Se presenta tercer testigo del juicio contra acusado de disparar a perro en Río Grande
El hombre que jugó golf con Salil Zaveri reconoció sentirse “confundido, molesto” luego del incidente que provocó la muerte del animal.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Fajardo. El tercer testigo en el juicio contra Salil Zaveri, acusado de dispararle a un perro en un campo de Río Grande en el 2021, insistió este miércoles que después de escuchar las tres detonaciones tuvo confusión y coraje ya que nunca había visto un arma de fuego en un parque de golf y no imaginaba que su compañero de juego iba a disparar tres veces matando al animal.
“Estaba en ‘shock’. Me sentí confundido, molesto y no terminé el hoyo porque estaba bien desconcentrado”, expresó el empresario Tory Green, testigo interpretado por Lizanette Frank Pérez, intérprete de fiscalía, desde la sala 308 del Centro Judicial de Fajardo.
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Zaveri, quien renunció al recurso de jurado el pasado lunes e insiste en que fue en defensa propia al alegar que el perro le estaba atacando, enfrenta cargos por violaciones a la Ley de Armas, Ley para el Bienestar y la Protección de los Animales y Riesgo Seguridad del Orden Público al disparar un arma de fuego contra un perro el 8 de mayo de 2021. De ser declarado culpable, podría enfrentar una condena de 55 años de cárcel.
A pesar de que el testigo dijo que, en ese momento, quería dejar de jugar golf e irse del campo por el coraje que sentía al ver morir al perro, narró que no quiso tener un “confrontamiento” porque Zaveri estaba armado.
“Estaba extremadamente molesto porque el perro estaba muerto. Estaba muy sorprendido porque nunca había visto alguien con un arma de fuego en un parque de golf”, abundó el testigo que declaró que ha estado en más de 100 campos de golf.
Green estuvo jugando ese día con Zaveri en el hoyo 17 del campo del Wyndham Grand Rio Mar Puerto Rico Golf & Beach Resort. Describió al perro como uno “pequeño” que pesaba alrededor de unas 34 libras como parte del interrogatorio del fiscal Gabriel Redondo Miranda.
Indicó que ellos, los cuatro jugadores, estaban a 30 pies de distancia del perro. Además, aseguró que el can primero tomó su pelota de golf, la soltó y, luego, corrió en dirección de “45 grados hacia su derecha”.
“El perro soltó la bola y fui hasta allá a recogerla. (Mientras iba conduciendo el carrito de golf), el perro comenzó a perseguirme (…) Paró de perseguirme y, luego, giré por la parte posterior del ‘green’, por lo que no podía ver. Luego, escuché unos disparos”, narró.
Entretanto, la versión del acusado ha sido que le disparó al animal porque entendía que le estaba persiguiendo y podía atacarle y contagiarlo con rabia. En el contrainterrogatorio, la defensa a cargo del licenciado Peter Díaz insistió en que el perro iba corriendo hacia los jugadores “persiguiéndoles”.
“¿Usted, no iba a permitir que un perro ‘realengo’ lo atacara?”, cuestionó el abogado. “No. (…) En realidad, no sabía si nos estaba atacando. (…) Sí, me persiguió, pero dejó de hacerlo”, contestó Green.
Además, la defensa trajo como evidencia una declaración jurada que dio Green a la seguridad del hotel a dos días del incidente. “El perro me persiguió a mí y me fui a la otra área del ‘green’ en mi carrito de golf. En ese punto, escuché dos disparos. (…) Vi a Salil ocasionar el tercer disparo que pareció un tiro de misericordia para que el animal no sufriera”, leyó Green de su declaración.
“¿Se reafirma en esas expresiones?”, preguntó la defensa. “Sí”, acotó Green.
Otro de los jugadores de golf del partido del incidente, Wissam Mounayar declaró ayer, martes, que le sorprendieron los hechos porque no esperaba que Zaveri disparara a pesar de que, en una grabación que se mostró en el juicio, el hombre bromeó con Zaveri para que le disparar al perro.
“Pensé que alguien había llamado al control de animales porque no sabía que él (Zaveri) tenía un arma de fuego. (...) Estaba en ‘shock’ así que no recuerdo muy bien. Estábamos en el hoyo 18 cuando la Policía llegó”, contó, al mencionar que nunca lo había visto al acusado con su pistola.
El agente Federico Esquilín, quien trabajaba en el distrito de Rio Grande cuando ocurrieron los hechos, fue el segundo en testificar esta tarde. “Cuando llego al lugar de los hechos, Zaveri se encontraba jugando aún en el campo”, declaró coincidiendo con la versión de los dos testigos que estuvieron ese día con Zaveri.
El juicio a cargo del juez José Marrero Pérez del centro Judicial de Fajardo inició este lunes y continúa mañana con el contrainterrogatorio de Mounayard y con los testimonios de la licenciada María Soler Agostini, vecina del área que alega haber tenido contacto con el perro; y de Andrés Castro, empleado del municipio que querelló el incidente.