Se libra de prisión la ex cirujana Coello de Novello

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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De doctora a convicta.
Al impartir la sentencia contra Antonia Coello de Novello, el juez Stephen Herrick, del Tribunal de Albany, en Nueva York, destacó sus logros profesionales y la catalogó de ejemplo para muchos, pero le recalcó que hoy día es “una persona convicta”.
El juez elogió su carrera profesional como primera puertorriqueña en ser cirujana general de Estados Unidos y por ser criada por una madre soltera.
No obstante, Herrick dio un giro radical cuando le recalcó que ahora “usted está aquí como una convicta”.
Según informes de prensa de Nueva York, el juez destacó que actuó con “arrogancia” y que “trató a sus empleados como sirvientes domésticos y fue abusiva contra muchos de ellos”.
Le preguntó si quería hacer alguna alocución antes de impartir la sentencia, pero Coello de Novello no quiso emitir palabra. La sentenció a cumplir 250 horas de servicio comunitario en una clínica de servicio de salud primario y restituir $22,500 al erario público, además de una multa de $5 mil.
Coello de Novello se declaró culpable en junio al llegar a un acuerdo con la fiscalía tras ser acusada de usar choferes para realizar diligencias personales mientras era comisionada de Salud de Nueva York, entre 2004 y 2006.
Fuera de la corte, la nefróloga pediátrica confesó estar “apenada” por la situación y que a pesar de este “episodio”, “no voy a perder la confianza en la gente ni en el Gobierno”.
“Me apena sobremanera que las personas que hicieron esto fueron en los que yo más confié. Perdonen si fui percibida como arrogante, pero era necesario para lograr que se hicieran las cosas... Les deseo bien”, manifestó la fajardeña de 64 años.
Su abogado, E. Stewart Jones, informó que su cliente ya completó 200 de las 250 horas y pagó los $22,500. Esperaba pagar la multa en estos días.
Mientras, la madre de Coello de Novello, Ana Delia Flores,se limitó a decir que el proceso contra su hija “no fue justo, pero así son las leyes y la gente”.
“Qué se va a hacer. Lo que manda Dios, hay que recibirlo”, expresó Flores, de 88 años, a este diario.
El comisionado residente Pedro Pierluisi lamentó la situación.
“Es una pena que tan distinguida carrera profesional se haya visto manchada por su conducta en este incidente”, señaló Pierluisi.