cuentas de banco personales y corporativas para manejar las finanzas de sus propios negocios, así como de su operación de narcotráfico.
De ser hallado culpable, Rodríguez Cumba enfrentaría una pena obligatoria legal de cadena perpetua. Los coacusados contra quienes pesan cargos por conspiración de drogas se enfrentan a una pena mínima obligatoria de 10 años de prisión con una pena máxima legal de cadena perpetua. Aquellos que enfrentan cargos por lavado de dinero podrían ser condenados a una pena máxima de 20 años de prisión, mientras que los que son señalados por estar en posesión de armas de fuego una pena consecutiva de cinco años hasta cadena perpetua.